capitulo X

232 26 1
                                    

Tu esposa asesino a la mía pensado en mi, y no es ninguna acusación clandestina hacia nilou. Es la verdad – dijo con seriedad a comparación de su contrario que estaba sorprendió.

No...tu no puedes hacer eso – cyno se rascó la nuca nervioso, el quería a nilou pero el amaba a tighnari, son cosas muy distintas en cierto punto.

Lo puedo hacer, y es más que colabores porque iniciar una guerra no me afectaría en nada – puso sus manos en el escritorio esperando aquella respuesta tan importante.

Me estás diciendo que entregué a mi reina para que la mates, como se te – fue interrumpido por la serena voz de su contrario.

Te estoy informando, no te estoy preguntando, o tu declaras a tu reina culpable y me la entregas por las buenas o por las malas y la guerra iniciará – dijo sin piedad alguna sobre su rival amoroso.

Mira cyno, intento llevarme bien con tu parte de Sumeru al igual que tú lo intentas con esta, pero se que al hacer eso aquellos pobladores me detestaran, no importa de igual forma, te espero mañana de igual en mi oficina, le enviaré una carta a nilou, es tu decisión.
Si mañana intentas detenerme tu y tu pueblo serán quemados – su mirada sin expresiones le hizo dar cuenta a cyno que el no estaba jugando, desde un inicio no estaba jugando.

Cyno se retiró lentamente y tighnari al estar unos minutos en silencio, sintió como líquido salía de sus ojos, aquel líquido tan parecido al hydro de esas tierras, se limpio esas lágrimas que rodaban por sus suaves mejillas, siguió revisando algunos pocos papeles que quedaban hasta que la luz de la luna se colaba por el ventanal.
Todo el palacio estaba lleno de lujos, hasta la mínima alfombra valia un moral.

Tighnari caminaba por los pasillos, reconoció quienes estaban en cada pieza que habitaban, el sabía que cyno iba a dormir con el pero después de lo dicho le dé daría tiempo para pensarlo.
El rey del sur de hace un año, un joven enamorado de su enemigo que lo que menos quería era romper la familia que su contrario llevaba consigo, estaría aterrado al saber que el mismo asesinaría a la esposa de su amante. Destruyendo a la familia Mahamatra en su curso.

Ya había mandado esa carta, solo esperaba que nilou afrontará su castigo, la unificación de reinos se estaba volviendo cada vez difícil y más con este nuevo problema.
Los sabios se limpiaron las manos ante esa situación, le dieron todo el trabajo para el y los prejuicios del pueblo aún seguía.

El sol se colo por los ventanales de la habitación de tighnari, dónde solo se encontraba cyno durmiendo, aquellos pocos rayos de sol chocaron con su mejilla se levantó. Se sorprendió por no sentir la presencia de Tighnari, se dió cuenta de la hora. De igual forma ya llegaba tarde, se vistió utilizando su tipico tocado con orejas de chacal.

Tan significativo como su propia corona de rey.

Al tener el visto bueno entro, en su campo de visión estaba su amante y su consejero real, Al-haitam lo regaño por la tardanza pero este solo lo ignoro.
Se acercó a tighnari y este estaba con su traje real de erudito, pasaron unos minutos de silencio hasta que tighnari abrió una entrada en un sitio lejano, dónde se hallaban algunos guardias con caballos, era una parte libre, sin árboles.

Tighnari guardo silencio hasta que se digno a hablar, no había recibido respuesta de nilou.

Al-haitam y tighnari abrirían una entrada hacia donde se encontraba ella y cyno tenia que traerla ante el.

Cyno solo obedecio, después de todo la sacrificaría solo para que su pueblo viva en la armonía hasta la unificación.

Sabia que los dios vivientes estarían decepcionados de el ante esa decisión y más la tsarina que es carácterisada como la diosa del amor, era lo que menos le importaba, se creo la entrada y cyno se adentro, se encontraban en el palacio desértico.

¡Enemigos Amantes! • • CynonariWhere stories live. Discover now