20 | happy birthday

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Iván y Sarah habían decidido viajar a Mexico por el cumpleaños de Sarah.

Sarah amaba la idea de viajar a tal país. Quería conocer gente nueva y pasar un buen rato, y en cierta parte era para conocer a unas amigas que había hecho hace meses: Ari y Rivers.

Por eso su novio la había sorprendido con aquel viaje.

Ambos ya se encontraban buscando su asiento en el avión mientras Sarah hablaba emocionada. Su novio la admiraba riendo, parecía una nena chiquita.

—Acá es. Vení, linda.

—Corazón, ¿dónde vamos cuando lleguemos?— preguntó Sarah sonriendo

Aquel sencillo "apodo" había tomado por sorpresa a Iván, Sarah nunca lo había llamado así y tampoco era que le disgustaba.

Ambos estaban sentados, Sarah estaba en la ventanilla, mientras Iván a su lado.

—Bueno che, tengo una sorpresa para vos, es lo único que te voy a decir, morocha linda.

—¿¡Posta?!

Sarah ya se había emocionado por ello, a los ojos de Iván ya veía como los ojos de Sarah destellaban. Y era algo que le gustaba mucho a Iván, algunas veces solía regalarle cosas y decirle que tenía una sorpresa para ella, quien se emocionaba y empezaba a preguntar muchas veces.

—Sí, pero ni en pedo te digo una pista.— dijo Iván riendo levemente mirando la cara que ponía Sarah

Fruncía el ceño justo cuando su novio dijo aquello.

—Ay dale, decime una pista.

—No te voy a decir, Sarita.— dijo Iván acomodándose boca arriba para tomar una siesta

Sarah cruzó sus brazos simulando estar enojada mientras volteaba su vista a la ventanilla.

Iván, quien la veía, rió entrelazando su mano con la de ella, quien aceptó aún viendo a la ventanilla.

—¿Qué te haces la enojada, linda?

Ese simple apodo era la debilidad de Sarah, quien reía tontamente cuando escuchó esa palabra por parte de su novio.

Amaba cada momento en el que aquel decía ese apodo.

—Me caes mal, pero sos demasiado lindo como para hacerlo, pero me caes mal.

Aquel chico reía dejando un beso rápido en la mejilla de Sarah.

[ • • • ]

Nueve horas después, por fin habían llegado a Monterrey, donde se quedarían.

—Sarita, ¿querés un café?

Antes que aquella chica respondiera, apareció un hombre de apariencia joven pidiéndole una foto a Sarah. Ignorando completamente el hecho de que Iván estuviera presente.

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