❥ 22. chris argent

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capítulo veintidos: chris argent
the hanging treejames newton howard

➷ capítulo veintidos: chris argentthe hanging tree ― james newton howard

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𝕰𝖒𝖎𝖑𝖎𝖆 𝕬𝖗𝖌𝖊𝖓𝖙 𝖕𝖆𝖘𝖊𝖆𝖇𝖆 𝖕𝖔𝖗 𝖑𝖆 𝖙𝖊𝖗𝖗𝖆𝖟𝖆 de su casa con su pequeña hija de 6 meses en brazos, mientras le cantaba una sublime canción que su abuela le había enseñado cuando estaba en el jardín de niños. Hace algunas semanas su esposo Chris había descubierto que a Alice le encantaba ver las estrellas, y el canto de su madre la tranquilizaba mucho. Por eso se les había vuelto costumbre abrigar a la niña y sacarla un rato a que viera el cielo estrellado.

Vamonos los dos, a su amor dijo al morir. Ocurren cosas raras más sería algo muy normal, poderte ver, ahí al anochecer.

―No es una canción muy infantil ―Una voz femenina hizo que Emilia se diera la vuelta, encontrándose con su hijastra, Allison ―Pero la melodía es preciosa, tienes una voz muy bonita.

―Gracias, linda ―La pelirroja sonrió ―¿Cómo te va en tu nuevo departamento, ya te adaptaste?

―Más o menos, aún se me hace extraño no vivir con ustedes.

―No te apures, con el tiempo te va a gustar el cambio.

Alice extendió los brazos hacia su hermana mayor, por lo que Allison rió y no dudó en cargarla.

Al principio, para Allison había sido muy duro aceptar que su padre quisiera rehacer su vida con otra mujer, que además era mucho menor que él, y cuando se enteró de que la nueva esposa de su padre estaba esperando una hija, casi le da un ataque. Pero como era de esperarse, al final terminó por agarrarle cariño a Emilia, y claro, también a su media hermana.

 ―¿Dónde está papá, no lo ví al llegar? ―Preguntó mientras arrullaba a la bebé.

―Salió ayer por la tarde, tenía una misión en Nueva Orleans, están amenazando de muerte al aquelarre de brujas de la academia miss robichaux.

―¿Ese no es el aquelarre al que pertenecías antes de venir aquí?

Emilia le hizo señas para que hiciera silencio ―Vamos adentro, nunca sabes quién puede estar escuchando.

Así es, Emilia Snow, formalmente conocida como Emilia Argent, es una poderosa bruja que creció en la academia miss robichaux, pero se fue de ahí cuando el asunto con los cazadores de brujas y las restricciones de la magia comenzaron a ponerse feas. Con la llegada de los vampiros las brujas se volvieron minoría.

Luego de entrar a la casa, ambas mujeres se sorprendieron al encontrarse con Scott comiendo una pizza fría que estaba guardada en el refrigerador. Allison carcajeó al ver la cara de fascinación que tenía su novio.

―Oh hola, Em ―Saludó el moreno con la boca llena.

Allison lo reprendió con la mirada.

―Lo siento.

―Escucha a Em, va a contarnos algo ―Dijo la castaña, sentándose al lado de Scott.

―Hace dos días recibí una llamada de Myrtle Snow, la escuché muy preocupada y por supuesto que me preocupé también.

―¿Myrtle Snow? ¿Como Emilia Snow? ―Comentó Scott impresionado.

Allison rodó los ojos ―Es su madre, presta más atención.

―Una bruja de su aquelarre las traicionó, y envió a un hombre que se hace llamar "el hachero" para que las matara a todas. Mi mamá me dijo que Cordelia tuvo una visión, allí todas las brujas estaban muertas.

―Debemos ir a ayudar ―Dijo Scott muy decidido.

―¿Estás seguro de eso? ―Emilia frunció el ceño.

―Son brujas inocentes, no merecen morir por alguna traidora.

Entonces, el recuerdo de Madison volcando el autobús llegó a su mente ―Claro, tienes razón.

Pasó la mirada hacia el reloj que estaba colgado en la pared junto a muchas fotos familiares, y cayó en cuenta de que se estaba pasando la hora de dormir de su hija. No le gustaba mucho que Alice se durmiera tarde, de cierta forma, la hacía más propensa a atraer demonios, porque sí, su pequeña brujita de 6 meses se volvió el blanco de muchos demonios vengativos.

―Vamos princesa, es hora de hablar con el niño Jesús ―Le habló a su hija, y la tomó en brazos, pero esta quería seguir cerca de Allison y Scott.

―Ella es rebelde, ¿No quieres dormir, cierto? Claro que no ―Dijo el licántropo hablando como bebé y a Alice se le escapó una risita.

―Vamos, tal vez si los tiene cerca sea más fácil hacer que se duerma.

Scott y Allison asintieron sin decir una sola palabra, y se dedicaron a seguir a la pelirroja y a su hija hasta llegar a la habitación de la bebé. Todo el lugar era simplemente maravilloso, Chris y Emilia se encargaron de hacerle un cuarto muy acogedor a su pequeña, y sabían como mantenerla alejada de los demonios, puesto que las cruces, los amuletos y los sellos de proteción estaban escondidos estratégicamente por toda la habitación, e incluso toda la casa.

Emilia recostó a Alice en su cuna y el par de jóvenes se sentó al lado, para que la niña sintiera que estaban ahí. La madre de la niña se agachó al pie de la cuna para recitar un hechizo de protección.

Así hacía siempre antes de dormir, y la idea era que Alice creciera creyendo que esa era una oración para que Dios la protegiera, al menos hasta que tuviera la edad suficiente para entender la situación.

―Querido Dios ―Comenzó, juntando sus manos como en una plegaria ―Protege, animam tuam protege, cor protege. Depelle, depelle malum, depelle perversionem. Perfide, ricochet alica, ricochet daemones. Sic supra, sic infra.

Poco tiempo después, la niña se había quedado dormida con la mano salida por una de las rendijas de la cuna, estaba agarrando el dedo de Scott hasta caer en los brazos de morfeo. Emilia acomodó otra vez a la bebé, y la arropó. Lucía como un ángel cuando estaba dormida.

Inmediatamente después de salir, los tres se dirigieron hacia un cuarto secreto que estaba en la casa, un cuarto donde estaban guardadas todas las armas que los Argent usaban para las misiones. Así pasaron 15 minutos cargando toda la armería necesaria con balas de plata en completo silencio.

Entonces Allison se animó a decir: ―Tenemos que viajar a Nueva Orleans, hay brujas que necesitan nuestra ayuda.

―Vamos por ese desgraciado.

𝐜𝐥𝐮𝐞𝐥𝐞𝐬𝐬, 𝑡𝑒𝑒𝑛 𝑤𝑜𝑙𝑓Where stories live. Discover now