13

1K 121 0
                                    

"Es un gran cambio".

Murmuró mientras terminaba las gachas que se había servido para la cena, y devolvía la olla de barro vacía y los palillos a la bandeja principal.

"Cuando un humano tiene sexo con un hombre bestia, desarrollan una resistencia increíble a las feromonas". En algún lugar de su corazón, tenía dudas sobre esto. Sin embargo, cuando su resistencia estaba a punto de agotarse y era abrazado por Shishitani, entonces su condición física mejoraba repentinamente y comenzaba a dejar de tener dolor. Era obvio que no le quedaba más remedio que creer en los milagros curativos del sexo.

Hoy, Chika se había acostado con Shishitani por tercera vez. Y había recuperado su energía en un mil por ciento.

Había pasado más de un mes desde que Chika colapsó, pero la Noche de luna nueva fue hace un par de días. Chika y los cachorros fueron evacuados con Yanagishita como de costumbre. Sin embargo, siempre que veía su cara o cuando pasaba al menos un rato con él, la pregunta de: "¿Hoy me pedirá que me vaya?" Llegaba a su cabeza sin que pudiera hacer algo para controlarlo. No obstante, para su buena suerte, el doctor siempre le pedía a Chika muestras de sangre, orina y saliva, diciendo que eran algo que todavía le venía haciendo ruido, y que por eso mismo, no podía permitir que se fuera del valle. No hasta estar seguros.

"Tu muestra no se parece a nada que haya obtenido de un humano. Así que por favor, quédate aquí por un tiempo y coopera."

Chika estaba feliz de que todavía tuviera un lugar seguro en Shishi Soba, pero su cabeza siempre le gritaba que no podía acostumbrarse demasiado a tener una vida aquí. Aunque bueno, era difícil cuando todos los días les prometía a los bebés que no se iría de allí y más que nada, cuando su amor por Shishitani parecía debilitar su antiguo espíritu de lucha.

"Bambi-chan, ¿Ya comiste?"

Kotetsu abrió suavemente el fusuma para asomarse a la recámara. Quizá acababa de salir del baño, porque su cabello rubio rojizo estaba empapado y su piel todavía se veía un poquito húmeda.

"Sí. La comida estaba tan rica como siempre."

"¿De verdad?"

Sonrió con alivio.

"Pero Kotetsu-kun, te resfriarás si tu cabello permanece así de mojado. Ve a que Shishitani te lo seque ¿De acuerdo?"

"Umm... Creo que no tiene ganas hoy."

Desde que Chika estuvo en cuarentena, Shishitani se había encargado de cuidar a los cachorros de tigre por su cuenta. Y aunque era lo mismo que hacía hasta que tuvo compañía, el trabajo en la tienda era tanto y tan constante que aparentemente le estaba pasando factura.

"Tío no se siente bien. Incluso si hablo con él, parece distraído. En el baño, casi no nos hizo caso y no platicó con nosotros como otras veces. Ni siquiera le importó que el agua se estuviera desbordando".

"¿Qué?"

Chika no podía creer lo que estaba escuchando. Shishitani estaba lleno de energía cuando tuvo sexo con él la última vez, y podía jurar que sus movimientos no eran los de alguien enfermo.

Chika le preguntó a Kotetsu:

"¿Crees que tenga algo de fiebre?"

Pero en ese momento y antes de darle la oportunidad de contestarle, un trozo de metal cayó directo al suelo. Chika y el niño saltaron en su lugar.

"¿Qué fue ese sonido?"

"¿Tío dejó caer la olla?"

Justo cuando estaban a punto de salir de la habitación, tambaleándose por los nervios, apareció Miko sosteniendo al pequeño Taiga entre sus brazos. Estaba pálida:

Bambi se casó con un león. (Traducción Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora