Capítulo 2: Presencias.

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Castiel siempre evito los problemas, es juicioso e incluso suele pasar desapercibido pero aún así decidió mantener una especie de amistad con el joven Sam Winchester, aún cuando sabía desde el primer momento que eso lo metería en problemas, no era que el menor fuera un busca problemas o algo así solo fue la expresión que solía tener por momentos o su manera de hablar lo que le hacía sentir inseguro sobre convivir con el menor, aunque se sorprendió de la paciencia, la empatía y sobre todo de la determinación del alfa más pequeño.

Sam no pasaba de los catorce años y aún así hablaba con un nivel de respeto y prudencia impropio de un adolescente, aunque claro estaban esos momentos donde solo era un niño pequeño quejándose de cómo sus compañeros eran unos tontos o como una tal Jessica confundió su cita con una reunión de amigos y no logro declararse. Sam solía ser como los jóvenes alfas de su edad, pero había momentos como ese donde parecía ser mucho más que un muchachito parlanchín.

Castiel no creció con nadie de su edad, la mayor parte de su infancia y adolescencia la pasó en casa de su abuela hasta que ella murió y fue a parar a casa de Chuck, esa tal vez fue la primera vez que convivió con otra persona con la misma edad, aunque claro decir que Gabriel era como los chicos de su edad sería una falacia, su primo solía ser mucho más que solo un adolescente hormonado. El caso es que realmente no cuenta con la experiencia para abordar al menor frente a él que resopla molesto y pasa las hojas de aquel libro de matemáticas con especial odio.


Solo pregúntale si está bien, la voz de su lado alfa lo saca de su concurrida cabeza por lo que armándose de valor decide finalmente intervenir en la silenciosa pesadez del menor.



-¿Hay algo que te moleste Sam? - pregunta y se alegra de que su voz no titubee.

-Es Dean...- contesta el menor y se sorprende de lo rápido que hablo, aunque claro a veces olvida que Sam no es como los demás y que algunos de sus problemas suelen ser más de lo que un niño de catorce años puede manejar.

-¿Qué hay con Dean? ¿Pelearon? - menciona y puede ver cómo el menor se tensa y desvía la mirada, sonríe para sus adentros al recordar cómo Dean hizo exactamente lo mismo esa mañana.

-No...bueno si, pero eso no importa - divaga el pequeño alfa con algo de nerviosismo mirando el libro de matemáticas que hace tan solo un rato parecía querer matar - Papá encerró a Dean en el sótano otra vez - confiesa y puede sentir como su alfa gruñe molesto ante tal declaración. Esa era otra cosa que noto, la aversión que Sam mostraba por su progenitor, esa que en él se transformaba en aberración pura y desmedida que hacía hervir su sangre y desear -muy fuertemente- aquel imbécil hombre se ahogara en su propia mierda y dejará de molestar a sus hijos.

-¿Otra vez? - Cómo se atreve a algo así, gruñe su alfa y está totalmente de acuerdo con la indignación que recorre su cuerpo.

-Si, papá no se mide en los castigos pero con Dean siempre es más que solo enojo es como si se desquitara con él - dice el menor y puede ver el temor brillar en sus ojos - El viernes discutimos con papá, de alguna manera se enteró de lo sucedido, llamó a Dean una zorra y muchas cosas más. Estaba furioso Castiel, papá siempre le dice cosas de ese tipo pero quise defenderlo, decirle que si estaba en esa situación era por su culpa pero lo hice enojar y arremetió contra Dean - la voz del menor se escuchó quebrada y solo pudo colocar una mano sobre su brazo y dar una suave palmada. No era el mejor reconfortado y lo sabía, pero esperaba que funcionara.

- Algo te causa incertidumbre ¿Qué es? - interrogó deseando saber que aquejaba al menor además de una profunda culpa.

- Estoy seguro que Dean no haría lo que hizo nunca, él odia a los alfas tanto como para patearle las bolas a cualquiera que intente algo con él, pero si paso fue solo porque uso el dinero de sus supresores en alguna otra cosa - relato con desespero y él escuchó con atención sintiendo como propio el sentimiento - Dean suele usar los supresores de celo porque si papá llega a enterarse entonces lo deja los cuatro días de celo en el sótano y si está de humor le suele dar pan...- susurra lo último con la mirada perdida como si estuviera entrando a un recuerdo doloroso y siente la responsabilidad de sacarlo de ahí.

Un alfa para Dean Winchester  (Destiel)Where stories live. Discover now