Capítulo 37

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Blair

Todo a mi alrededor se nubla, soy incapaz de sentir ni de pensar. Me encuentro sumergida en una oscuridad que cada vez comienza a presionar mi cuerpo, hace unos segundos era capaz de poder sentir pero ahora ¿nada? Absolutamente nada.

Siento un vacío dentro de mí incapaz de ser rellenado, el pecho me duele, puede que sea por que siento que el aire no es capaz de entrar en mis pulmones, como si me estuviera ahogándome a mi misma.

Pero eso no es lo peor de todo, la sensación de ahogarme no es comparable con el dolor que siento en mi centro, en mi corazón. Me duele el pecho, la necesidad de arrascar sobre mi propia piel hasta llegar a él comienza a apoderarse de mí. Necesito arrancarmelo porque duele demasiado, y no se como pararlo.

Mi cuerpo comienza a agitarse ¿soy yo misma? ¿o alguien me está moviendo? No lo sé, solo veo una cosa a mi alrededor y es negro, la oscuridad.

Un bullido llega a mis oídos, el pitido comienza a ser tan intenso que me obliga a llevar mis manos hacia el origen del dolor.

No sé como ni cuanto tiempo transcurre, pero siento como mi cuerpo se mueve, como si me estuviera moviendo por el espacio yo misma. La sensación me aterra y es asfixiante. Intento retorcer mi cuerpo de esta sensación que me tiene aprisionada.

—¡Blair!

Mi nombre no deja de retumbar una y otra vez en mi cabeza ¿Acaso estoy volviéndome loca? Una presión en mi cuerpo hace que me estremezca al completo, el miedo a lo desconocido comienza a correr por mis venas.

La oscuridad que sentía que se apoderaba de mí poco a poco comienza a desvanecerse, siendo sustituida por poco a poco imágenes claras. Las sensaciones comienzan a nublar mi mente provocando que lleve mis manos a mis ojos para intentar dejar de sentirme tan perdida y confusa.

—Blair— el sonido de mi nombre hace que despierte de esta tranquilidad que se acaba de formar a mi alrededor.

Las lágrimas que hay en mis ojos no me permiten enfocar de forma clara, obligándome a parpadear varias veces hasta que mis ojos se topan con el rostro de Kaiden completamente desvanecido.

Estoy en su casa. Nos hemos acostado. Estábamos durmiendo. Sonó el teléfono. Hunt. Era mi primo quien estaba llamando.

Siento como mi corazón comienza a golpearme con fuerza, me duele, el dolor sigue permaneciendo y la necesidad de escarbar mi piel hasta llegar con él comienza a apoderarse de mí.

El dolor de mi uña sobre mi piel comienza a arder sobre mi piel, pero el dolor no se amplía pues la presión de los dedos de Kaiden sobre mi piel hacen que me frene y que mi atención se centre solo en él.

Puedo detallar su verde clavándose por todo mi rostro, en ningún momento despega la vista de mí. Podría hasta dudar de si realmente entra aire en sus pulmones.

—Blair.

—No— digo difícilmente porque las palabras amenazan con quedarse en mi garganta y no salir de entre mis labios.

Soy capaz de ver su rostro completamente descompuesto. Pero aún así no puedo estar cerca de él, necesito estar sola.

Comienzo a mover mi mano de su agarre, moviéndome para alejarme así de él. Me doy cuenta que me encuentro sentada al borde de la cama, me levanto apoyando mis pies sobre esta y doy unos pasos atrás poniendo una distancia entre Kaiden y yo.

¿Estoy completamente desnuda? Sí, pero él ya me ha visto desnuda y me da absolutamente igual, porque ahora mismo eso es el menor de mis problemas.

—Necesitas calmarte.

Deseo OscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora