Capítulo 1

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Una mezcla de luces rojas y violeta iluminaban el lugar entre un mar de niebla que, ocultaba la esencia del local bajo su tupido velo.

Hongjoong se encontraba en la barra de aquel lugar, ejerciendo como camarero. Vestía un traje de corbata blanco y negro que le daba un aspecto similar al de los mayordomos. Desde detrás de aquel trozo de madera que, separaba su vida de la de sus clientes, parecía haber otro mundo completamente distinto. Uno que tentaba a Hongjoong, que nunca había visto de cerca.

A veces observaba en la lejanía a las personas que bailaban en las barras. También a aquellas que miraban desde sus comodas butacas, o desde la distancia de las mesas cercanas a la barra, cómo hacía él.

La curiosidad le mataba, pero no la podía saciar. Fichaba a la misma hora que todos los bailarines y acababa su turno más tarde que ninguno. Tenía pequeños descansos para ir al baño, claro está que, en tan poco tiempo, no podría explorar el lugar. Eso sin contar que los empleados de su sección no tenían permitido pisar el resto de secciones, incluyendo la zona de pole dance.

Hong nunca había tenido la oportunidad de venir en vacaciones ya que nunca las hacía. Las hacía cuando el local cerraba, entre semana y no festivos. Así que realmente tenía mucho tiempo libre pero, nunca un espacio para visitar dicho club como un cliente.

El pelirrojo se limitaba a observar apoyado en la barra de madera del bar, de aspecto rústico en comparación al resto del local, como algunos bailarines venían de aquí para allá; otros parecían tener un lugar fijo. También se percató de que algunos clientes parecían tener sus favoritos. Después de días de poco trabajo y mucha observación, tenía a la mitad fichados. Aquellos clientes iban directos a aquel bailarín que les gustaba, con suerte pasaban por el bar, si no parecía que tenían un petardo en el culo. Hong lo veía como una gran fidelidad, lo cual le hacía gracia ya que parecía más fiel el cliente al trabajado que viceversa. Le fascinaba como algunos clientes intentaban ganarse el cariño de personas que trabajan ganándose el cariño de sus clientes. Es decir, diariamente observaba clientes intentando conquistar a su bailarín favorito, pero nunca lo conseguían. Eso solo ocurría en las películas como "pretty woman". Finalmente se cansaban y no volvían a pisar el club. Otros se limitaban a volver, ya rendidos. Algunos montaban verdaderos escándalos. Lo que solían hacer los bailarines era fingir interés en sus clientes para sacarles más dinero, o mantenerlos mansos para evitar sobrepasar los límites.

(...)

-Buenas noches bonito.- escuché una voz que reconocía a la perfección.

Sonreí automáticamente y me giré para que pudiera ver mi sonrisa, lo que un solo saludo había provocado en mí.

-Está usted preciosa, como siempre.- sonreí con sinceridad, achinando mis ojos y ensanchando mis labios.

Ella me devolvió el acto, mirándome directamente a los ojos como si pudiera leer mis pensamientos con aquel simple acto. Apoyó los codos en la barra para acercarse más a mí. La música distorsionaba un poco el sonido de la voz de ambos, aunque el bar estaba lo suficiente asilado del lugar como para mantener una conversación audible.

Yo no era un bailarín pero también podía tener mis propias pretendientas. Para mi sorpresa.

Me guiñó el ojo e inmediatamente me puse a preparar la bebida que pedía cuando venía a verme. Cuando venía se quedaba únicamente en el bar, hacinadome compañia durante gran parte de mi turno. En épocas de mucho trabajo no podía entablar conversación conmigo pero, su simple presencia hacia un gran acompañante para mí.

Terminé su mezcla, un blue lagoon con una rodaja de limón extra.

-Para la señorita.- se lo tendí, deslizando el cuello de la copa con dos dedos.

I Want Big Boy Where stories live. Discover now