Objetivo trece

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Narra Kyoya Hibari

Había varias cosas que odiaba era las multitudes y más si atentaban contra el omnívoro.

Le propine un golpe al último herbívoro dejándolo inconsciente.

—gracias Hibari san.

—no lo hice para salvarte, lo hice por que odio las multitudes—mentí

—aún así muchas gracias, tenga, hice algunos postres en el club de cocina.

Me entrego un muffin de chocolate.

—se que no le gusta mucho lo dulce, pero este lo prepare con chocolate amargo, me equivoque y compre amargo, espero que sea de su agrado.

Quería besarlo, se veía demasiado algo adorable. Y el omnívoro lo sabía que una de mis debilidades era las cosas adorables.

—¡mhmp!

Tome el muffin de sus mano y aprovechar para levantarlo y así sentir su manos en mi piel.

Se despidió de mi agitando de un lado a otro para después alejarse.

Desenvolví el muffin y comencé a comerlo, por más dulce que fuera no lo desperdiciaría si era de Tsuna. Aunque este postre era agradable a mi paladar, no era tan dulce pero tampoco amargo.

Llegue a mi casa, deje los zapatos en el genkan y me adentre en el solitario pasillo.

Tras no estar de acuerdo con la decisión de la carnívora fui exiliado del clan y fui enviado a vivir a esta casa que perteneció a mis abuelos paternos.

Ryuk, mi padre y el herbívoro no pertenecía a los yakuzas, conoció a mi madre en secundaria y tras casarse se adentro en el mundo bajo.

—bienvenido a casa Kyo kun.

Fruncí el ceño al ver que el carnívoro de Fon estaba.

—ese milagro, no se supones que odias los dulces.

—me lo dio Tsuna.

—a eso lo explica tú no desperdiciarías nada de él, si te diera veneno con gusto lo tomaría.

—Ve al grano a que viniste.

—la líder quiere hablar contigo.

—no tengo nada de que hablar con la carnívora, hace años me dejo claro que prefiere dejar a Kuro en manos de un herbívoro que ni siquiera quiere tomar el cargo.

—es tu madre y Ryuuichi tu hermano.

—no, deje de ser de clan, acaso olvido que me dicto que debía ser un Vongola.

—no se supone que amas a Tsuna, no deberías a recuperar lo que le pertenece.

—por lo mismo que lo amo quiero protegerlo, él no debe acercarse a Vongola es por ello que yo debí tomar el cargo de Kuro para mantenerlo en Namimori lejos de la mierda de Vongola.

—hablando de Tsu kun, le nublaste los recuerdos.

—Por fin me dices cual es tu verdadero objetivo de estar aquí.

—ese era uno de esos, ya que lo mencionas, responde sellaste sus recuerdos.

—No lo hice, el mismo bloqueo sus recuerdos.

—no me estés mintiendo Kyoya.

—No lo hago—respondí

—esta bien fingiré que te creó. Me iré, a y por favor ve al clan, tu madre te requiere haya.

—Si tío abuelo.

—No me digas así, hace que me sienta viejo.

—Lo dudo con esa apariencia de bebé.

Él solo ser ríe para después marcharse.

Terminé de revisar algunos papeles que traje del comité. Decidí que patrullaría la zona y de paso vigilara al herbívoro guardián de Tsuna que acaba de llegar, debía mantenerme en alerta y evitar que descubra que Tsuna es el que su jefe quiere muerto.

Pero mis planes fueron arruinados al toparme afuera de mi casa a uno de los suburbios de la carnívora.

Me gustaría huir, pero estaba seguro que no me dejarían en paz hasta que me presentaran ante su jefa.

—Buenas tardes Kyoya sama.

Tan solo lo ignore e ingrese al auto para terminar con esto de una vez.


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No esperaba que fuera recibido por la entrada principal, aunque era de esperarse ella no iba a salir de su aislamiento solo para verme.

Fui llevado hasta la sala de reuniones. A diferencia de las Vongola esta tenia un estilo más oriental. Solo había un par de cojines esparcidos en el tatami, uno de ello era ocupado por mi madre que vestía un kimono con dibujos de nubes.

—¿Qué es lo que quieres?

—Reborn me vino a visitar e informar que ha llegado el momento en que Tsuna tome su lugar como décimo Vongola.

—no, él debe permanecer aquí tal como lo dijo Nanami san.

—se que esa fue la voluntad de su madre, pero como descendientes de Alaude debemos ayudar a nuestro cielo en Vongola.

—y si el no quiere tomar el cargo.

—Reborn ya le pregunto si deseaba eso y acepto.

—y que opción tiene si puede morir.

—Si él se negaba Kuro y Simone lo protegeríamos, pero el acepto.

Seguramente aquella estúpida decisión fue del idiota de Natsu.

—¿a dónde vas, aun no he terminado de hablar contigo?

—Ya me lo dejaste claro no voy a ser líder de Kuro y que mi deber es ayudar a N...Tsuna.

—Kyoya.

Ignoré su llamado, me detuve al ver como un kunai se clavaba en la madera de la puerta corrediza.

—te he dicho que no he terminado de hablar contigo.

—Pero yo ya, si no me vas a decir que Kuro es mío no hay nada más de que hablar.

—necesito decirte que tu deber con...

—Lo se y no dejare de estar al lado del omnívoro, Tsuna es mi prioridad y aceptare lo que él quiera.

Con esa respuesta me largue de aquella habitación. Avanzaba por los pasillos para dirigirme a la salida.

—Hermano.

Mierda ahora no él. Estaba de mal humor y no quería toparme con el maldito herbívoro. Lo mejor que hice fue ignorarlo y continuar avanzando.

—Hermano, no me ignores, Kyoya.

Apresure el paso al sentirlo tras de mi.

—por favor háblame, extraño conversar contigo.

Tomo mi brazo, inmediatamente lo aleje.

—No tenemos nada que hablar.

—pero hermano.

—¡NO ME DIGAS ASÍ MALITO HERBÍVORO, NO SOMOS NADA!

Me di cuenta de lo que pensaba lo dije en voz alta.

El rostro de Ryuuichi puso un gesto de dolor al escuchar mis palabras.

—tú y ella no son nada mío.

Salí de ahí lo antes posible para no volver jamás.

Ellos me abandonaron, ellos no quisieron protegerlo de Vongola. Yo mismo lo haría. Yo me encargaría de destruir a Vongola, a Kuro y a Natsu, con el fin de recuperar a Tsuna.

El herederoWhere stories live. Discover now