Capítulo 2

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—Eh... No tengo ningún tipo de comentario.

—¡¿No te gustó?!

El mayor había soltado una carcajada antes de dejar el mate en la mesa.

—Está bueno... Pero no es mejor que el café, ¡por lo menos en mi opinión!

—Sos un boludo.

A modo de broma, hizo como si estuviera indignado y se paró de la silla para irse del comedor del hotel. Lo siguiente que pasó fue que en risas, Guillermo había tomado su brazo.

—¡Pero no te vayas! ¡Te prometo que tomaré mate todos los días si te quedas!

—Ajá... ¿Y qué más?

—¿Cómo que "¿qué más?"? ¡¿Qué más quieres, que me case contigo?!

—¡No! Vos sabés.

—Leo, la neta no sé... —se le iluminó la mente—. Ah, ya... ¡Nunca voy a decir eso!

—¡Vos sabés que es verdad! Dilo o me voy.

Noup. Ven aquí.

En un rápido movimiento usó el agarre en el brazo para que el menor se sentara en sus piernas. El mexicano lo miraba a los ojos con una sonrisa orgullosa, esa acción produjo un gran rojo en su cara y latidos más rápidos en su pecho.

<<La puta madre... De cerca es todavía más bello.>> Pensó Lionel.

Esa sonrisa.

Esa sonrisa estaba desencadenando dudosos sentimientos. Sentimientos que no debían ni podían ser.

Sin embargo...

Le gustaba.

Y ni siquiera había pensado en ello en seriedad. Pero por el momento, tuvo que ir con el uso de razón.

Con una sonrisa nerviosa palmeó el hombro del rizado y se levantó de su regazo para irse a sentar en la silla a su lado. Iba a ignorar el hecho de que quería seguir en sus piernas.

—Yo... He estado analizando estas historias de... Nosotros, y... —vió como el mayor alzó una ceja divertido—. ¿Qué es un omegaverse?

—Wey, de verdad no tengo ni idea. Mi plan era preguntarles a Kevin y Diego si sabían, imagino que sí, porque ellos están con la chaviza.

—Si. Y t-también leí unos momentos... Calientes. —esa frase hizo que el guardameta diera una carcajada tan fuerte que el menor tuvo que taparle la boca.

—¡Perdón! Pero es que... —otra carcajada.

Tuvieron que pasar unos momentos para que Guillermo se cansara de reír.

—Ah... Esas cosas que leíste... ¿No quieres ponerlas a prueba?

El argentino abrió su boca en grande ante la pregunta tan atrevida de su mayor. Ochoa al ver su reacción se volvió a reír y Messi le dió un golpecito en su pecho.

—¡La re mil pija! Estás atrevido, ¿eh?

—¡Es broma, es broma! Compa, de hecho... No te pregunté qué opinas de todo esto.

—Bueno... Está bien, supongo. Realmente no me molesta. A comparación con que un chico me propuso matrimonio, esto está suave. Aunque si fue... Impactante leer esas escenas... Sexuales.

—¿En serio te pidieron matrimonio?

—Oh, sí. Fue bastante divertido, la verdad. —tomó una pausa para pensar de qué hablar—. ¿Cómo vas ustedes en el entrenamiento? Les toca con Arabia Saudita, ¿no?

✿_。ʜɪꜱ ꜱᴍɪʟᴇ 。_✿Where stories live. Discover now