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Narrado desde la perspectiva de Pei Ming

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Narrado desde la perspectiva de Pei Ming.

Cuándo puso un pie en su ahora nueva Universidad, que buena sorpresa se llevó. A comparación de las chicas de hace miles de años, quiénes se vestían con distintas túnicas encima de ellas, las chicas de esa Universidad no llevaban miles de túnicas puestas, simplemente llevaban ropa mucho más pequeña, y Pei Ming estába deleitando sus ojos. Casi se olvida de que debía entrar a la Universidad, y por poco se quedaba en la entrada viendo mujeres.

Chasqueó la lengua molesto, y apresuró sus pasos, detrás de él venía Ling Wen y otro Dios del cuál no recordaba su nombre. Daba la casualidad qué Ling Wen y Pei Ming habían tomado la misma carrera.

Jajaja, no es como que lo estoy siguiendo.

Llegaron a su salón y se sentaron muy atrás. Ling Wen parecía ser él único emocionado en ese rectangular lugar de cuatro paredes. Se notaba por sus ojos.

El otro Dios, que Pei Ming había estado evitando solo porque no recordaba su nombre, y prefería evitar que ese Dios se moleste con él. Después de todo, llevan miles de años viviendo en el mismo cielo, se acercó a su asiento. - Pei Ming, me estas evitando. -

Pei Ming sonrió nervioso. - ¿Yo? Nah. Mira, efectivamente el suelo está hecho de suelo - El otro Dios se acercó mucho más a su rostro. -

- No recuerdas mi nombre. - Pei Ming aceptó su derrota, y asintió débilmente. - No te preocupes. Me llamo Yang Bao. -

Pei Ming entonces recordó vagamente haberse cruzado con él en algunas ocasiones. - Oh, ya me acordé de ti. - Yang Bao sonrió a medias. - ¿No eras tú él que estaba enamorado de- Ya no pudo decir el nombre porque Yang Bao había colocado sus manos en su boca y ejercía presión en ella.

Yang Bao- No hay necesidad de decirlo. Eso fue hace años -

Pei Ming sintió su boca ser liberada. Con una mano la acarició despreocupadamente para tratar de aliviar el dolor. - ¿Ya no te gusta? -

Él contrario negó tristemente. - No, aún me gusta. - Pei Ming forzó una sonrisa y dio una rápida mirada a Ling Wen, quién parecía no escuchar nada de lo que decían.

- Que lindo. Yo también quiero alguien que me ame aún cuándo pasen miles de años. -

Está vez, la mirada de Yang Bao pasó de ser una completamente abatido a una de burla. - ¿De que te quejas? ¿Ya olvidaste a él novio fantasma? -

Eso fue un golpe bajo para Pei Ming. - Oye, eso era obsesión. Quiero un amor así de bonito como el de Dianxia y Lluvia carmesí que busca la flor - Yang Bao dejó de reírse inmediatamente, pero Pei Ming no le importó eso y siguió hablando.

- Yo también quiero que alguien me haga una cueva de diez mil estatuas mías, me de sus cenizas, se convierta en polvo solo para que yo pueda librar una batalla y salir victorioso y luego cumpla su promesa de regresar. ¿Sabes lo hermoso que es eso?, y la única persona que de verdad me gustó, ya está más tiesa que los panes que YiZhen me tiró está mañana. - Se dio cuenta que su nuevo amigo ya ni lo miraba. - ¿Yang Bao? Oye, no me ignores. Ya te pedí disculpas por olvidar tu nombre... En realidad no lo he hecho, pero si lo hice mentalmente. ¡Ya mirame! -

Y si Pei Ming hubiera prestado atención a su alrededor, notaría que todos los alumnos lo miraban sin disimular. Algunos miraban fijamente detrás de él, y ya que él era un hombre curioso, volteó y... - Oh.. Hola, maestro -

Santa madre de todos los Dioses. ¿Es esto pasar una calamidad? SI ES ASÍ, ME RINDO.

