Capítulo 28

217 16 0
                                    

Dedicado a Mirieta80

—Quisiera hacer la boda tal y como Lady Rosset, lo estime— comentó en alegría tomando una sorbo de té.

—Lord Arthur, creo que debe usted también opinar sobre la decoración. Yo realmente carezco de gusto, y no sería propio que solo yo tome decisiones— respondí. Era tanta mi tristeza que no deseaba participar en los preparativos de la boda, solo añoraba levantarme de la cama para asistir y que ese significase todo mi esfuerzo para casarme.

—Lady Rosset, es una decisión tomada, usted queda a cargo de los preparativos. Yo le ayudaré en todo lo que sea necesario, pero lo menos que deseo es que usted tenga la boda, que siempre soñó.

Si tuve alguna vez un sueño de casarme, era claro como el agua que ya no lo tenía. Me imaginé alguna vez que sería una boda privada, como un ritual, entre las flores de otoño en algún Valle, con los pies descalzos y vestidos de colores café, bailando con las luciérnagas. Nunca me uniré a un hombre de la manera que deseaba, que un día alguien despertó en mí, porque ese hombre ha desaparecido... Pero es un visitante continuo en mis sueños e ilusiones.

Mi madre tomó mi mano, y me sonrió con hipocresía para decirme entre comillas que aceptará cortésmente lo que el Lord proponía sobre hacerme dueña de la planificación de la boda.

—Me parece maravilloso Lord Arthur, sería un placer escoger cada detalle de nuestra boda— sonreí forzadamente. Sé que toda la boda era como parte de un favor que Lord Arthur me hacía para protegerme bajo sus alas, sus intenciones eran las más nobles, pero esperaba que entendiera el dolor que me causaba ser partícipe de una mentira, de la mentira de mi vida.

—Le agradezco Lord Arthur por venir a tomar el té, es un honor tenerlo aquí— dijo mi Madre amablemente. —Yo actuaré como la madrina en la planificación, no se preocupe por ello. Tengo un gusto refinado en lo que se compete a bodas, ya he celebrado dos propias— asumió sin vergüenza alguna.

Lord Arthur sonrió, le apaciguaba la honestidad. —El honor es mío, Sra. Harris— hizo una pequeña reverencia.

Se acercó a mí, directamente, y yo me levanté con rapidez adecentando mi vestido. Se tomó el atrevimiento de atrapar mi mano entre la suya, y la acercó a sus labios para besar mi piel, un solo beso, sutil. —Es usted la dama más bella de todo Birmingham, Lady Rosset.

Provocó que mi piel se sonrojara, y el pecho se me atosigara. Me daba mucha vergüenza que montará todo ese espectáculo frente a mi Madre, es decir, jamás me había tocado tan de cerca un hombre estando a centímetros de mi Madre.

—Nos veremos en dos días, me estaré preparando para viajar a Cork, por la boda de Lady Leticia. Será un viaje muy largo, tendremos que hacer varias paradas, pero estaré encantado de encontrármelas en cada una de ellas— informó.

La ruta a Cork sería extensa, por lo cual tendríamos que hacer un muy arduo viaje. El lado bueno es que teníamos muchas amistades y fincas en las que nos podíamos instalar de paso. Estaba indispuesta para viajar, pero lo haría por Lady Leticia, quien partiría en el mismo viaje. Me había invitado con mucha ilusión y era una buena amiga, no podía faltar a su boda.

.

.

.

—Con permiso, Lady Rosset— llamo la doncella abriendo la puerta de mi habitación. —Lord William ha solicitado su presencia en el despacho. Desea saber si está disponible para conversar con usted.

La miré con extrañeza, Lord William y yo no entablábamos más conversación de la que teníamos en la cena o en algún evento público. Era muy inusual que fuese llamada a estar sola con él en el despacho, tanto así que la curiosidad me mataba.

—Gracias por avisarme, bajaré en un minuto— le dije a la doncella, ella solo asintió y cerro la puerta frente a sus ojos.

Me levanté de la cama después de tomar una pequeña siesta, me sentía terrible, me había quedado dormida con un corsé que apretaba mis pulmones y unas varillas que lastimaban mis piernas.

Recompuse mi cuerpo con toallas húmedas, me seque, adecente mi cabello y me coloque los zapatos para salir rápidamente al pasillo. Baje las escaleras, saludando al mayordomo que venía de paso y luego me aproxime hasta la puerta del despacho. Abrí la puerta con cautela y al observar dentro de la habitación me encontré con los amables ojos de Lord William, quien se encontraba de pie tras su escritorio.

—Lady Rosset, pase y cierre la puerta, por favor— murmuró y luego carraspeó.

Trague grueso, no sabía que era lo que estaba ocurriendo. Mi corazón palpitaba muy fuerte, pero intenté tranquilizarme. Recordé muy de cerca cuando aquel sujeto me atacó en la cabaña Riley... Si no hubiera estado Lord Lilian para defenderme, seguro me habría matado, o peor... Me hubiera marcado y viviría mi vida con el continuo pensamiento de que mi virilidad fue violentada, despojada de mí, de no poder olvidar... Ese suceso. A pesar de que Lord William era de la familia, y lo conocía como una buena persona, lo que sucedió en el pasado me dejó con una fractura en mí existir. No era muy difícil desconfiar si tenía una herida profunda de un ataque previo por un hombre.

—Debo hablar algo muy importante con usted... Y es necesario cerrar la puerta, Lady Rosset— insistió nuevamente. —Hay muchas personas en este palacio, sobre todo servidumbre y no deseo que nadie escuché el porqué de la citación que le he realizado. Si algo llegase a salir de aquí, sé que no vendría de parte de su familia, al contrario, sé que las doncellas y parte de la servidumbre llegan a regar chismes... Y no deseo eso... Por ello cierre la puerta y tome asiento.

Aún no confiaba, no sabía si correr, o de que manera zafarme de la situación. Ni siquiera podía estar un día en paz, me sentía extremadamente vulnerable, todo representaba una amenaza, pero debía... Debía calmarme, y analizar con que me defendería en tal caso que quisiera hacerme algo.

Cerré la puerta a mi espalda y caminé temblorosa hasta el asiento frente al escritorio de Lord William.

Gracias por leer! ♥️
Intentaré escribir más seguido :(

En los brazos del Vizconde De BirminghamHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin