Un nido de serpientes dentro de una tumba antigua

Capítulo 90

Afuera, el sol brillaba fuerte y caliente, pero dentro de la puerta de piedra del Mudao, estaba oscuro, lúgubre y frío. El sol solo podía brillar en la parte más externa del Mudao, pero era como si alguien hubiera cortado un límite en la puerta de piedra, tal fue la transición repentina y abrupta de la luz a la oscuridad. Su Lao y Liu Zhixin, mientras iban de afuera hacia adentro, buscaron pero aún no pudieron encontrar nada.

Preocupado, Liu Zhixin tragó saliva en silencio. A decir verdad, no tenía ni el más mínimo deseo de entrar. Pero, habiendo llegado las cosas a este punto, ¿cómo podría decir esto?

Su Lao, originalmente de pie al frente, de repente se dio la vuelta para decirle a Liu Zhixin: "Tú vas primero". Al mismo tiempo, dio un solo paso hacia un lado. Al ver que Liu Zhixin tardó en entrar, dijo con impaciencia: "Muévete".

Liu Zhixin no tuvo más remedio que armarse de valor y entrar. Solo cuando Su Lao vio que Liu Zhixin entró, sin el menor cambio en su cuerpo, siguió a Liu Zhixin. Después de que los dos hombres entraron por completo en el Mudao, un fuerte sonido vino detrás de ellos. Alarmados, Liu Zhixin y Su Lao se dieron la vuelta rápidamente para mirar, pero la puerta de piedra detrás de ellos estaba cerrada.

"¿Cómo, cómo podría ser eso?" Liu Zhixin bajó la voz pero no pudo ocultar el terror en su voz.

Su Lao no prestó tanta atención y solo dijo: "Tal vez esta puerta de piedra tenga un mecanismo para que, después de que la gente entre, la puerta de piedra se cierre automáticamente".

Liu Zhixin no volvió a hablar pero, en su corazón, no estaba de acuerdo con Su Lao. Si esta puerta de piedra se cerró después de que alguien entró, obviamente se habría cerrado después de que él entrara, mucho antes de que entrara su Maestro. ¿Era posible que esta puerta supiera que había otra persona afuera que no había entrado? En este punto, Liu Zhixin no se atrevió a continuar con este pensamiento. Obedientemente se quedó donde estaba y preguntó: "Maestro, ¿ahora qué?"

Su Lao palpó las paredes a ambos lados, pensó en un plan y dijo: "Este debe ser el Mudao. Las paredes de ambos lados seguramente tendrán cosas para proporcionar luz. Nosotros..."

Todo el Mudao de repente se iluminó antes de que Su Lao terminara de hablar.

Irritados por la repentina iluminación, Su Lao y Liu Zhixin reflexivamente usaron sus manos para protegerse los ojos. Después de un momento, se recuperaron.

"Ma-maestro, será mejor que nos vayamos". Liu Zhixin, naturalmente, no creía que Su Lao hubiera encendido estas luces, pero tampoco sabía lo que había sucedido. Luces que se encendían solas, Liu Zhixin nunca antes se había encontrado con algo así. Incluso al principio, no había querido entrar en la tumba y, en este momento, no pudo evitar tocar el tambor para retirarse.

La cara de Su Lao cayó y gritó en voz alta: "¡Cállate! ¡Ahora, camina! ¡Es imposible irse ahora!" Después de que terminó de gritar, ya no le prestó atención a Liu Zhixin y en su lugar examinó el Mudao.

Antes de llegar, Su Lao había leído mucho sobre la historia de la dinastía Zhou. Bueno, en realidad no era mucho. Aunque la historia de la dinastía Zhou, incluidos los Zhou occidentales y orientales, fue larga, no quedó mucha información útil de ese período de tiempo. Una razón fue que Qin Shihuang quemó los libros y enterró vivos a los eruditos confucianos [1]. La segunda razón era que había pasado mucho tiempo desde la dinastía Zhou, y la tercera era que, en ese momento, los libros no eran tan comunes. Estas fueron las razones por las que, ahora, no había mucho material de lectura sobre la dinastía Zhou.

Pero finalmente, aquí había una historia general comparativamente más amplia de la dinastía Zhou, los relieves frente a Su Lao le informaban que se trataba de la tumba de un Zhou Wang. Desafortunadamente, incluso entre la información en los relieves y el propio conocimiento de Su Lao, incluso después de devanarse los sesos varias veces, todavía no podía descubrir quién era el dueño de la tumba.