Capítulo 15: Mientras antes te acostumbres, mejor

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Subí rápidamente al segundo piso y fui al cuarto de Félix. Toqué la puerta, y después de unos segundos, se abrió de golpe y no tuve tiempo de reaccionar, cuando una chica un poco morena frente a mí dijo:

- "Hola muchachita bella. ¿Es usted quien yo creo que es?"

Estaba sonriendo. Llevaba puesto un top de color rosa salmón que se le pegaba al cuerpo y llegaba a cubrir hasta su ombligo, con tirantes delgados sobre sus hombros. También llevaba unos jeans azules ajustados.

Yo le respondí: "Ya sabes nuestra señal de timbre."

Él (o ella) se me lanzó y me abrazó. Me dijo "¡Hola Mando! Claro que sabía que eras tú, ¿pero, por qué me vienes a visitar justo ahora?"

Entonces entré a su cuarto y nos sentamos en su cama. Le conté todo lo que había pasado desde que hablamos por mensajes hasta que llegué a su casa, pero omití los detalles menos agradables.

A Félix le encantaba la idea de que estuviera en su casa. Pero más porque estuviéramos seguros mis padres y yo, estaba feliz por otros motivos...

- "Y bien" -dijo- "¿Pensaste en lo que hablamos anoche?"

- "Pues...sí. Lo que pasó no es el fin del mundo ¿no?. Sólo son cambios físicos. Y son cambios de aspectos humanos. Sería distinto si nos salieran tentáculos de los brazos, lenguas de vaca, o cuellos de jirafa ¿no crees?" -dije, en un tono humorístico.

- "Ya, pero no hablaba sólo de eso. También debes tomar ventaja de la situación."

- "Y lo haré. Aprovecharé esta oportunidad para tomar nuevos caminos en mi vida. Es sólo que los cambios fueron físicos nada más. Será confuso los primeros días, pero algunos no tendrán cambios en sus vidas porque sólo son cambios físicos."

- "A, bueno. Pero yo sí tomaré el cambio como algo para aprovechar de muchas más maneras. Pero si es lo que tu quieres, supongo que no quieres... ¡esto!"

En ese instante se bajó el cuello del top. Yo casi por instinto cerré los ojos y me di vuelta, pero, casi por instinto, al segundo volví a voltear y abrí mis ojos.

Félix me estaba mostrando que ahora estaba usando un sostén blanco de su talla.

- "Es, o bueno, era de mi hermana" -me dijo, mientras se volvía a acomodar su top donde estaba- "De hecho, todo lo que estoy usando ahora era de ella. Desde que pasó la ola no ha querido salir de su cuarto o hablarnos. Sólo salió un par de veces para ir al baño. Ahí aproveché de pedirle su ropa y me la dio de mala gana. Casi llora, de hecho."

Félix tenía una hermana llamada María. Era dos años mayor que él, e iba a la universidad. Yo no la conocía muy bien, pero sabía que ella tenía muchas amistades, era bastante popular, y buscaba ser perfecta en todo. Con Félix no peleaban, pero no eran muy cordiales entre sí.

- "Son bastante útiles" -me dijo- "Tal vez un poco incómodos, pero hey, como tu dices, a adaptarse ¿no?"

- "No creo que sea lo que quise decir..."

- "Ash, sí claro, crees que puedes ignorar todo como si solo nos hubiera crecido el pelo. Pues no, y mientras antes te acostumbres, mejor."

Acto seguido, fue a uno de sus cajones y sacó otro sostén blanco, y me lo entregó. "Ten" -me dijo.

Lo miré bien. Lo tomé, y las copas se sintieron suaves. Vi los tirantes que tenía. Lo pensé bien...y al final pensé "Bueno, ¿qué pierdo?".

- "Ok, lo voy a probar."

- "Perfecto" -dijo Félix, entusiasmado- "Ahora, ¿quieres que te ayude?"

- "¡No! gracias" -dije, un poco violento- "yo- yo lo hago."

Fui al baño y cerré la puerta, pero sabía que Félix se puso detrás. Me quité la camiseta y dejé mi torso sin nada más. Entonces me di vuelta al espejo y comencé a ponerme el sostén.

Empecé pasando mis brazos por los tirantes, lo cual hizo que las copas llegaran al contacto con mi piel. La sensación era única, por lo menos para un ex-hombre. Luego, intenté abrocharlo en la espalda, pero fue muy difícil. Tardé varios minutos, y me estaba quejando.

Creo que Félix me oyó luchando, porque desde la puerta me dijo: "¿Sabes? Puedes ponértelo a la altura de tu estomago, abrocharlo y luego subirlo."

Probé esa técnica, y abrochó perfecto. Entonces lo subí, y lo acomodé bien. Sí se sentía un poco apretado, pero ahora pude sentir un poco más de "orden" en la zona, por así decirlo.

Me miré al espejo y no se veía nada mal. Ya me quería volver a poner mi camiseta cuando Félix entra al baño sin aviso y dice:

- "Aaay pues mírate. Todo bien ¿no?"

- "Mmm sí..." -dije, pero no pude evitar sentir incomodidad en ese momento.

- "Bueno, ahora que estamos familiarizándonos con nuevos aspectos de nuestras nuevas vidas..." -me dijo, mientras fue a buscar algo de un cajón del baño.

- "Esto" -dijo, y me mostró una caja de...toallas femeninas.

Me dijo: "El día que tengamos que usarlas llegará pronto. También hay que familiarizarnos con ellas, ¿no crees?"

Yo me rehusé rotundamente y me fui del baño.

La Ola del Cambio de Sexo [TG]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora