𝐃𝐞𝐬𝐩𝐨𝐣𝐨𝐬.

𝐗𝐈

Caminó hasta llegar aquel parque donde su papá lo llevaba de vez en cuando, ese lugar se había vuelto su favorito desde la primera vez, pues sabía que aquel lugar era el favorito de su mamá, y que su papá siempre quiso traerla nuevamente, pero nunca logró hacerlo y solo se quedó como una promesa sin cumplir.

Nunca pudo terminar de agradecerle a Mark por lo mucho que lo ayudó aquel día que fue a reunirse con sus papás biológicos, cuando cumplió sus doce años. Recordó lo mucho que su papá le rogó por no hacerlo, pues no quería que su pequeño terminara con el corazón roto.

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Historia de Hoseok.

Los papás de Hoseok no eran pobres, no eran drogadictos y tampoco eran demasiado jóvenes para tener un hijo, ante los ojos de todos, ellos eran la pareja ejemplar para tener hijos. El problema era que solo era ante los ojos de los demás, porque la realidad era que eran un desastre de pareja, en algún punto se habían amado demasiado y bien dicen que el amor se transforma, en este caso se volvió odio. Un odio tan grande que no soportaban estar en el mismo lugar que el otro, se gritaban e inclusive llegaban a los golpes, la relación era tan enfermiza y tóxica que se enfermaban de tal situación, por eso mismo les sorprendió que ella quedara embarazada en una de esas tantas noches en las que les apetecía tener sexo enojados, o de reconciliación, como a veces le decían a esas noches, las cuales eran donde más odio se tenían, suena tonto, y mucho.

Inclusive ellos decían que aquel bebé había sido hecho desde el odio más grande y profundo que se tenían, ni siquiera había nacido y ya lo odiaban, sus progenitores eran sus peores enemigos, pues hacían de todo para que aquel bebé no naciera, la mujer deseaba abortarlo, pero era ilegal hacerlo, así que no se arriesgó a hacerlo ilegalmente, aún así eso no evitó que intentara de todo para que no naciera aquel ser que crecía en su vientre, desde no comer hasta cargar cosas pesadas, fumar o embriagarse, a pesar de todo eso aquel bebé se aferraba a nacer y a la vida. Nació prematuro, débil y muy pequeño, por la desesperación lo tiraron apenas le dieron el alta a ella, se llevaron al bebé casi siendo raptado, ya que el recién nacido debía quedarse más tiempo por lo débil y pequeño que estaba.

A pesar de eso aquel pequeño se siguió aferrando a la vida. Aquellas personas terminaron separándose después del nacimiento del pequeño, ambos volvieron a casarse y tuvieron hijos con sus respectivas parejas. Hijos a los que cuidaron y amaron desde antes de nacer, al igual que después de haber nacido, hijos que fueron hechos con amor y muy deseados.

Ese día Mark ardió en furia, nunca había odiado tanto a dos personas, como los odiaba a ellos, ni siquiera a sus propios papás los había odiado. Aquel día confirmó lo que ya sabía y era que Hoseok era un luchador, un sobreviviente. También fue uno de los días en los que la luz que caracterizaba a su pequeño se apagó, para aquel chico enterarse de todo esto había sido un golpe muy duro. Ese día él se sintió tan insignificante y poca cosa, se sintió tan mal que decidió tomar terapia y Mark también lo hizo para superar sus propios problemas, además de saber cómo ayudar a Hoseok si volvía a sentirse mal por esto. Al final de cuentas aquella horrible historia hacia parte de él y debía aprender a vivir con ella.

Después de ese día agradeció más que nunca el papá que había elegido, la familia que tenía con su tío Juwon y sus amigos. Se prometió nunca dejarlos y siempre agradecer de tenerlos.

Esa historia era algo que solo Mark y Hoseok sabían, pues era muy dolorosa de contar para los dos, pero principalmente las heridas aún estaban en proceso de sanar y hasta que no terminaran de doler, él no podía decirle a nadie.

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Hoseok lloró al recordar ese momento, se abrazó asimismo y en sollozos pidió perdón a las tres personas a las que había visto morir, y por las que no pudo hacer nada por protegerlos, simplemente huir y llorarles, como un cobarde, limpió sus lágrimas y se levantó, tenía que buscar donde dormir esa noche, con lo que había sacado de la mansión era suficiente para sobrevivir un rato.