Donde hay una peda destructiva

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El árbitro marcó el final del partido y todos los morros corrieron a abrazarse, pues terminaban el partido con un nada despreciable 3-0 con goles de Gavi, Chicharito y Julián. La verdad es que ni Müller ni Lewan habían dudado ni por un segundo de su equipo, pues a pesar de todas las trabas que les había puesto el director con lo de formar el equipo hasta septiembre, el regaño por convocarlos diario a entrenar entre más cosas, aún así habían ganado.

-Messi juega muy bien- Dijo Müller mientras los chicos se separaban y empezaban a acercarse a ellos para recoger sus cosas.

-También Gavira. Ese chico podría tener futuro en el futbol de no ser porque quiere ser médico -Agregó Lewan con la vista fija en el chico que sonreía abrazado a Pedri.

-O como modelo- Finalizó Müller, que desde su opinión completamente respetuosa, encontraba al chico endemoniadamente guapo.

Los chicos se acercaron a celebrar con sus entrenadores, haciendo bromas entre ellos y reclamando las faltas que les habían cometido y que el arbitro no había marcado.

-Yo digo que chelas en mi casa- Dijo, como siempre, Chucky.

Pero esta vez ninguno de los adolescentes dijo que no. Ni siquiera los dos argentinos sobreprotegidos podían negarse, pues era sábado y tenían permiso para estar fuera hasta las nueve de la noche.

-Va, le aviso a Rafa que nos vamos para allá -Dijo Guardado dirigiéndose al lugar en las gradas donde estaba su novio.

-¿Puedo invitar a mi novio y dos amigos? -Preguntó Kun también buscando con la vista entre la poca gente a dónde estaban ellos.

-Simón, ustedes también vengan- Dijo Hirving dirigiéndose a sus profes.

Müller y Robert se miraron, ambos dudando en aceptar o no la invitación de sus alumnos.

-Ándenle, afuera de la escuela no son nuestros profes- Dijo Chicharito.

-Una sola cerveza y ya- Agregó Julián poniendo su cara más tierna.

-Porfa- Pidieron Messi y Gavi al mismo tiempo.

Los ojos de Lewandowski se encontraron con los de Pablo. El chico solo le sonrió tímidamente y se encogió de hombros. Robert maldijo su suerte, porque ese pequeño gesto fue el que lo hizo aceptar la invitación de sus alumnos.

-Igual podemos tomar solo una cerveza y asegurarnos que ellos no tomen mucho más.

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Apenas llegar a la cacita de Infonavit en la que vivía Hirving, este conectó su teléfono a la bosina de la sala y la letra de Doctor Mariguana de Cartel de Santa empezó a inundar el ambiente. Lo morros mexicanos y españoles dejaron las caguamas que habían comprado encima de la mesa de centro de la sala y empezaron a ir por vasos y comida a la cocina como si conocieran muy bien la rutina de lo que era pistear en casa de Lozano... y bueno, es que sí la conocían, incluso Gavi y Pedri que llevaban medio perteneciendo a ese grupo tan solo un año y no habían estado presentes en todas las pedas.

Los argentinos y los profesores solo los vieron ir y venir de aquí para allá comenzando a servir mientras Hirving desaparecía por las escaleras para después regresar con todo lo necesario para sacar el toque.

-Hey, Lozano, no. Eres muy chico para consumir esas cosas- Regañó Müller.

-Mi mamá me da permiso- Dijo el morrito sacando tantita mota para ponerla en el grinder y empezar a molerla.

-¿Cómo que te da permiso? -Intervino Robert.

-Es neta, sí le dan permiso profe- Intervino Andrés.

Young LoveWhere stories live. Discover now