22|Grietas.

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Lotty

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Lotty.

Estuve gran parte de mi vida preguntándome qué demonios era lo que quería. ¿Por qué sentía un hueco en el estómago tan profundo? ¿Por qué me esmeraba en fingir que todo estaba bien? ¿Por qué me ponía esa máscara de felicidad inaudita todas las mañanas?

Me despertaba algunos días con la idea de que tenía que ser feliz. Aparentar felicidad. Una que, tal vez, nunca conocí de verdad. No solía demostrar mis emociones a las demás personas, me aislé a mí misma durante tanto tiempo que se me había olvidado lo lindo que se sentía salir de esa caja de vez en cuando.

Le subo el volumen a mi IPod mientras hago mi tarea. Es lunes ya. Regresamos hace un día del fin de semana más maravilloso que alguna vez tuve en la vida. Era maravilloso por muchas razones, pero sobre todo, porque en él pude conocer una faceta del chico con el que había estado fantaseando desde la noche de disfraces.

Por un instante, fuimos uno solo.

Éramos dos estrellas colisionando juntos.

Y nunca nada se sintió malditamente mejor. ¡Dios! Nunca podría olvidarme de esa noche que comenzó siendo todo un campo de batalla en el que expuse mis sentimientos.

Mordisqueo la punta de mi bolígrafo y ahogo un suspiro.

Todavía me quedaban muchas cosas por descubrir sobre Justin. Él me había mostrado la parte de atrás de su gran mural. Pero algunas partes aún estaban cubiertas por las grietas.

El truco estaba en ver bien a través de esas grietas.

—¿Puedes subirle un poco? —inquiere Naomi mientras se encarga de coser trozos de tela. Ha estado trabajando en una tarea durante toda la tarde.

Un bufido resuena opacando su voz. Proviene de la litera de arriba.

—Ni se te ocurra, rubia. —La amenaza de Taissa me obliga a bajarle un poco. Ella se encuentra acostada, con el antebrazo sobre los ojos, cubriéndose de la luz que se filtra por medio de las persianas—. Tu madre llamó mientras no estuviste.

Subo una ceja. Hace mucho que no me llama. O cuando lo hace, no puedo contestar y luego me olvido de devolverle la llamada y hacerle saber que estoy bien.

—¿Y qué le dijiste?

—Preguntó en dónde estabas —informa—. Le dije que los iluminatis te habían raptado porque eres virgen.

Naomi suelta una risita.

Yo me lleno de calor en el rostro. Y no puedo evitar rebobinar hacia el fin de semana en el que esa sentencia habría quedado abolida. Pero, no se los diré a mis compañeras de habitación. No quiero tener que lidiar con los detalles.

—¿En serio?

Ella emite otro bufido.

—No, solo le dije que te habías quedado a dormir con otra compañera.

Tentación Irresistible © [Completa✔️]Where stories live. Discover now