Capítulo 12

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"PIEZAS DE DOMINÓ"

OLIVIA

"Con matar a Marko será suficiente".

Esa jodida frase no ha parado de dar vueltas en mi cabeza desde el momento en el que las escuché. Recordaba la forma exacta en que cada sílaba salió de los labios de Avery, y como la comisura de estos se movió tan sutilmente que casi no me di cuenta.

Me gustaría decir que mi respuesta a aquello fue directa y con la misma intensidad, pero lo único que pude hacer fue quedarme callada, con todas mis neuronas enfocadas en asimilar que lo que acababa de escuchar era eso, y que no estaba en un sueño ni nada por el estilo.

Me aseguró que si hacia eso, después de dejarme bastante en claro que no me creía capaz de hacerlo, me dejaría ser parte de ellos. Era una prueba para demostrar mi valía. Mi lealtad y todas las demás mierdas que ella me exigía.

— ¿Quién es? —levanté la vista cuando llamaron a la puerta.

Llevaba dos horas sentada en la cama del dormitorio provisional que me habían dado nada más llegar aquí, sin moverme, mirando un punto fijo como si estuviese en una especie de trance. Solo una pequeña parte de mi era capaz de entender el embrollo en el que estaba metida, pero el resto estaba poniendo todos sus esfuerzos en entender que tenía que matar a Marko para ser parte de la élite.

Esa era la condición. Pero me negaba a aceptarlo.

— Yo, Ian.

— Pasa —dije de mala gana, pero lo suficientemente alto para que él lo escuchara desde el otro lado.

— ¿Ya tienes ganas de hablar? —asomó la cabeza por detrás de la puerta.

Ian me había estado esperando fuera de la sala de Avery tal y como supuse, pero cuando salí no tenía las fuerzas para contarle nada, así que le pedí que volviera más tarde porque necesitaba pensar. No le gustó la idea, pero me acompañó en un intenso silencio por los pasillos y me dejó sola tal y como le pedí.

Se quedó delante de mí, parado en frente de la puerta que había cerrado con cuidado. Ladeó la cabeza y frunció un poco el ceño cuando vio que yo no pretendía decir nada tampoco. Suspiró y caminó hasta mí, yo mantuve mis ojos sobre él mientras se movía, hasta que se sentó a mi lado, tan cerca que casi nos rozábamos.

— ¿Estás bien?

— No —fui sincera.

— ¿Qué ha pasado? — mi pecho se apretó y con él mi mandíbula. Moví mis ojos por el suelo, pero realmente no estaba viendo nada allí, solo buscaba una respuesta en mi interior. Como si concentrándome lo suficiente y rebuscando en cada rincón de mi cerebro aparecería una respuesta mágicamente.

— No lo sé.

— ¿Qué te ha dicho?

— Yo... —intenté decirle algo, cualquier cosa, pero mi mente estaba capturada por un único momento.

"Con matar a Marko será suficiente. Con matar a Marko será suficiente. Con matar a Marko será suficiente. Con matar a Marko será suficiente..."

— Olivia. — Sentí la mano de Ian sobre la mía. No me había dado cuenta de que estaba clavando mis dedos en el colchón con tanta fuerza que estos se estaban poniendo blancos —. Tranquila.

Su mano, a diferencia de la mía, estaba fría. Me acarició con su pulgar tratando de calmarme y yo deslicé mis ojos a los suyos, que era la primera vez que estaban llenos de comprensión y ninguna clase de reproche. No estaba enfadado, ni tenso o nervioso porque no le contase de una vez lo que estaba pasando. Más bien, parecía preocupado.

El Juego De La ReinaWhere stories live. Discover now