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Todos habían salido a dar una vuelta y la pareja se había quedado sola junto a Mingi en casa, los tres jugaban un juego de mesa en la habitación de los mayores cuando de repente la puerta principal se abrió y uno de sus hijos entró gritando, era San. Hongjoong se quedó con Mingi y Seonghwa bajó corriendo a ver que sucedía, en la sala estaban Yunho y San, Yunho trataba de calmar a San mientras que este lloraba y gritaba desesperado.

—San, tranquilízate—Yunho trató de agarrar sus manos, pero, San no se dejó.

—¡No puedo calmarme!—gritó golpeando el piso con su pie y rascando su cuello con fuerza, no podía calmarse en ese momento— ¡Sacalo Yunho, sacalo! ¡Mátalo!—sin poder controlarse empezó a golpearse a sí mismo, su llanto era tan desgarrador que Yunho empezaba a sentirse asustado.

—¿Qué sucede? San ¿Qué sucede? Siéntate, respira—lo ayudó a sentarse en el sofá y se sentó a su lado sobando su espalda— respira amor, respira...¿qué pasa?

Yunho miró a San y tembloroso sacó de la mochila de San un sobre arrugado. Al extender su mano trató de dárselo, sin embargo, San corrió a él rápidamente para quitárselo de la mano y romperlo, Seonghwa no debía ver el sobre.

—¡No, no!—trató de quitárselo a Seonghwa, pero, fue tarde, ya lo había abierto.

San sintió que iba a desmayarse mientras que la expresión de Seonghwa cambiaba al leer, Seonghwa no parecía contento con lo que leía, más bien estaba molesto.

—San...¿de nuevo?—lo miró dejando la hoja en la mesa de café— San, mírame.

—No.

—San, mírame a na cara cuando te hablo.

—¡No!

—¿Quién es el padre? San, ya he hablado de esto contigo, no puedes acostarte con el primer hombre que veas, mírame San, mírame—ordenó.

—Estaba ebrio.

—¿Qué te he dicho de tomar? ¿Qué te he dicho de escaparte de la casa? Mírame San, ¿quién es el padre?

—Está pálido—notó Yunho sintiéndose preocupado.

Seonghwa volvió a leer el papel y sintió su sangre helarse al ver cuanto tiempo tenía el bebé, San tenía casi cinco meses, ya era demasiado tarde para poder abortar, no podían hacer nada. San ladeo su cabeza al ver la expresión sorprendida de Seonghwa esperando una respuesta más de su padre, Seonghwa estaba sin palabras, su mente estaba en blanco, no podía creerlo, se sentía decepcionado, sin embargo no podría hacer más nada. Cuando creyó que las terapias estaban funcionando todo decidió irse por el caño, aunque no debía quejarse, tres semanas de terapia no tendrían efectos tan rápido. Le sorprendía bastante que no haya tenido un aborto espontáneo con todo lo que pasaba en casa con su hijo.

—No puedes abortar San, ya es tarde.

—U-uh.

—¿Quién es el padre?

—No lo sé—bajó su cabeza apenado, eso había sido suficiente para que Seonghwa dejara la hoja en la mesa molesto y dejara la sala, al parecer debía procesar las cosas.

Asustado San subió su cabeza y logró visualizar a Mingi en las escaleras, Mingi lo miraba con miedo, atrás de Mingi Hongjoong bajaba las escaleras para preguntar que sucedía, San estaba del color de la pared y Seonghwa estaba sentado en el patio con sus manos en la cara, primero había ido con San y al no recibir respuesta fue con Seonghwa a preguntar qué sucedía, los gritos de San al llegar no eran normales.

—¿Qué sucede Min?—preguntó Yunho dejando de acariciar la espalda de San para ver a su otro hermano.

—¿Qué le pasa a Sannie?

—Se siente mal de la barriga, comió mucho y ahora le duele ¿Verdad Sannie?—preguntó y disimuladamente golpeó el brazo de San con su codo para que le siga la corriente.

—Sí, comí mucho y ahora estoy gordo.

