13 •Donas•

790 103 80
                                    

El sonido de la teclas de la computadora sonaban a toda velocidad, los empleados iban y venían haciendo resonar sus zapatos en el piso, el ruido de teléfonos sonado a toda hora y el de las hojas de papel revolviendose también llenaban el ambiente.

Todo tenía que ser rápido, acelerado, no podías parar a descansar. Apenas y si podías terminar de comer tu almuerzo ya frío y tenías que salir corriendo a imprimir unos nuevos archivos. Su traje gris era demasiado caliente, incluso para estar en pleno invierno y su corbata lo asfixiaba, pero no podía aflojarsela porque le  reclamarían por "falta de etiqueta".

Presionó una última tecla antes de enviar el archivo en el que estuvo trabajando todo el día, dió un sonoro suspiro antes de echarse sobre su escritorio derrotado. Corrió su silla para mirar hacía el cubículo de al lado, a donde su querido amigo también trabajaba, o bueno, eso se suponía que tendría que hacer.

BamBam, que también llevaba un atípico traje gris, solo que él inovaba con una corbata de cuadros rosa, estaba desparramado sobre su silla durmiendo una siesta y con un cartel pegado que decía "Despertarme solo en caso de emergencia, si no, no moleste!!!"

Puso sus ojos en blanco, antes de aclararse la garganta. —¡Oh, supervisor Kang que bueno verlo por aquí!— Exclamó, casi a los gritos.

De inmediato, su amigo se desperto espantado, dando manotazos al aire y comenzando a teclear a lo loco en su computadora. Éste se dió cuenta de que era una mentira, solo cuando escucho la escandalosa risa de Bang.

—Ya te dije que no me molestes con eso.— Se quejo el hombre, volviéndose a recostar en su escritorio. —Estoy cansado, déjame dormir.

—¿Dormir? ¿Acaso no tienes cosas que hacer? Algo como, no se ¡Trabajar!— Lo miro con desaprobación, volviendo a acomodarse en su escritorio para leer otros papeles.

—Ya los terminaré... En algún momento.— Se levantó de su asiento, desperezandose. —A parte no es mucho, yo me preocuparía más por tí. — Dijo al ver como su escritorio estaba repleto de columnas interminables de archivos. —No entiendo porque aceptas que te dejen tanto trabajo.

—Se llama esforzarse y tiene una razón muy buena.— Sonrió con presunción. — Un día el jefe reconocera todo lo que hago y me dará el ascenso que merezco.

—Si como no. —  Rio irónico. — Buena suerte con hacer que siquiera recuerde tu nombre.— Miro a todos lados asegurándose que nadie los escuchaba, para luego acercarse a susurrarle a su amigo. —A parte ya sabes como le dicen al jefe, el "Viejo dinosaurio"...

—¿El qué?— Susurro en el mismo tono.

—El viejo dinosaurio, le dicen así porque es muy anticuado, tiene esos pensamientos de personas de otros siglos, ya sabes a lo que me refiero.— Sentencio.

Bangchan enarco una ceja confundido, sabía que su jefe era algo anticuado, pero ¿Era para tanto? —Bueno si, pero el sobrenombre es un poco...

—Oye, a mí no me juzgues que ese es el chisme que corre en los pasillos.— Se encogió de hombros apoyándose sobre el escritorio. —Por cierto ¿No sabes en qué fecha estamos?

—Creo que a fin de mes.— Respondió distraído, fijándose en la fecha para confirmar. —Vaya que pasó rápido, ya se esta por terminar el año.

—¡Oh no!— Exclamo de repente su amigo en completo pánico.— ¡¿Sabes los que significa eso?!— Al ver como Bangchan seguía sin comprender lo tomo por los hombros para sacudirlo.— ¡Significa que se acerca "la última cena"!

—Ay no...— Bang, ahora en completo pánico, empezó a temblar al recordar de lo que se trataba.

"La última cena", como le solían decir los empleados, era más bien una fiesta para despedir el año en su trabajo, que era organizado por su jefe para los empleados y sus familias, algo muy protocolar a decir verdad. La cuestión era que siempre entre los empleados se sorteaban el quien iba a traer que cosa, ya sea los bocadillos, la bebida o... El postre.

El Rincon de Felixidad || {Felix x SKZ}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora