Finalmente es sábado, Hannah regreso al colegio el día jueves y todo ha ido demasiado bien entre nosotros, hoy es la fiesta de su familia así que me vestí lo mejor que pude, sé que realmente ella no quiere asistir y sólo lo hace por su madre, yo lo hago por ella, me importa demasiado como para dejar que pase un mal rato. Tomé las llaves del auto y me dirigí a su departamento, saludé a Derek una vez que llegué, he estado viendo muy seguido y me parece un sujeto agradable, subí por el ascensor y llamé a la puerta...
- Biersack, que elegante- me miró de arriba hacía abajo y levanto una ceja, se veía realmente hermosa con ése vestido color azul, las hondas caían con gracia por sus caderas, perfecta para mí.
- Por Dios, luces tan... La palabra hermosa no te hace justicia.
- Gracias- sonrió y bajó la mirada hacia sus zapatillas- Ya puedes cerrar la boca.
- ¿Y Agus?
- Mi madre pasó por ella ésta mañana, la veremos allá.
- Bien, entonces vamos- tomó su bolso y nos dirigimos hacía el auto tomados de la mano.
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Después de poco más de una hora de camino llegamos a lo que parecía una pequeña hacienda, estacioné el auto y bajé de él, como el caballero que soy lo rodeé para ayudar a la bella dama a bajar, no sin antes arreglar mi ropa.
- No quiero entrar ahí, detesto a la mitad de ésa gente y a la otra mitad no la conozco- dijo Hannah mientras le tomaba la mano.
- Todo saldrá bien belleza- entrelazamos nuestros dedos y deposité un beso en su frente, empezamos a adentrarnos en el jardín que dirigía a la recepción.
- Andy- llamó mi atención.- No trates de agradarles, nada les parece... Y no me dejes sola ni un segundo, por favor.
- Jamás- besé su mano, se supone que tu familia debería traerte seguridad y comodidad, no lo contrario.
- ¡Llegaron!- Agus se dirigió corriendo a nosotros, llevaba un vestido color verde jade.
- Lamentablemente- bromeó Hannah.
- Vengan, nuestra mesa está por acá- caminamos detrás de ella mientras sentía la mirada de todos puesta en nosotros, Hannah apretó un poco mi mano.
- Tranquila- acaricié suavemente su mejilla cuando dejamos de caminar, sin pensarlo junte mis labios con los suyos en un corto beso. Aparté la silla para ella y me senté a su lado.
- Hannah, hija- una dulce voz se escuchó detrás de nosotros y ella se levantó en seguida a abrazar a una mujer de baja estatura, tez clara y cabello castaño.
- ¡Hola mamá!
- Te ves preciosa- la mujer le dedicó una sonrisa tan dulce como la que sólo una madre puede dar.
- Oh madre- volteó a verme y me puse de pie en seguida- Él es Andy.
-Andrew Biersack- extendí mi brazo derecho para estrechar su mano, mientras mi mano restante reposaba en la cintura de Hannah.- Es un placer conocerla Señora Jones.
- Llámame Debra- recibió mi mano, volteó hacia su hija y después regresó su vista hacia mí.- Hacen una pareja tan linda.- ambos sonreímos enternecidos.- Bien, iré a mi asiento, los veo después.
- Lo ves preciosura, hacemos una linda pareja- arrime mi silla con la de ella para estar más juntos.
- Hay no...- dirigió su mirada hacia la mesa que estaba al otro lado del jardín, un tipo alto de cabello largo castaño miraba en nuestra dirección.
- Él es..?
- Christopher McCrory, el imbécil exnovio de Hannah- dijo Agus detrás de mí, ¿En qué momento llegó aquí?
- Si, tiene cara de imbécil- afirmé.- Oye preciosa, no dejes que te incomode, estás conmigo y no te dejaré.
- Y está con tus primas favoritas Hannah- Agus bromeó sarcásticamente.
- ¿Es la mesa de los imbéciles o qué?- respondió ella y los tres nos echamos a reír. Hannah me presento a unos cuantos de sus familiares, los que supongo no odiaba, comimos y bebimos un poco, el ambiente no era tan malo, al menos no de éste lado. Mientras Hannah platicaba con su abuela Agus aprovechó para acercarse a mí.
- Creo que es mejor que te diga ésto de una vez... El imbécil de la otra mesa fue el primer amor de Hannah, o más bien su primera ilusión, él le hizo mucho daño, no le permitía ser ella misma y la dejó con el autoestima en el suelo... Tiempo después la busco pero ella no es tan idiota, cambió después de eso y no dejó que nadie más le hiciera daño... No permitas que se acerque a ella, por favor.
- Descuida, está en buenas manos- le dí una sonrisa cálida y se fue. Vaya que ése tipo es imbécil, yo jamás le haría daño a Hannah, es una mujer sin igual.
- Extrañaba a mi abuela- se sentó a mi lado con una gran sonrisa en su hermoso rostro.
- ¿No sueles ver a tu familia?
- Casi no, soy la oveja negra de la familia.
- Supongo que te odian por ser la más bella.
- Estoy bastante segura de que ésa es la razón correcta- reímos levemente, aunque a decir verdad, si es la más bella.
- Hannah, bailamos?- ahí estaba ése imbécil parado a un lado de mi chica.
- No lo creo- respondió firme tomando mi mano.
- Ahora resulta que no te gusta bailar?
- No me interesa bailar contigo, gracias.
- Ven hermosa, vamos por una bebida- me puse de pie y la lleve conmigo hacia una pequeña fuente alejada de ahí.
- Que pasado tan vergonzoso- rió un poco.
- Todos tenemos un pasado vergonzoso, pero de menos nos sirve para aprender.
- Estoy de acuerdo- nos sentamos en el borde de aquella fuente, tomé su mano y nos miramos a los ojos.
- Hannah... Yo...- rasqué mi nuca nervioso- Me encantas... - ¡Andy! ¡Hannah!- gritó Agus- Vengan a bailar, no me dejen sola en la pista con ése chico- detrás de ella había un joven rubio con ojos verdes. "As you are" de The Weeknd empezó a sonar cuando estuvimos justo en medio de la pista. Abracé su cintura y ella mi cuello, junté nuestras frentes y empezamos a danzar lentamente, todo el ruido a nuestro al rededor desapareció
- Somos sólo tu y yo- hablé lo suficientemente alto para que sólo ella me escuchará.- Ellos no pudieron ver lo que yo veo en ti... Creo en ti y en nosotros, eres la única a la que escojo, aunque rompas mi corazón... Nuestro amor es demasiado joven... Yo te necesito - baje mi boca hacia su oído y susurré- Muéstrame tu corazón roto y todas tus cicatrices, te aceptaré tal y como eres... Muéstrame tus piezas rotas y todos tus defectos, te aceptaré tal como eres...
- Andy- dijo en un susurro, levanté mi vista hacia ella.
- ¿Me aceptarías como soy?
- Te aceptaré tal y como eres- sonreí como un idiota enamorado ante su respuesta, tomé su rostro con delicadeza y la bese, un beso profundo y duradero.