La mirada de esa persona, era la más fría que Pei Ming haya visto en toda su vida. Vagamente recordó haber escuchado una campana ser tocada, pero creyó que solo era una ilusión, y la ignoró completamente. Ahora entendió porque Yang Bao se había dejado de reir y se sentó adecuadamente en su sitio.

Miró en dirección a Ling Wen, pero su rostro que antes tenía escrito emoción, ahora solo tenía preocupación y asombro escritos en él. La conocía, y sabía que esas emociones no estaban dirigidas a él.

Mientras era regañado por el profesor, aprovechó para hablar con Ling Wen.

"Noble Jie, ¿te encuentras bien?"

"No. Dianxia dice estar hablando con Qing Xuan, y necesito verlos"

Ahora Pei Ming tenía escrito asombro en el rostro.

"¿Y si le dices al profesor que tienes que salir urgentemente"

"Lo intentaré"

Vio que Ling Wen llamaba al profesor desde su asiento y suspiró cansado. El profesor dejó de regañarlo y se acercó a Ling Wen. No escuchó que fue exactamente lo que le dijo, pero el rostro de el profesor se ensombrecido quién sabe porque. Luego vio a Ling Wen salir del salón. Pensó ¿que le habrá dicho Ling Wen al profesor como para que ponga esa cara?

Luego sus aburridas clases empezaron.

No es que las clases fueran aburridas, algunos parecían amarla, y Pei Ming estába muy alegre por ellos. Pero, siendo honestos, Pei Ming nunca había estudiado cuándo era mortal. Dedicó todo su tiempo a entrenar día y noche. Las únicas veces que él visitó una escuela, solo se quedó en la entrada esperando a que las jóvenes doncellas terminaran sus clases y aprovechar para coquetear con alguna que se le hiciera bonita. En consecuencia, ahora no tenía ni la menor idea de lo que estaba hablando el profesor.

Bueno, ¿está mal no saber?. Estamos aquí para aprender, porque obvio, si el fuera muy inteligente y supiera todas las cosas que una Universidad te enseña, ¿para que asistir a una?. De repente ya no se sentía tan estúpido, incluso se sentía motivado.

¡Escuchando se aprende, general Pei Ming!

Ya había perdido la noción del tiempo cuándo el profesor empezó otro tema más complicado. Ni si quiera él sabe cómo es que entendió a duras penas los temas anteriores.

Miró a su lado izquierdo. Yang Bao estába muy atento y ya había Ignorado su presencia hace mucho tiempo. Tomó un trozo de papel de su cuaderno y garabateo algunas cosas. Luego, con una puntería increíble, lanzó el papel con destino al asiento de su nuevo amigo.

La bolita de papel se estampó en la mejilla de Yang Bao y cayó en la mesa débilmente. Yang Bao, tomó el papel y lo leyó mentalmente. Luego, giró la cabeza en dirección a Pei Ming.

Hazte el loco, Pei Ming.

Lo que Pei Ming había escrito en ese papel era:

Oye, pásame la contraseña de tu red de comunicación espiritual privada.

Recogió con una de sus manos el papel, y lo extendió. El papel estaba arrugado, pero aún se podían distinguir las letras.

¿Que gano yo haciendo eso?

Chasqueó la lengua irritado. En el pasado, siempre le decía eso a todas las funcionarias celestiales, ¡y ellas le respondían tímidamente con la contraseña!

Volvió a escribir.

En realidad no ganas nada.
Pero, esta clase es aburrida hasta morir, y esto de los papeles nos podría meter en problemas.
Anda, no seas malo, dame la contraseña :D

Esta vez, la siguiente respuesta fue un papel distinto con la contraseña escrita en el. Pei Ming sonrió satisfecho.

- Los chicos de atrás, ¿creen que no los he visto? ¡Vayan a la sala de detención! -

"Yang Bao, ahora somos compañeros de castigo"

"Pei Ming... que te jodan"

"Se que me amas jajaja"


El Renacimiento |Tian Guan Ci Fu|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora