Es 30 de diciembre y vamos llegando de hacer las compras para la cena de mañana, Hannah es demasiado buena cocinando, estoy seguro de que todo quedará más que exquisito.
– Hermosa, ¿Dónde pongo ésto? – pregunté mientras sostenía una bolsa con diferentes ingredientes dentro.
– Puedes dejar las naranjas y las ciruelas sobre la barra y – el timbre la interrumpió. – Espera – ambos nos dirigimos hacia la puerta, en cuanto abrió un chico de rizos casi rubios y ojos oscuros se abalanzó encima de ella.
– ¡Al fin te encontré! – ¿Quién carajos es éste idiota? ¿Y por qué la abraza de ésa manera? Mi sangre empezó a hervir y apreté los puños.
– ¿Tú qué crees? – aún no la soltaba así que fingí una leve tos. Se separaron inmediatamente.
– ¿Y éste quien es Honey? – el tipo me miró de arriba a abajo.
– ¿"Éste"? – me acerqué a él.
– Hey basta – Hannah se interpuso en mi camino. – Andy, el es Evan, el imbécil de mi primo – ¿Su primo? – Evan, el es Andy, mi novio.
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– ¿Tu novio? – la volteó a ver algo sorprendido. – Hasta que...
– ¡Cierra la boca idiota!
– ¿Así de cariñosa es siempre? – preguntó sarcástico.
– Casi siempre – contesté apenado, yo estaba a punto de partirle la cara y resulta que es su primo.
– ¿Qué haces aquí, Evan?
– Te mandé como mil mensajes diciendo que vendría en año nuevo.
– Si que eres estúpido – rodó los ojos. – Cambié de número, lo sabrías si respondieras en Facebook.
– No ocupo redes sociales tarada.
– ¿ Y sólo vienes con una muda de ropa?
– ¡Carajo! – corrió de vuelta afuera del departamento y casi inmediatamente regresó con una maleta.
– ¡Hay pero que idiota! – Hannah se echó a reír con la cabeza hacia atrás y abriendo demasiado la boca, amo cuando hace éso, a los demás les parece raro porque pareciera que te va a comer, pero a mí me encanta porque sólo lo hace cuando en realidad se siente cómoda.
– ¡Ya cállate! – Evan empezó a hacerle cosquillas y ella se tiró al piso haciéndose bolita. – ¡Andy, ayúdame a controlar a tu chica! – me acerqué a ellos y les seguí el juego.
– ¡Basta! ¡Me rindo! – pataleaba. – ¡Me voy a hacer pipí! – la dejamos de inmediato. La ayudé a ponerse de pie y en seguida tocaron el timbre de nuevo.
– ¡Gracias a Dios! – Hannah abrazo a Vale. – Me voy a morir si sigo sola con ellos.
– ¿Qué? – la castaña soltó una pequeña risa.
– Vale, él es mi primo Evan, idiota, ella es mi mejor amiga.
– Ho... Hola – tartamudeo nerviosa.
– Hay hola – él le sonrió de lado. – Hannah, si me hubieras dicho que tenías una amiga tan linda hubiera venido muchísimo antes.
– ¿Y yo para qué te quiero aquí?
– Para hacerte feliz.
– Ajá, si claro, Vale ven, ayúdame en la cocina – se dió la vuelta pero regreso de inmediato. – Y Evan, por favor, no molestes a mi novio, no quiero que lo espantes.
*Hannah POV*
Fuí con Vale a la cocina a preparar los ingredientes para mañana.
– ¿Hace más calor o es por ése chico? – preguntó mientras se abanicaba con la mano.
– Hay no – solté una sonora carcajada.
– Tu primo es muy guapo – se mordió el labio inferior.
– Si ya lo sé, también es buena persona.
– ¿Y por qué yo no lo conocía?
– Acaba de llegar, sólo se quedará un par de semanas.
– ¿Queeee? ¡No tendré oportunidad de enamorarlo!
– Lo enamorarías hasta en una hora, eres su tipo de chica, están igual de chiflados.
– Chiflada, iiiiiioooo?
– Poquito.
|| 31 de Diciembre ||
*Andy POV*
Voy en dirección a la casa de Hannah para ayudarla a preparar todo, pasé a comprar el desayuno para los tres ya que Evan se queda con ella. Llevo mi cambio de ropa en el asiento de atrás.
– Joven Biersack, bienvenido.
– Buen día Derek, te traje una rosquilla y un café – saqué una pequeña bolsa de papel y se la entregué.
– Muchas gracias – las tomó enseguida. – La señorita Jones tiene suerte de tenerlo.
– El afortunado soy yo en tenerla – sonreí y me adentré en el edificio. Toqué el timbre y ella abrió después de un rato, seguía en pijama.
– Hasta en pijama eres hermosa – la besé. – Traje el desayuno.
– ¿Ya te había dicho que eres el mejor novio del mundo? – sonrió sobre mis labios y me besó de nuevo.
– Hoy no me lo has dicho.
– Pues lo eres – entramos y nos sentamos en el sofá para empezar a desayunar.
– ¿Evan sigue dormido?
– Afortunadamente, si.
– ¡HANNAH!
– Hablé demasiado pronto – Evan apareció a un lado del sofá, tenía una sonrisa malvada y en sus manos llevaba un pequeño peluche de erizo color azul claro, era realmente tierno.
– Oh por Dios, Twinkle – susurró Hannah pero alcancé a escuchar.
– ¿Aún duermes con peluches? – preguntó él.
– Dame éso, estúpido – se levantó y arrebato a "Twinkle" de sus manos. – Sabes perfectamente que debo abrazar algo para dormir bien... Y Twinkle es hermoso – sacudió su peluche mientras veía mal a su primo.
– Eres adorable primita – se acercó a ella y besó su cabeza.
– Cállate y ve a cambiarte para desayunar – obedeció y yo me quedé como un bobo sólo viéndola.
– No te vayas a reír Andy.
– Nada de éso... Eres mucho más especial de lo que crees... Y Twinkle es hermoso – besé su frente. – Te amo Hannah.