—Oh, ¿llorabas porque te dolía?

—Si Minnie, me duele mucho—trató de sonreír al ver la preocupación de su hermano, sin embargo no pudo.

—Me asustaste mucho.

—Lo siento.

San no imaginó que esa pequeña conversación con su hermano lo hubiera relajado un poco.

—Si le das un abrazo a Sannie se va a sentir mucho mejor del dolor.

Dudoso se acercó y abrazó a su hermano, fueron segundos, pero para San fueron los según suficientes para sentirse tranquilo, Mingi no solía abrazarlo con frecuencia como hacía con Yunho y Jongho, cada abrazo que le daba era oro.

—Gracias Minnie.

Hongjoong entró de nuevo a la casa justo cuando Mingi se separó de San, amablemente le pidió a sus otros dos hijos que suban y una vez solos se cruzó de brazos con una mirada preocupada y decepcionada, no era la primera vez que San volvía con un bebé en el vientre y la primera vez lo habían dejado pasar, esta no, esta vez ya era grave porque sí o sí debía tener al bebé, eso era preocupante, en ese momento no podían hacerse cargo de una persona más menos de un bebé. De ahora en adelante debían ser más estrictos de lo que ya eran con San, ya estaba sobrepasando los límites, los había sobrepasado hace mucho tiempo.

—¿Qué te hemos dicho?—Hongjoong decidió romper el silencio, si San no iba a hablar lo haría él.

—Papá...

—San, ¿estás consciente de que tienes que tener al bebé? San, mírame a los ojos cuando te hablo...¡San!—exclamó cansado— no puede ser que por más que tratemos de ayudarte y de cuidarte tú solo hagas lo que se te da la gana y luego llores porque te arrepientes ¡No es justo! ¡Siempre es lo mismo! ¡Siempre es algo peor que lo anterior!

—L-Lo siento—sollozó, tenía miedo, no quería que sus padres lo echen de casa, no era lo que quería.

—Tienes que aprender a ser responsable o pasan estas cosas, de ahora en adelante no vas a salir sin nuestro permiso, de ahora en adelante vas a salir únicamente a la universidad y vas a volver ¡Siempre hemos tratado de ayudarte y hemos confiado en tí! Solo haces que perdamos la confianza en tí...esto es algo que pensé que jamás diría...estoy decepcionado de tí, San.

—¿Ya no me q-quieren?

—Jamás dije eso.

—Ustedes no me quieren, jamás lo hicieron—limpió sus lágrimas con fuerza y luego los miró molesto, sus padres jamás lo quisieron.

—No sé quién te dijo eso, pero es mentira—esta vez fue Seonghwa.

—¡No lo hacen!—gritó frustrado colocando sus manos en su cabeza, en ese momento ya nada tenía sentido en su cabeza, ya nada era importante.

—San, relájate por favor, respira—pidió Hongjoong acercándose para calmarlo—Sannie.

—¡Déjame paz! ¡Quiero estar solo!

—Amor, respira...tranquilo por favor, le haces daño a ambos.

—¡El bebé no me interesa!

—Shh...tranquilo—lo abrazó pegandolo a su pecho, no quería más accidentes en ese momento.

Durante la noche San no pudo dormir y se quedó mirando a algún punto de su habitación acariciando su vientre abultado con ambas manos, ahora debía dejar su vida entera para dedicarse a cuidar a la cosa que arruinó su vida, no quería dejar la universidad, era lo único que le daba sentido a su vida a pesar de tener las peores notas del mundo, en ese momento había considerado quitarse la vida de nuevo, así quizás dejaría de ser un estorbo. No pudo dormir y las siguientes noches fueron iguales, no había podido dormir, ni siquiera se levantaba de la cama para comer, se sentía muy deprimido como para levantarse.

¿Por qué le habían tocado a él la peor vida de todas? No tenía suerte para absolutamente nada, ni siquiera para el amor o para hacer amistades, su vida apestaba.

 𝗟𝗢𝗨𝗗 𝗙𝗔𝗠𝗜𝗟𝗬Where stories live. Discover now