Capítulo 7

401 42 1
                                    

— Jamás la abandoné mi Lady, siempre estuve pendiente de usted— explico Lord Lilian.

Su cabello estaba unos centímetros más largo, como si hubieran pasado al menos un año desde la última vez que lo vi. A pesar de haber estado en York, se veía ojeroso, pero su brillo seguía estando ahí.

—Anhele cada día volver a verla.

—No nos mintamos, Lord Lilian, es usted un hombre sin palabra. Nos prometió que estaría con nosotras y se ha esfumado— respondí con un enorme nerviosismo.

Volver a verle otra vez después de un tiempo, fue como volver a respirar, cómo si una luz se hubiera encendido dentro de mí. Ahí entendí que de verdad él era el dueño de mis suspiros... y de mi corazón.

—Mi Lady— tomo mi mano de repente. —Me he ido por qué no quería poner en juego su reputación. Ese encuentro en el baño... Es indebido, y no quiero un escándalo para usted sabiendo su desasosiego por la situación de su hermana Lady Julieta— susurró.

—Entiendo... Entiendo su posición Lord, pero comprenderá que pensé que quería conocerme y estar en mi vida para crear momentos... Agradables diría yo. Que se haya ido por más de un mes, y sin enviarme una sola carta, me ha hecho entender que sus acciones dicen todo lo contrario— explique. —Igual le agradezco por lo que ha hecho por la familia.

Deje al Lord con las palabras en la boca y me retire hacia el vestíbulo.

Aunque Lord Lilian estaba clavado en mi corazón, yo tenía que entender que yo no estaba en el suyo. Espere días y días, y ni una carta llego a mi mano, al menos para decirme que se había ido por tales motivos y que su ausencia sería corta. Si en verdad estuviera interesado en mí, me hubiera querido mejor.

.

.

.

Julieta y Lord Lionel Edwards partieron hacia Londres. Los Condes les habían comprado una finca hermosísima, tal y como siempre quiso Julieta, llena de animales como caballos, pavorreales, ovejas y sus favoritos, dos perros pastores. Tenía toda mi fe puesta sobre la vida de mi hermana, deseaba que fuera feliz y amada.

¿Quién no anhela ser feliz?

Supongo que todos lo hacemos.

Me encontraba a Lord Lilian cada tanto tiempo en el pasillo, había estado encerrado en el despacho de su padre y no me había dirigido la palabra desde la boda de Julieta. Ambos nos sentíamos un poco incómodos, nos mirábamos solo de reojo y la cena era lo más desgarrador, era un lugar donde no nos podíamos evitar.

—¿Cómo ha estado su día Lord Lilian? — le preguntó mi madre tomando una bocanada de pavo.

Él carraspeó. —Un poco aburrido, Sra. Harris, mi padre tiene muchos pendientes—dijo tomando un trago de vino. —y si me permite decirle... Mi vida está en el mar, no detrás de un escritorio—sonrió a medias.

—Entiendo su posición, Lord Lilian, y quisiera que las cosas fueran diferentes. Le agradecemos su presencia aquí— comentó mi madre.

—Yo también entiendo su posición, Lord Lilian— interferí en la plática. —, y como ni mi madre ni yo estamos... Tan inmiscuidas en los negocios y pendientes de su padre, y respetamos la vida que ha llevado hasta ahora, no quisiese alargar su aburrimiento en tierra firme y muchos menos en Birmingham, que tengo entendido que no es de su agrado, entonces quisiera proponerle que me enseñase absolutamente todo sobre cómo hacer el trabajo que lleva actualmente— expuse firme.

—Lady Rosset— me miró directamente el Lord por primera vez en un par de días. —Me alaga mucho que piense en mi diversión, pero no son cosas que se pueden enseñar de un día a otro— giro su mirada hasta mi madre, quien lo veía sin saber en qué estaba pensando yo diciendo todo eso.

—No dude de mis capacidades, Lord, solo quiero cerciorarme que quien sabe de los negocios de esta familia, no nos abandone— retreche.

—¡Rosset! — chilló mi madre. —Basta con eso. Cierra la boca, Lord Lilian ha cuidado bien de esta familia. Creo que... Es hora que subas a tu recámara a practicar con el piano— regaño.

—Ni siquiera sé tocar piano— ultimé, antes de subir las escaleras.

Me senté en un escalón donde no pudieran verme para escuchar lo que hablarían en mi ausencia por si decían algo de importancia. Ya parecía de Birmingham de tanto amor al chisme y también estaba enojada con mi madre por enviarme a "tocar el piano". No era justo quedarnos calladas cuando claramente dejo dicho que se iría por una semana y apareció un mes después.

—He escuchado rumores que vienen de York, Lord Lilian— le dijo ella.

—Sra. Harris, lamento que se haya propagado esa información— respondió.

—Al contrario, me alegro por usted Lord. Son maravillosas noticias, no hay porque lamentarse, es el comienzo de una nueva vida y con su apego al mar jamás lo habría creído de usted— contestó mi madre.

—Ha sido pura casualidad, nada previsto— asumió con nerviosismo. —, pero le agradecería que lo mantuviera en secreto mi Sra. la verdad es que no quiero que siga rondando por ahí hasta que por fin sea consumado.

¿De qué estaban hablando? ¿Cuál se suponía que era el secreto? Y si madre había escuchado algún rumor de York... ¿Por qué no me lo había comentado?


Ya van 7 capítulos de esta historia y no puedo estar mas feliz con el amor que le han dado 🥺 significa mucho para mí. 75⭐ que se convertiran en muchas más gracias a ustedes.

—"Heather"— Conan Gray.



En los brazos del Vizconde De BirminghamWhere stories live. Discover now