Final.

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2 años después

Lucas miraba desde el sillón de la oficina a Mark quien trataba inútilmente de arreglar su corbata, su ceño fruncido y la línea que dibujaba sus labios sólo le daban a entender lo desesperado que estaba.

— ¿No vas muy formal? — Mark volteó a ver a su mejor amigo asesino — Vas a un jodido....solo quítate la cobrada te veras mejor — el alfa ahora pelinegro suspiro haciéndole caso.

— ¿Mejor? — pregunto estirando sus brazos.

— Muchísimo mejor, vete que se te hace tarde.

Mark asintió, tomó su billetera y celular con rapidez.

Lucas al quedar solo dejó salir una risa mientras negaba con la cabeza. Era increíble que aún después de después de todo su mejor amigo se pudiese así de nervioso.

Su ceño fue fruncido levemente ante el sonido de su celular.

— Woo amor dime — respondió volteándose hasta ver el ventanal — ¿La próxima semana? Si puedo ¿seguro? Si, no hay problema, me saludas a tu alfa — la llamada fue terminada por su persona.

Suspiro cansado, tomó la taza con café que tenía frente suyo dándole en gran trago — Que asco — dijo — Le hace falta café — su amigo necesitaba con urgencia clases de todo lo gastronómico.



Suspiro cansado, tomó la taza con café que tenía frente suyo dándole en gran trago — Que asco — dijo — Le hace falta café — su amigo necesitaba con urgencia clases de todo lo gastronómico

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El pequeño cachorro miraba a su papá ir de un lado a otro con gran apuro, sus juguetes habían sido dejado de lado para querer ver que hace su mayor.

— Jaemin — el alfa volteó a ver al omega con ojos bien abiertos.

—Está saliendo, los demás ya tienen todo en el camión.

Día de locos podía nombrarlo el moreno quien sin querer había aceptado dos eventos para esa misma tarde. El omega estaba a punto de colapsar.

No importaba cuántos más contratará todo parecía no tener abasto, día con día nuevos y entusiasmados clientes venían deseando de sus postres y pasteles para algún evento.

Era encantador y estresante a la vez pues ni con sus manos derechas llegaba a respirar un poco.

Jaemin volteó a ver al cachorro de Donghyuck, sonrió al verlo jugar tranquilamente con unos cubos y cilindros — Oye Hyuck — el Omega le preguntó atención — ¿No te gustaría tener otro? — la pregunta le saco una mueca al menor.

— No, para nada, de momento no, los primeros siempre son engañosos, son los que te hacen querer otro y no gracias no pienso caer en esa trampa — el alfa río alto llamando la atención de los muchos ayudantes que llevaban el último pastel.

— ¿Y a él?

— Siempre me lo dijo, quería un hijo de su sangre, pero aun así no — Quiero concentrarme en mi cachorro y darle todo lo que necesita.

EquivocaciónWhere stories live. Discover now