CELOS

CAPÍTULO TRES

Si le preguntaran a Messi si recordaba la primera vez que vio a Cristiano, él sin duda respondería con una gran sonrisa en su rostro que lo recordaba perfectamente cómo si hubiera sido ayer.

Aquel nueve de febrero del dos mil once tenía un partido amistoso en Ginebra contra el equipo portugués. 

Ese día había agarrado un resfriado, pero eso no fue un impedimento para entrar al campo de juego, por esto no podía oler las feromonas de sus compañeros. Al comienzo del segundo tiempo ocurrió un accidente, un alfa del equipo portugués entró repentinamente en celo causando que el partido se pausara. 

Y ahí lo vio, le recorrió un escalofrío cuando su mirada se encontró con la de aquel alfa, su mirada llena de deseo le puso los pelos de punta y por un momento sus piernas temblaron. Pero aquel momento mágico no duró mucho, cuando llegó el equipo médico portugués, el alfa se puso muy agresivo llegando a agredir a un beta, el quipo médico tuvo que sedarlo y sacarlo del campo de juego.

Después de aquel incidente el partido siguió su curso dejando al equipo Argentino como ganador gracias a un gol de Messi. Este decidió no pensar más en los sucesos con aquel alfa portugués, después de todo él ya tenía una novia.

A tan solo cuatro meses después de la final del mundial de Brasil, en la que habían quedado como subcampeones, el equipo Argentino tenía un juego amistoso contra el equipo portugués.

Ah, definitivamente esto era como un déjà vu.

Cristiano frunció el ceño recordando lo que había pasado la última vez que se había enfrentado al equipo Argentino, esa vez se había ganado un buen regaño por parte de su director técnico, no iba a permitir que tal error sucediera de nuevo.

En el primer tiempo no hubo goles a pesar del esfuerzo de los dos equipos. Al inicio del segundo tiempo los directores técnicos de los dos equipos decidieron hacer un cambio en los jugadores, en el equipo Argentino Messi fue reemplazado por Nicolás Gaitán, mientras que en el equipo portugués Cristiano Ronaldo fue reemplazado por Ricardo Quaresma.

El portugués solo pudo resoplar al ser sacado del campo de juego, no era como si pudiera hacer algo sobre eso.

Al minuto ochenta y cinco aún no había goles, por esta razón había mucha tensión por parte de los dos equipos.

Decidió ir al baño para refrescarse sin contar con que el jugador estrella de Argentina tendría la misma idea.

Al entrar al baño un olor a maracuyá extrañamente conocido lo recibió, sus ojos se abrieron estupefactos ¡Era el mismo olor que había percibido hace tres años! Su seño se arrugó, aquel olor había hecho que su alfa ronroneara, definitivamente no era una coincidencia.

Buscó al dueño del olor, pero todos los cubículos estaban vacíos a excepción de uno, a medida que se acercaba a aquel cubículo, el olor a maracuyá era cada vez más fuerte como si estuviera llamándolo.

Extrañamente, la puerta del cubículo no estaba bien cerrada, dejando escapar extraños sonidos que Cristiano interpretó como jadeos, creyendo que la persona que estaba adentro necesitaba ayuda, abrió la puerta encontrándose con algo que no esperaba...

Un Lionel Messi sonrojado, agitado y con una dolorosa erección entre sus piernas, era obvio que estaba a punto de entrar en celo. El alfa portugués en serio intentó convencerse de que el Argentino necesitaba su ayuda, de que no era seguro estar allí, estuvo a punto de perder la cordura cuando Messi lo miró a los ojos.

—Por favor ayudame —rogó el argentino en un susurro.

—Tranquilo —dijo Cristiano acercándose con cuidado, intentando respirar por la boca para no perder la cabeza ante aquel olor que tanto le gustaba. 

Cuando iba a levantar al otro alfa, este le sorprendió agarrándolo por la camisa y juntando sus labios en un demandante beso que quebró el último hilo de cordura que le quedaba.

Sabía que no era el momento ni el lugar correcto para estar en aquella situación, pero aquel aroma tan afrodisiaco y el insistente rasguño de su alfa interno por reclamar al otro, aunque fuera de su misma casta, no lo dejaron pensar y se dedicó a devorar esos labios como si no hubiera un mañana.

Por su parte, Lionel estaba perdido en las garras de la lujuria; desde el primer tiempo en el que entró a jugar un olor dulce igual a la canela inundo su nariz enloqueciendo a su alfa interno, logró aguantar hasta la finalización del primer tiempo, por esto el director técnico lo había mandado a la banca.

Al inicio del segundo tiempo se había sentido demasiado mal, decidió ir al baño a refrescarse y ahora estaba besando a otro alfa, definitivamente se debió haber vuelto loco.

No se dio cuenta en que momento el portugués le había quitado la pantaloneta y el bóxer, lo único que podía sentir eran los dedos expertos acariciando su duro pene llevándolo hasta las estrellas.

Sin poder aguantar más, Lionel se corrió en la mano del portugués, volteando los ojos de puro gozo antes de perder el conocimiento.

Cristiano lo limpio, lo arregló y luego lo llevó al equipo médico Argentino para que le administraran algún supresor. Volvió a la banca de su equipo ignorando la mirada inquisitiva de su director técnico, tenía mucho sobre lo que pensar y sobre todo deshacerse de la potente erección que había causado aquel encuentro inesperado.

(Vistazo al pasado 2/4)

¡Hola!
Por fin les puedo traer el tercer capítulo.

Han sido unas semanas un poco ocupadas, ya que pronto es mi cumple años y estamos planeando mis 15 con mi mamá.

En fin, para los que no han dado cuenta cambié algunas cosas en los capítulos anteriores pueden ir a leerlos si gustan, también los quiero invitar a leer mi otra historia Cristessi llamada "hacete el pana".

Se les quiere ❤.