Rafael
Me miro al espejo y me doy cuenta de lo patético que puedo llegar a ser por Oriana, me tiene tan enamorado. Paso cada segundo pensando en ella. Cuando está conmigo y cuando no lo está, es mi pensamiento desde que me levanto hasta que me voy a dormir.
Termine de peinarme y salí del baño, para entonces mis oídos comenzaron a escuchar música, baje a la cocina y Oriana no se percató de mi presencia, así que la vi bailar al ritmo de la música mientras prepara la merienda, no pude evitar sonreír. Me acerqué y me incliné sobre la mesada, cuando volteó hacia mí dio un salto y bajó el volumen de la música.
—Me asustaste, no te oí bajar.
—Lo bueno es que los vecinos no oyeron que te asuste porque la música los distrajo
—¿Estaba muy alta?
—No, solo un poco.
—Voy a tener problemas si se quejan.
—Tranquila, solo discúlpate.
—Bueno, ya está todo listo, salgamos a merendar antes que sea la hora de cenar.
—Te ayudo.
—Tú lleva la bandeja, la puerta está abierta, yo te alcanzó en un segundo.
—Bueno.
Al salir afuera vi el hermoso jardín que tenía la abuela de Ori, plantas por todos lados, si en invierno está así de colorido, me imagino en primavera. A un costado había una mesa con un mantel y algunas cosas para merendar.
—Sí que preparaste todo.
—No, solo quise hacer lo que hace mi abuela, atender bien a los invitados.
—Siempre haces esto entonces
—No. Solo lo he hecho contigo. Quería hacer algo lindo.
—Pero tú haces todo lindo.
—Eso no es cierto. Te serviré café.
Se acercó a mí y vertió el café en mi tasa, no podía no mirar lo bonita que está. La tomé de la mano para obtener su atención.
—Me encanta el olor de este café tanto como tu perfume. —La acerqué a mí y la senté sobre mi falda.—
—¿Qué haces? —sonrió divertida—
—Nada. —tome su mejilla y tan rápido como nuestros ojos conectaron me atreví a besarla—
—Eso me gusto, pero tenemos que tener cuidado, puede llegar alguien.
—Lo siento
—Hey, no lo sientas. Tengo algo que te va a gustar.
Destapo una bandeja y en ella había más de esa torta que me dio de su cumple años.
—Le dije a la abuela que te gusto mucho su torta y que vendrías, así que te hizo está.
—Ella es muy linda.
—Lo sé.
—¿Quieres comer?
—No. Pues obvió que sí, la hizo para los dos.
—Y solo por tratarme así no comerás.
—Rafael.
—Bueno, podemos arreglarlo de alguna manera.
—¿Qué?
—Esta noche, actuemos sin escondernos. Sin miedo a nada, que todo fluya como tenga que fluir.
—Está bien, suena justo.
—Me olvidaba, te ves muy linda.
—Gracias.

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Quisiera no amarte ||EN PROCESO||
Teen Fiction-Ella, es una chica con sueños. No piensa en el amor. -Él, es un chico inteligente, no quiere que llegue el futuro, le gusta vivir el momento. No cree en el amor. Éramos dos seres distintos. O eso creíamos hasta que nos conocimos realmente. Nos dim...