13. 2T.

173 14 3
                                    

Al llegar subieron a la habitación de Coral, donde la chica se sentó en su cama con la mirada baja.

Hitoshi dejaba sus zapatos en la entrada y subía las escaleras mirando la casa. En las paredes habían muchas fotos familiares y fotos de Coral. Habían pinturas bonitas y adornos lindos. El color azul de la casa le daba frescura a Shinso.

A su paso vio muchas puertas cerradas, pero hubo una que se diferenciaba de las demás. Una puerta de madera clara y pintada con flores de muchos colores, tulipanes, rosas, margaritas, girasoles y más que no pudo identificar. En la puerta colgaba un cartel azul claro con letras blancas, "Coral" decía.

Al entrar en aquella puerta, se encontró con una ecsena que le detuvo por unos segundos el corazón. Una lágrima se deslizaba por la mejilla de Coral, mientras ella estaba sentada en la cama.

La nariz y las mejillas rojas, los labios apretados y las pestañas revoloteando mientras más lágrimas no paraban de aparecer para empapar sus mejillas y caer sobre su falda escolar. Todo eso daba una imagen que se quedaría en el corazón de Shinso por siempre, una imagen de una Coral destruida.

Se acercó a paso lento, aún sin creer lo que veía. Era la primera vez que la veía llorar y eso lo dejaba en pánico.

Cuando estaba frente a ella, cayó de rodillas. Agarró sus manos, las cuales antes de apretaban.

Él levantó la mirada para verla nuevamente. Su mano se levantó cuidadosamente para apartar un mechón de cabello del rostro de la chica, la cual lloraba en silencio.

Los dedos del chico se transportaron hasta los ojos de la chica, donde con suavidad deslizó sus dedos secando sus lágrimas.

- Todo está bien, Coral. Yo te protegeré, mientres yo esté contigo nadie te tocará - le prometió él.

La chica al escuchar esto empezó a llorar más fuerte, haciendo al chico entra en pánico.

Hace una semana ese hombre la había estando tocando en su trayecto de la escuela a su casa. Como no tenía el valor de confrontarlo, le mintió a su novio sobre ir a su casa para sentirse segura . Era un pésima novia, una muy cobarde. Ahora le enseñaba una escena vergonzosa a él, el chico que ella más ama.

- L-Lo siento... - se disculpó ella entre llanto.

Lo sentía por llorar, lo sentía por permitir que viera a alguien tocándola, lo sentía por sentirse tan culpable cuando él intentaba consolarla. Debería estar acostumbrada a ese tipo de cosas, que personas asquerosas la tocaran y le hicieran cosas que odia, pero no frente a su novio.

Se sentía tan sucia.

- No es tu culpa. Él es el que está mal, Coral. Todo estará bien - seguía intentando consorla.

Sus brazos la rodearon, envolviéndola en un cálido abrazo. Ella dejó su llanto, todavía dejando escapar algunas lágrimas sobre el hombro del contrario.

- Estoy sucia. Por todas partes, me siento sucia - le dijo casi en un susurro - Yo no quiero que me toquen, se siente feo.

Un "snif" se escuchó de parte de ella.

- No digas eso. No estás sucia, ellos son los sucios. Asquerosos - apretaba el puño de la rabia.

Una vez se sintió más calmada, esta suspiró. No se habían dejado de abrazar desde hace unos 3 minutos.

- Hitoshi, ¿puedes besarme?

Se sentía sucia y la única manera de dejar de sentirse así era que la persona que ella amaba volviera esos recuerdos desagradables en momentos que ella quisiera recordar. Reescribir los recuerdos y los toques en todos los lugares.

- Pero si estabas llorando. ¿Sería correcto hacer eso en un momento como este?

Esta bajó la cabeza y se inclinó hacia delante, apoyando su frente sobre el pecho del chico. Sus manos que estaban posadas en la espalda de Shinso abrazándolo apretaron la tela, aferrándose a él.

- Solo hazlo, por favor. Es insoportable.

Las palabras de la chica salieron casi como susurros, pero siendo palabras que tuvieron una fuerte precencia en él.

Shinso no estaba seguro de cómo besara, ya que él nunca tuvo una novia antes ni mucho menos dio su primer beso. Estaba inseguro de sí mismo.

Sin embargo, en su pecho estaba acurrucada su novia, quien le rogaba que la besara.

En silencio, posó su mano sobre la cabeza de Coral, acariciando su cabello.

- ¿Por qué quieres que te bese?

Ante la pregunta, ella levantó la cabeza para mirarlo. Sus ojos ligeramente hinchados, sus labios lastimados por haberlos mordido para intentar silenciar su llanto, su nariz roja y sus mejillas empapadas.

- Vamos a lavarte la cara primero.

Se reincorporó separándose de aquel abrazo que duró tanto tiempo que se sintió solitario para ella.

Al ver la expresión de Coral, sin previo aviso la tomó entre sus brazos y la levantó como si de una princesa se tratara.

- Te prometo que de ahora en adelante no volverás a llorar. Voy a hacerte tan feliz que no tendrás tiempo para eso, solo para enamorarte más de mí.

Diciendo esto, dejó un pequeño beso en la frente de Coral, llevándola hacia el baño para que esta pudiera limpiar su rostro.

- ¿Por qué me tratas tan bien? Yo estoy...

- No lo digas, no estás sucia. Eres mi novia y mereces el mejor trato posible. No voy a dejar que te sientas menos por escorias como eras. E incluso si no fueras mi novia, todos merecen respeto.

Ella se quedó callada.

En el baño, Shinso de dispuso a lavar el rostro de Coral. Dejó con cuidado a la chica, la cual sosteniéndose de él se mantuvo de pie.

La chica se inclinó hacia el lavamanos, poniendo un mechón de cabello tras su oreja.

- Espera, yo lo haré.

El chico se pocisionó atrás de ella y formó con su mano derecha una cola de caballo y la sostuvo firmemente para evitar que el cabello le estorbara a ella.

Ella lavó su rostro con mucha agua, cosa que al chico le hizo tomar una toalla cercana y secarle suavemente su rostro.

Pasaba la toalla por la frente de la chica, abajo de los ojos para evitar lastimarle sus ojos irritados por llorar. Secó su nariz y mejillas, para después secar sus labios y mentón.

- ¿Te sientes mejor ahora?

Ella abrió los ojos al notar que el chico había terminado.

- Sí, estoy mejor.

Shinso sonrió.

- Volvamos a tu cuarto.

La levantó como princesa nuevamente.

- ¿Por qué me vuelves a cargar así? Ya estoy bien.

- Tengo que tratarte bonito incluso si ya no estás llorando.

Volvió a darle un beso en la frente.

En el cuarto, Shinso se sentó en la cama con Coral sentada sobre sus piernas. No era un momento caliente, solo estaban ahí, acurrucados.

- Ahora que estás bien podemos hablar.

Continuará.

que todos tengan a alguien como Shinso en sus vidas 🕯.

By: 🌸Nae🌸.

Shinso No Le Sabe Al Amor - Shinso. Where stories live. Discover now