42° Don't blame me

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Lexa.

Todo ha sido un completo caos desde que le pusimos fin a Dante Rinaldi, el estrés me está matando y la presión de estar fichados por los Sparrow me tiene al límite... por el embarazo estoy hecha una mierda por las hormonas y en lugar de sentir ansiedad por la presión, me siento furiosa. La adrenalina me recorre las venas y lo único que quiero ver ahora es sangre... sangre de nuestros enemigos que se empeñan en jodernos cuando saben muy bien que siempre seguiremos de pie. Mientras todos se están preparando para la llegada de los Sparrow, yo me apresuro hacia las jaulas de los lobos, no pueden estar aquí cuando todo se esté derrumbando.

—  Vengan — ordeno, logrando que me obedezcan y me sigan con Ghost caminando a mi costado. No puedo verme pero estoy segura de que me veo como una maldita con estos lobos gigantes siguiéndome como protectores, en especial con Ghost que parece ser el lobo del mismísimo diablo. Me dirijo a Daven quien está preparando sus mejores armas cerca de la bodega — Lleva a los lobos a un lugar seguro — demando — sal por atrás y llévalos a la base de la legión.

—  No iré en un auto con esas bestias —  se queja

—  No fue una petición — aclaro con firmeza — fue una orden. — digo y esboza una sonrisa de orgullo.

—  No quería perderme la pelea — refunfuña antes de caminar hacia la primer camioneta que encuentra — suban — les ordena pero ninguno hace caso.

—  Suban — ordeno yo, logrando que todos suban a la camioneta, excepto Ghost. — sube — le ordeno pero ni siquiera se mueve — Ghost hablo enserio, sube ya. — nada. Resoplo con impaciencia y... el sonido de disparos y explosiones a la distancia me hacen estremecer —  ¡Llévatelos ya! — le grito — ¡uo me encargo de Ghost! — aseguro y me aparto para que Daven encienda la camioneta y salga como un maldito rayo de mi vista en dirección contraria a los disparos. — ¡Ghost, aquí! — le grito mientras corrió hacia los demás — ¡¿Ahora si te mueves, verdad?! —  digo cuando corre junto a mí, hasta detenernos frente a la fortaleza. Me coloco junto a Alexei y Nikolai.

—  No te pierdas de mi vista — me dice el padre de mis hijos, tomando mi mano. — Protéjanla a toda costa — le dice a sus hermanos.

—  Debiste irte con los lobos — me dice Allison

—  ¿Y dejarlos solos? — resoplo — eso jamás. — me mantengo firme. Lo más lógico era que todos saliéramos de aquí, pero ya era demasiado tarde para eso y aquí podremos atacar mejor... es nuestro territorio, nuestra gente y nuestras armas... tenemos ventaja.

—  ¡Aquí vienen! — grita alguien a lo lejos cuando el sonido de los disparos y explosiones se intensifican.  Empuño mis armas en ambas manos y les quito el seguro, Alexei ya se ha encargado de ponerme un chaleco anti balas.

—  ¡Recuerden! — grita Allison — ¡Dar de baja a la mayoría antes de comenzar a evacuar!

—  ¡Arriba! — grita Rita cuando el sonido de un helicóptero nos interrumpe, todos alzamos la vista hacia el cielo y logramos distinguir un helicóptero acercándose.

—  ¡Cúbranse! — grita Elijah Castle al detectar un arma sobre saliendo del helicóptero que apunta directo hacia nosotros. Ni siquiera soy consciente de quien me toma del brazo, pero en menos de un segundo ya estoy corriendo hacia una de las  enormes maceteras de concreto que hay a los extremos de la fortaleza. Me cubro la cabeza y los oídos cuando las balas comienzan a llover sobre todos. <<Mierda, mierda mierda>> Miro a mis costados y encuentro a Nikolai sujetándome con fuerza, y a Rita y Dimitri del otro lado cubriéndose con el concreto.

—  ¡Madre! — Grita Dimitri, haciendo que me gire hacia la derecha para encontrar a Yelena de pie sosteniendo el lanza granadas directo al helicóptero. Una...dos y tres veces logra apretar el gatillo antes de que Rita le caiga encima en nanosegundos, logrando quitarla del blanco de las balas.  Una explosión me ensordece, provocando que las balas cesen y  que todos salgan de sus escondites. Vuelvo a empuñar mis armas y salgo de detrás del concreto para comenzar a disparar a los hombres de verde y las otros camuflados de gris y negro que saben bien lo que hacen porque ninguna de las balas logra darles.

La Reina De La Mafia: Nacimiento del Ave Fénix Where stories live. Discover now