❥ 02. brett talbot

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capítulo dos: brett talbot
complicatedavril lavigne

➷ capítulo dos: brett talbotcomplicated ― avril lavigne

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𝕸𝖆𝖗𝖙𝖆 𝖞 𝕸𝖆𝖑𝖎𝖆 𝕿𝖆𝖙𝖊 𝖊𝖘𝖙𝖆𝖇𝖆𝖓 𝖘𝖊𝖓𝖙𝖆𝖉𝖆𝖘 en las gradas del campo de lacrosse, hablando mientras resolvían los insufrible𝖘 problemas matemáticos que les habían dejado como tarea, y claro, de vez en cuando dedicaban algunas miraditas a los chicos que se encontraban practicando.

La única diferencia en esta práctica, era que la escuela estaba compartiendo la cancha con el equipo del instituto Devenford.

―Marta, pssst, ¡Marta, mírame coño! ―Masculló Malia con el ceño fruncido ―El muchacho ese no ha parado de mirarte rarito desde que llegó ―Dijo, mirando disimuladamente a Brett Talbot.

―Ese es Brett, el rival a muerte de Liam ―Se le escapó una risita al recordar lo enojado que se pone su mejor amigo cuando mencionan al tipo.

―Pues salúdalo, está mirándote ahora ―La coyote codeó a su hermana y ella negó repetidamente.

Malia miró a Marta entrecerrando los ojos y esta última dejó escapar un suspiro antes de mirar a Brett y agitar la mano en señal de saludo, ganándose una sonrisa coqueta por parte del chico.

―¿Qué demonios fue eso? ―Preguntó Malia, burlándose de la expresión que hizo Marta ―Apestas a nervios y tienes cara de estúpida, se nota que te gusta.

―No digas eso en voz alta, por favor ―Comentó avergonzada.

―¿Por qué no vas a hablarle? Súbete al barco, tal vez él también quiera subirse ―Se encogió de hombros.

―Nada me impide ir a hablarle, pero tú más que nadie sabes que siempre termino hiperventilando como retasada ―Marta se cruzó de brazos y Malia torció los labios.

―De acuerdo, vas a hablar con ese tipo así tenga que encerrarlos a los dos solos en un vestidor hediondo ―Malia dejó sus apuntes de lado y se levantó de las gradas ―¡Ey Bred, o como sea que te llames... Ven acá!

Inmediatamente, Marta miró mal a su hermana, ¿Qué diablos estaba pensando?

―Hola chicas, ¿Qué tal? ―Inquirió el rubio, sentándose en medio de las mellizas Tate.

El corazón de Marta comenzó a latir frenéticamente, y por supuesto que Brett lo notó.

―Mi hermana me dijo que tenía que hablar contigo ―La castaña palmeó el hombro de su  hermana y después de recoger sus cosas se fue, dejándolos solos.

―Ella me las va a pagar ―Pensó Marta.

―Yo a ti te conozco, es decir, te he visto antes ―Dijo Brett, estudiando el rostro de la chica Tate ―Eres la amiga de Liam ¿No?, la que me tiró un granizado de arándano cuando intenté coquetearle... Marta, si no me equivoco

―Sip, esa soy yo.

―¿Y qué querías decirme, guapa?

―Bueno, yooo... Yo quiero, emmm, cómo te digo ―Marta intentó buscar las palabras correctas, pero él la interrumpió.

―¿Quieres salir conmigo? ―Preguntó serio.

―No era lo que quería decir, pero ya que lo mencionas, me encantaría salir contigo ―Respondió con una sonrisa

―Paso por ti a las seis ―Brett le dio a Marta un beso en la mejilla, tomándola por sorpresa y luego se fue para seguir entrenando. 

―Pero ni siquiera sabe dónde vivo ―Murmuró.

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Brett contactó a Malia para saber la dirección de su casa y pasó por Marta a la hora acordada. Como era de esperarse, el señor Tate armó todo un interrogatorio para el chico que saldría con su hija, y después de darle ciertas advertencias, el joven Talbot pudo llevar a su cita a una bonita refresquería a las afueras del pueblo.

El servicio del lugar era muy bueno, los meseros eran muy gentiles, la comida estaba riquísima, y Brett se estaba comportando como todo un caballero, su actitud de chico engreído y malote en realidad era solo una fachada. Todo estaba resultando perfecto a ojos de Marta.

Pero claro, todo lo bueno siempre tiene un final, y de eso se dio cuenta cuando dirigió la mirada hacia la barra de bebidas y reconoció a dos cabelleras, una castaña parecida a la suya, y una negra. Se trataba de Malia y Kira, quienes estaban fingiendo leer el menú.

―¿Estás segura que no quieres pedir algo más? ―Preguntó el rubio, algo preocupado por lo poco que Marta había comido.

―Así estoy bien, no te apures ―Marta sonrió y volvió su mirada a la barra.

Kira y Malia ya habían notado que la castaña las había visto, porque ambas se giraron olímpicamente, quedando de espaldas a Marta y Brett.

―Te veo algo distraída, ¿Ocurre algo malo? ―El ojiazul frunció un poco el ceño al pensar que había metido las 4 patas, a lo que Marta señaló sin disimulo alguno a las dos chicas de la barra ―Yo las había visto desde que llegamos, venían detrás nuestro.

―¿Te gustaría seguir la cita en mi casa, o prefieres que sea en la tuya? Solo quiero irme.

―En la mía estaría bien ―Respondió tranquilo.

―Perfecto, vámonos ―Marta tomó la mano del chico, pero este la detuvo.

―Espera, déjame pagar la cuenta primero ―Comentó riendo mientras se acercaba a la barra para pagar ―Hola chicas.

―Hola ―Respondió Kira en tono nervioso ―No los estábamos siguiendo ni nada de eso, solo estábamos de paso ―Sonrió.

Marta carcajeó ―Claro, claro.

Luego de pagar, ambos salieron del establecimiento y terminaron yendo a la casa de Brett, donde se quedaron viendo películas viejas con Lori hasta que se hizo muy tarde. El chico llevó a Marta de regreso a su casa.

―Gracias por invitarme a salir, la pasé muy bien ―Sonrió.

―La pasé muy bien estando contigo ―Repuso el rubio, devolviendo la sonrisa.

―Ya sé que es un poco tarde, pero lamento lo del granizado ―Se le escapó una risita.

Brett rió ligeramente y se acercó a Marta, tomó sus manos con delicadeza y la haló, haciéndolos quedar mucho más cerca. Coló sus manos en la cintura de la chica, y ella se puso de puntitas para poder tomarlo de la nuca, poco a poco la distancia entre sus labios se iba haciendo más y más corta, hasta que terminaron fundiéndose en un beso lento y pausado.

―Ya fue suficiente, mucho intercambio de bacterias por una noche ―Dijo el señor Tate, asustando a los jóvenes.

―¡Ay papá!

𝐜𝐥𝐮𝐞𝐥𝐞𝐬𝐬, 𝑡𝑒𝑒𝑛 𝑤𝑜𝑙𝑓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora