Capítulo 5

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HONGJOONG

La semana pasó rápidamente. Aproveché para salir con mis amigos ya que los fines de semana no podía verlos. El dinero que ganaba en el club, era lo suficiente como para sobrevivir toda la semana a base de caprichos, así que invité a todos a cenar al finalizar sus jornadas o estudios. Siempre me preguntaban en que andaba, desconocedores de donde trabaja y no planeaba explicárselo. Si Yunho y Bangchan supieran que trabajaba en el club al que ellos me llevaron por primera vez no sabría como mirarles a la cara.

Aquella jornada, fui de los primeros en llegar al trabajo, guiado por la emoción de volver a ver a Hwasa. Los días que sabía que venía, llegaba más pronto. Quería preparar todo con calma y darle una buena impresión, como si ella fuera una cliente VIP, que lo era.

Algunos empleados ya estaban allí antes que yo, preparando la sala en el sentido más técnico: luces, música, tarimas. También empleados de limpieza acabando de arreglar el lugar. Hoy llegaba realmente pronto.

Vestí la ropa de trabajo y me posicioné en el bar, preparando mis bartulos.

El lugar estaba sumido en un silencio extraño que nunca presencié antes, salvo por las pruebas de sonido de los técnicos en los altavoces. El club tenía una gran preparación para su apertura, por eso era considerado de lujo. El señor Kim gastaba mucho dinero aunque no apostaría por una cantidad.

Limpiaba por quinta vez el mismo vaso, tratando de perder tiempo, cuando ví una cara conocida acercándose a la barra.

-¡Hongjoong!- sonó contento de verme. Apoyó su peso en la barra con una sonrisa burlesca, lo que parecía era su sello identificativo.

-Jongho.-- lo saludé de igual manera. Antes de que pudiera decir nada comencé a preparar su vaso de Whisky.

Escuché como río a mis espaldas. En tan solo unos segundos se lo serví, deslizando el culo del baso por la madera barnizada.

-Gracias. Aunque hoy no pensaba beber.- volvió a reír, enseñando sus colmillos blanquecinos, que se hacían destacar entre el resto de dientes.

Le miré con obviedad. Jongho parecía un gran bebedor, de esos que con ochenta años toman a diario pero se mantienen como si no lo hicieran. Una persona así no podía desaprovechar su talento, yo no lo haría.

-No digo que no me fie de su palabra, pero no me fío de su palabra.- bromeé.

-Haces bien.- correspondió. Aún así apartó el vaso y lo empujó en mi dirección.- Haremos una cosa. Yo ahora tengo una reunión con tu jefe. No puedo ir bebido.- Estaba seguro de que una copa no le afectaba en lo mas mínimo. Desde luego, era un hombre responsable.- Guarda mi copa. No importa lo que tarde. Cuando acabe la tomaré.

Asentí y la dejé en la barra del fondo, junto con los utensilios y botellas de alcohol.

-Pero, con una condición.- su voz a mis espaldas me obligó a girarme.- Tienes que hacerme compañía.

Asentí complacido. La compañía de Jongho era agradable, no me costaría cumplir su petición, proporcionar conversacion también formaba parte de mi trabajo.

-Me voy.- anunció, despegandose del trozo de madera.

Recolocó su americana de forma elegante, como de costumbre. Parecía llevar siempre el mismo traje, solo variaba el color de la corbata. Seguramente tenía mil trajes iguales, todos hechos a medida, haciendo justicia a su prominente cuerpo. De verdad era un gorila, uno elegante, pero intimidante.

Acabé de inspeccionarle. Mis ojos volvieron a posarse en los suyos, que reflejaban un brillo burlón, más de lo normal. Entonces caí, otra vez, había sido demasiado obvio.

I Want Big Boy Where stories live. Discover now