Ex novios

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Acomodó el gorro de lana, convencida de que el viento la había despeinado.

El accesorio hacía juego con el abrigo que le abrazaba la cintura, pero que se ampliaba en la sección del busto para dar inicio a una gran capucha que decidió colocar sobre la cabeza para mantener el peinado. Sus rizos eran elegantes y bonitos, por lo que detestaría presentarse a la reunión luciendo la maraña de pelos desalineados con la que solía asistir a clase durante la adolescencia. Definitivamente, esa era una imagen que deseaba eliminar de la memoria de todos sus conocidos.

Tamborileó los dedos con impaciencia. Lanzó una mirada a la esquina y estiró el cuello en un vano intento por ver por encima de los coches que transitaban la calle. No había señales del anticuado Ford celeste por ningún lado. Bajó la vista hacia su móvil por enésima vez, solo que tampoco había nuevos mensajes.

Sus ojos se deslizaron del chat hasta la hora dispuesta en una esquina de la pantalla. Eran las tres y veinte de la tarde. Calculó en su mente la distancia aproximada que había desde la puerta del departamento hasta el colegio donde se celebraba el reencuentro de ex alumnos. Dicho evento comenzaría a las tres y media de la tarde, lo que significaba que llegarían con veinticinco minutos de demora. Solo pensarlo causó que Hermione ahogara un gruñido en la garganta.

Volvió a encender el móvil y comenzó a tipiar:

Dónde estás, Ronald?

Justo entonces oyó el lamento de un motor que atrajo la atención de varios transeúntes. Por fin, el Ford Anglia apareció al final de la calle y se aproximó hasta detenerse frente a Hermione, que abrió la puerta con dificultad —la manija estaba floja y la puerta se resistía al movimiento— y se sentó dentro. Una vez acomodada, se aseguró de bufar con fuerza para hacer notar su disgusto. Ron la ignoró, puso en marcha el coche y encendió la radio ganándose una mirada de molestia por parte de Hermione.

—¿Por qué llegas tarde? —reclamó.

—¿Tarde? ¡Ni siquiera es la hora!

—La invitación decía tres y media. No tres cuarenta ni tres cincuenta; tres y media —enfatizó.

Una mueca arrugó las mejillas pecosas de Ron.

—¿Qué querías que hiciera? ¿Que llegara volando con mi auto? ¡Ojalá!

—No te hagas el listo conmigo, Ronald.

—Sí recuerdas que ya no tengo por qué soportar tus quejas de maniática, ¿verdad? —señaló alzando una ceja.

Hermione le dedicó una mirada indignada, mas no supo qué responder y optó por cerrar la boca. Lo escudriñó en busca de algo que recriminarle, pero, para su mayor fastidio, no tenía nada que criticar: Ron se había colocado una camisa negra que realzaba su cabellera pelirroja en conjunto con unos pantalones blancos que le quedaban bien. Lucía formal, pero no demasiado elegante; la medida justa para causar una buena impresión de manera natural, poco forzada. Hermione había apuntado a lo mismo, usando ropa sencilla pero linda que favorecía su figura delgada.

—Te ves bien —comentó Ron cuando avanzaron una cuadra.

Hermione le sonrió con cariño.

—Pensaba lo mismo de ti.

Las mejillas de Ron se mancharon de rojo con rapidez, una característica que incluso ahora, tras todos los tumultos que su relación había sobrevivido, le causaba ternura. Le recordaba a los días en que lo amó, sin sentir el dolor de la nostalgia ni el rencor del desamor. Era lo que les permitía ser amigos, a pesar de todo.

—¿Sabes el camino desde aquí?

—Claro —respondió Ron con el tono seco que implementaba cuando mentía.

Hermione puso los ojos en blanco y sacó su móvil para abrir el mapa. De inmediato, Ron comenzó a protestar.

—¡No necesito indicaciones!

—¡Nos vamos a perder! ¡Y ya estamos llegando tarde!

Él trató de arrebatarle el móvil, lo que solo causó que Hermione protestara con mayor fuerza. El intercambio pronto se transformó en una discusión, algo frecuente entre ellos desde que se habían conocido a los doce años. Si lo analizaba, quizá esa era una de las razones por las no le había significado ningún dolor desenamorarse de él.

—¿Cómo está tu familia? —preguntó al rato, cuando la fuerza de sus voces mermó.

Por supuesto, Ron había cedido sin dejar de farfullar y con una mirada ceñuda que evitó a su compañera durante varios minutos. Una vez que se calmó, siguió las instrucciones del mapa con evidente necesidad.

—Bien. Mamá preguntó por ti hace unos días. Quiere saber cuándo vendrás a visitarnos.

—Dile que su hijo debe invitarme primero.

—Eres prácticamente de la familia —dijo Ron encogiendo los hombros—, puedes venir cuando gustes.

—Ronald, eres incorregible —suspiró, llevando una mano a la frente.

Se formó una pausa tensa, y supo que la mención de la familia Weasley había tornado los pensamientos de ambos en la misma dirección.

—¿Crees que Harry esté ahí? —preguntó Hermione en voz baja.

—No lo sé —respondió él en una exhalación anhelante—. Esperemos que sí. Sería agradable volver a verlo.

—Sí, lo sería.

Guardaron silencio, y esta vez la tensión iba acompañada de angustia.

No habían visto ni oído de Harry en dos años. La última vez que hablaron con él fue tras la graduación, cuando ofrecieron al chico un inútil consuelo que poco servía para reparar su corazón roto. Ron, al ser el hermano de la causante, perdió contacto con él casi de inmediato, fraccionado por la lealtad a su hermanita y el cariño que tenía por su mejor amigo. Cuando Ron abandonó la ecuación, Hermione comenzó a verlo cada vez menos, hasta que su contacto con Harry se convirtió en casuales comentarios en las redes sociales que no tardaron en consumirse hasta perecer.

—¿De verdad pasaron dos años? Se siente como si hubieran sido más —dijo, suspirando contra la ventana.

Ron estiró una mano para enlazarla con la suya. Hermione le dedicó una sonrisa de aprecio que él devolvió. Un sentimiento grato, destinado a la amistad que aún compartían a pesar de todo, se instaló en su pecho.

—Toda la vida actuaste como una vieja, Mione. Dos años no debería ser nada para ti —comentó él.

La sonrisa de Hermione desapareció por completo. Recordó otra de las razones por las que fue tan fácil desenamorarse del hombre que iba a su lado.

El proyecto Draco Malfoy (Dramione)Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang