Erick

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Nunca había pensado sentir esa sensación pero cuando conocí a esa chica de cabello moreno, treces años con una mirada dulce y pacifica con una alegría tan contagiosa, me hizo sentir que debía ser mía y estuve dispuesto a hacer lo que hizo falta. Así fue mentí a Ludmila para que no pensara más en estar con Mariano y se diera cuenta que soy más valioso que el pero no me esperaba que no la iba a volver a ver. Nunca me había pasado esto pero porque no me ponía feliz el haberle mentido, el que no volviera porque me importaba tanto que volviera después de todo era solo una chica era solo una joven creyente que ponía toda su vida en Dios. Si era creyente pero era diferente a los demás.

No ahora que locuras estoy diciendo, justo hoy el día de la convivencia no puedo pensar en estas cosas.

Continúe preparando la mochila para salir, el primer paso era salir de mi cuarto pero como de costumbre mi viejo no estaba; así le decía a mi tío que tras la muerte de mis padres y el traslado de mi hermana a un orfanato porque mi tío no se quiso hacer cargo de ella, él se hizo con dureza y sin ningún rencor ni dolor por haberme alejado de mi hermanita decidió hacerse cargo de mi pero lo que más hacia era decirme que yo le importaba pero se pasaba toda las noches hasta las doces del mediodía del otro día en casa de quien sabe dónde con la simple excusa de no que no venía el colectivo lo único bueno de esto sería que cada fin del mes me paga grandes sumas de dinero lo suficiente para poder seguir aquí con vida, a veces me pregunto si es cierto que trabaja en como mesero en un restaurante porque para ganar tanto y tan rápido.

Sin perder más tiempo en situaciones a las cuales ya estaba acostumbrado, decidí salir hacia el instituto por el cual íbamos a encontrarnos para salir hacia la convivencia. Mientras caminaba solo podía pensar en esto como Una experiencia que para nada me tenía emocionado es más ni tenía ganas de ir, tener que estar con mis compañeros y con otros de otras escuelas hablando de amor, amistad de estudio o lo que fuera, era algo que no me llamaba el interés y menos en estos momentos. Pero justo el día de ayer Marilyn me toco la puerta varias veces y me dejo varios mensajes diciendo <<que si yo no iba me podía arrepentir por toda la vida y ella no dejaría de recordármelo>>.Asimismo decidí ir y acá estoy caminando hacia lo que no conozco la única persona que me podía alegrar ver era a aquella persona que no solo me insistió con que valla sino que desde el primer día que se mudó hace un par de años que me invito a estudiar con ellas para ponerme al día y me presento lo que es la ficción; algo en esa ficción lo relacionaba con la mentira como el arma capaz de liberarme de todo dolor y bajeza frente a los demás pudiendo incluso llegar a estar encima de los demás un paso adelante.

La mentira era la pasión que me movía lo que verdaderamente valía era la historia que uno creaba en sí mismo y que hacía creer a los demás algo que solo era una ficción solo con el hecho de yo tenía el control esta vez. Mientras todo veía un defecto o una etapa yo veía una gran responsabilidad sin límite que no me detendrían. Al menos eso creí hasta aquel suceso que les contare más adelante...

Al llegar por fin al colegio me encuentro con mi amiga la cual estaba parada mirando para ambos lados con una cierta sonrisa podría decirse.

― ¡Qué onda amigo!―Exclamo ella al instante que me acerque a ella.

― ¿Todo bien y vos?―Dije con un poco de agonía lo cual se me hacía difícil ocultar.

―Yo bien pero al parecer El rey de la mentira no pudo ocultar su sentimiento parece―Contesto ella con el sobrenombre que me llamaba o que ella misma había inventado para mí.

―Ni lo estaba intentando ocultar, pero creo que a vos te puedo contar.

―Claro, decime―Afirmo ella con un movimiento ligero de la cabeza.

Mi decisión diferente en DiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora