La maldición de las palabras

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¿Has acabado por hablar lo mínimo posible, y evitarlo siempre que puedes, porque parece que cuando abres tu boca abres la caja de Pandora?

Dices cualquier cosa, las malas miradas se clavan en ti... y comienzan los problemas. Mejor, callamos. ¿Por qué?

Aun teniendo una buena capacidad verbal, ¿ocurre con frecuencia que no logras hacerte entender salvo a niveles muy básicos?

¿Lo que dices se suele malinterpretar?

¿Se te atribuyen a menudo intenciones que no tienes, creyendo haberte entendido perfecta y sobradamente?

¿Suele ocurrir que cualquier aclaración tan sólo empeora las cosas?

¿Todos tus esfuerzos por hablar mejor y evitar errores tan sólo empeoran la situación, y todos te miran cada vez más mal?

Tranquilízate. No es brujería ni nada parecido. Una parte del problema puede ser cognitiva, es decir, ignoras tu diferencia cognitiva respecto a la mayoría, y por eso no haces los ajustes necesarios para una buena comunicación. La otra parte del problema es psicológico-social y no reside en ti, pero debes conocerla porque necesitas defenderte de ella.

EL PROBLEMA COGNITIVO

El problema cognitivo se debe a no ajustar el mensaje al receptor. Si te crees "como todo el mundo", haces, sin darte cuenta, como si todo el mundo fuera superdotado, y, en consecuencia, no te entienden. Deberías procurar no hablar demasiado deprisa, no usar términos poco conocidos por la mayoría (que no oigas a menudo en la calle o el patio del cole) y no expresar ideas complejas sin descomponerlas en conceptos más fáciles de entender.

Ten en cuenta que:

Intentar expresar varias ideas a la vez puede entorpecer la comunicación. Que tú las captes a la vez no implica que lo hagan otros.

Una idea compleja consta de varias ideas. Si no es fácil de expresar en una frase corta, descomponla en varias.

Con las frases largas, se suele perder el hilo de la comunicación.

Si tratas de concentrar demasiadas ideas en pocas palabras, sin elaborar conscientemente una síntesis adecuada, eso puede hacer fallar la comunicación.

Ciertos pasos mentales pueden ser automáticos y obvios para ti, pero no para quien recibe el mensaje.

Hay que seleccionar tanto la forma como el contenido del mensaje en función del interlocutor y de la situación.

Hay que aprender a seleccionar y dosificar la información.



En el cole

Es bueno que tus profesores sepan que dominas cierto vocabulario (si no lo saben, tenderán a acusarte de copiar en exámenes y redacciones), así que úsalo al hablar con ellos de las asignaturas y también en los deberes de menos importancia (no sólo exámenes, etc.). Pero ten en cuenta que usar cierto vocabulario delante de la clase, aunque sea correcto, puede provocar un estallido de risas, especialmente si hay algún término raro que aparece en otros libros pero no en el que estáis usando, y no lo acaba de mencionar el profesor. Si al estallido de risa en clase sigue una agresión o un coro de insultos fuera de ella, y eso no sólo ocurre un día, no dudes en buscar ayuda.

Teléfono contra el acoso escolar (España) 900 018 018



LA ENVIDIA COCHINA

Cuando el problema no es que los demás no entiendan lo que dices, puede que se trate de que, simplemente, hablas de temas que no les importan lo más mínimo, o que no les gustan.

O puede que se trate de envidia, lo cual puede parecerte tan inexplicable que llegues a pensar que estás loco, si es que no existen realmente las maldiciones.

Al principio, crees que te malinterpretan porque te expresas mal. Procuras hacerlo mejor, y todo empeora. Cuanto más tratas de mejorar, peor es la reacción ajena, y entonces te angustias porque te crees menos inteligente que la mayoría. En consecuencia, procuras adquirir aún más conocimientos para que no se te escape ninguna tontería, porque piensas que algún error habrás cometido sin darte cuenta. Y entonces aflora el veneno.

Sin que nada en tu conducta ni en el tono de tu voz demuestre arrogancia ni agresividad, te dicen cosas como "te crees muy sabio" o "quién te has creído que eres", cuando menos te lo esperas.

En tal caso lo que falla no es lo que dices ni cómo lo dices, sino el ser precisamente tú el que lo dice: has traspasado la barrera jerárquica de la envidia.

La gente no envidia el conocimiento y la inteligencia como medio benefactor, ni como un fin en sí mismo, sino sólo para estar "por encima" de los demás. Como los envidiosos no dudan en pisotear a quienes saben menos que ellos, temen ser pisoteados por quienes saben más, y se "defienden" atacando primero. Creen que la inteligencia y el conocimiento dan siempre tanto la capacidad como el derecho y el deseo de humillar y dominar a los demás, y por eso no toleran que sean otros quienes los tengan.

Recuerda siempre que las personas "normales" tienen desde muy pequeñas un "olfato" para las jerarquías sociales (quién es más que quién, quién pisotea a quién) que supera al de los tiburones para la sangre, y que siempre están pendientes de eso antes que de otras cosas. "Eso" que tú ni sabías que existía, al menos alrededor tuyo. Es algo absurdo, pero existe.  

Si  te  crees  malditoWhere stories live. Discover now