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Mark y Yuta caminan por las calles abarrotas la noche del 31 de octubre. El mayor le pasa un brazo por los hombros, dejando caer todo su peso sobre él. Mark arrastra los pies, resoplando.

—¡Qué bien disfraz!—grita un chica que pasa a su lado con su grupo de amigos— luce muy autentico.

Y Mark se larga a llorar, porque lo es. Va arrastrando consigo a un muerto. No tenía corazón para dejarlo en su casa. Quería darle una ultima alegría, una ultima fiesta. Nadie se da cuenta, creen que están actuando, que en cualquier momento las piernas de Yuta recuperaran la fuerza y continuará caminando por su cuenta, con Mark tras de él.

¿Quién presionó el gatillo? ¿Fue Mark? ¿Fue Yuta?

Lo último que le falta es que ahora sea él quien terminara en la cárcel.

Llegan a la fiesta. Johnny los recibe efusivamente, halagando sus trajes de zombi.

—Se han pasado un poco con la sangre, ¿no creen?

Mark lanza una carcajada de hiena. Todos son imbéciles, porque nadie se percata de que Yuta no respira. Pasa saludando a sus amigos. Está oscuro, lleno de luces de neón, y realmente no importan mucho los detalles de los disfraces de nadie. El chico lleva el arma metida en el bolsillo de su chaqueta, aquella que le quito la vida a la persona de la que aún ahora se encuentra enamorado.

Yuta era malo. Era cobarde. Se ganó lo que le pasó. ¿En qué demonios está pensado? Nadie se gana algo así. Pero todo el mundo estaba convencido de ello, de que se lo merecía. TaeYong se encargó de convencerlos.

Mark se va a encargar de que TaeYong pague por la muerte de Yuta.

Se encierra en el baño y toma asiento en el borde de la tina. Se abrazo al cadáver de Yuta, quien aún conserva parte de su temperatura corporal.

—Lo siento, hyung, no te pude proteger— seguir llorando no tiene sentido ahora, pero el nudo en su garganta duele como si una daga lo atravesara.

Acaricia el rostro ajeno, su cabello. Se asoma a sus ojos, sin luz. Lo besa una ultima vez. Rara vez se besaban. En realidad, no eran nada. Mark seguía a Yuta, y Yuta le permitía quedarse a su lado. Tenían algunos amigos en común. Eventualmente, Yuta se fue alejando de todos, menos de Mark, quien de alguna manera siempre entraba a su habitación a contarle los eventos mas interesantes del día en la escuela el tiempo que Yuta dejó de ir. Siempre omitiendo detalles acerca de cómo la gente seguía viendo el video en la hora de descanso, riéndose de él e insultándolo. TaeYong ya salía con alguien más, alguien a quien sí trataba bien. Solo había utilizado a Yuta.

Mark encontró una manera de hacerlo sentir mejor. Cuando permitió que lo besara. Yuta necesitaba cariño, afecto, el suave y cálido contacto físico del menor. Se abrazaban por horas. Yuta era demasiado cuidadoso, como si el que estuviera roto fuera Mark y no él. Jamás lo tocó por debajo de la cintura. Quizá, luego de lo que le pasó, Yuta había perdido todo interés en el sexo. Quizá, Mark nunca lo había tenido.

Creyó tontamente que el mayor realmente estaba mejorando entre sus brazos. Lo cuidaba con todo el amor que sabía dar, que tal vez no era mucho, y jamás fue suficiente. Por eso ahora tenía que limpiar la pistola de las huellas dactilares de ambos y dejar a Yuta acomodado dentro de la tina.

—Pium—suelta mientras reposa la boca del arma contra el pecho de Yuta, justo por encima de su corazón que ya no late. Se golpea mentalmente, ahora tendrá que limpiar la pistola de nuevo. Sin embargo, odia a Yuta por dejarlo solo.

Se incorpora en medio de un suspiro y sale del baño con la pistola envuelta en una toalla.

hongo diente sangrante。 ㅡyumarkWhere stories live. Discover now