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-Khun Kim.

Kim que estaba concentrado leyendo los papeles en sus manos, levantó su pesada mirada hacia la persona que le interrumpió.

-¿Qué sucede?- Su tono fue neutral, pero la mirada que le daba era oscura, provocándo miedo a esa persona frente a él.

El guardaespaldas trago pesado y aún así hablo. -Si me permite darle mí opinión no creo que sea buena idea meterse con ese chico, por lo que ví es el hijo menor de los Kittisawat, los mismos dueños de las empresas de box con los que su padre se ha involucrados recientemente, no creo que a su padre le guste eso.

Kim soltó una risa, y no era para nada amigable. -¿Me estás diciendo que hacer acaso?- ¿Esa pregunta era una oportunidad que le estaba dando para retractarse? talvez o talvez no, porque el saber que ese guardaespaldas suyo le era más leal a  su padre que a él no le servía.

Volvió su mirada a los documentos, leyendo en silencio. -Estoy esperando una respuesta.- Pese a tener ya más de una idea de cómo hacer para que ese idiota muriera esperaba que le respondiera para ver si merecía una muerte rápida o una lenta y dolorosa.

-Lo siento Khun Kim, porsupuesto que no.

Kim solo asintió para si mismo. -Retirate ahora, no, mejor espera, necesito que traigas algunas cosas lo antes posible.- Murmuró dejando los papeles de lado y tomando un bolígrafo y una hoja en blanco en la cual anoto una dirección. -En esa dirección, ve justo ahora, necesito eso lo antes posible.

El guardaespaldas solo asintió y salió a toda prisa, cerrando la puerta en su espalda, Kim que le observó marcharse sonrió de lado, al menos no iba a sufrir.

Y es que cada guardaespaldas que le diera un leve indicio de traición, el destino era claro, eliminarlo, no tenía ningún problema en hacerlo.

Que mostrarán más lealtad a su padre que a él era la muestra de traición más grande que podrían darle, ya que sabía que en cualquier momento le dirían algo a su padre, y el no podría arriesgarse, ni siquiera un poco, contra todo pronóstico era si o si un Theerapanyakul y nunca dudaba en demostrarlo.

Los Theerapanyakul eran unos actores exelente, iniciando con su padre que era el ser más despreciable que existía en la faz de la tierra y eso que él también estaba en la tierra; su padre, un maldito calculador, pero frente a todos era un padre amoroso, incluso sus hermanos mayores le compraban ese acto, Kim por su parte no, y es que la vida de Kim era la única vida de sus tres hijos que no podía controlar del todo.

Y eso a Kim le provoca risa, su padre lo había criado de un modo diferente a sus hermanos para que fuera alguien sin emociones, preocupaciones, intereses y sentimientos, simplemente sin amor -como él alguien calculador- y la jugada le salió mal, o por lo menos en su plan no tomo en cuenta todos los detalles de cada movimiento, era la obra maestra perfecta y a su padre solo le faltó tomar en cuenta una cosa, hubo algo en lo que su padre no pensó nunca, algo que no evaluó y justo ahora era su mayor dolor de cabeza.

Cuando crias a alguien sin apego, sin necesidades afectivas, sin amor, este ve eso como algo no necesario en su vida.

Kim de seis años siempre se preguntó cuál era el motivo por el que su padre trataba a Tankhun con tanto amor o por qué Kinn era la definición de niño perfecto, y el solo era la sombra, para él no quedaba ningúna muestra de cariño, nada. Él era aislado de todo muestra de amor, nunca entendió el por que, por años creyó que no lo merecía y talvez aún aceptaba ese hecho, sin embargo eso ya no le afectaba como cuando era pequeño.

Al crecer y ser lo suficientemente astuto lo comprendió, entendió todo, se enteró de todo el juego mental que su padre había planeado incluso antes de que ellos nacieran, lo cual era tan retorcido, pero así era Korn.
Y él solo se burló de su padre, porque al ser tan calculador, no calculo el que para manipularlo necesitaba que sintiera algo por algo o alguien, lo cual gracias a su plan no era posible ya que Kim se convirtió en alguien desinteresado, ni siquiera sus hermanos le importaban, aunque eso sonara cruel era la verdad, o por lo menos eso dejaba siempre claro.

He's Evil Donde viven las historias. Descúbrelo ahora