Todo de el grita sexo, lujuria, morbo y eso es lo que ella desea, lo desea a él.
Ella vive presa bajo un matrimonio sin amor.
El es un soltero codiciado y despreocupado.
Todo comenzó gracias a un ring de boxeo.
🚫Prohibida su copia y/o adaptación...
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TN.
Estaba atrapada en esta habitación con puertas cerradas y ventanas rejadas. Estaba prisionera en una de las tantas casa de mi esposo.
Mi mente no dejaba de pensar en JK y en que le habría hecho Jimin, porque yo ya no sabía de lo que el era capaz, ya no sabía quién era. El que un día amé con locura ya no estaba en sus cinco sentidos. El no estaba bien y temía por el, por mi y por JK.
La puerta se abrió de golpe provocando que me fuera de mis pensamientos y me pusiera de pie rápidamente. Jimin entro seguido por Jared, su guardaespaldas principal y mayor lame botas.
— señora Park, su desayuno— Jared dejó una bandeja sobre el escritorio.
— come, no iremos al medio día— informó Jimin en tono seco.
— no quiero tu estúpida comida y mucho menos irme contigo— respondí a la defensiva. Su mandíbula se tensó completamente y me hice pequeñita en mi lugar cuando se acercó a mí.
— no te estoy preguntando— me tomo de la cara de forma brusca— vas a comerte el puto desayuno, vas a subirte al puto avión y nos largaremos de aquí, ¿Esta claro?— Preguntó a centímetros de mi cara.
— ¿Por qué me quieres arrastrar contigo a pesar de que te engañé y busque calor en los brazos de otros?— apretó más su agarre y solté un quejido de dolor— tu no me amas y yo ya perdí el amor que me quedaba por ti...
— yo te amo y lo sigo haciendo apesar de todo esto— aclaró soltando mi rostro más calmado.
— Jimin, si me amarás no me tendrías aquí— susurré— y se que es mi culpa porque jamás debí dejarme llevar por el placer... Pero no es la manera.
Jared salió de la habitación cerrando la puerta tras el y dejándonos solos en la habitación.
El se sentó sobre la cama y soltó un suspiro frustrado. — no tienes ni puta idea de lo que yo sufrí todo este tiempo, el saber que no podía pasar el tiempo que tanto quería junto a ti, el querer tocarte y hacerte el amor sin impedírmelo a mi mismo...
Fruncí el ceño ante eso último, pero antes de que pudiera preguntar el se puso de pie y camino hacia la puerta.
— y voy a dejarte libre, pero después de que mate a ese traidor.
Cerro de un portazo dejándome sola nuevamente.
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