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Recuerdo cuando mis padres me hablaron de aquel acuerdo que tenían con los Potter desde antes que naciera mi esposo y yo.

Recuerdo cuando lo conocí, a el Alfa que me arruinaría la vida, a James Potter. Un alfa guapo verdaderamente, pero un asco de persona, que tenía a todo Omega y beta suspirando por él, de todas las casas de Hogwarts cuando ingresamos.

Recuerdo que teniamos una relación aceptable antes de empezar el colegio, pero no era la mejor. No hablabamos mucho, casi nada. Cuando me dirigía la palabra, era para descalificarme por cualquier cosa, al principio termianaba llorando. Mis padres siempre decían que debía ser porque algo debí haber hecho yo para que el lo haga. Con el paso del tiempo, respondía ante esos insultos ganandome algunos golpes por parte de mi padre porque "los omegas no deben responder a lo que su alfa diga". 

Recuerdo cuando subimos al tren juntos y nos sentamos en el mismo compartimento. Yo leyendo un libro y él mirando hacia afuera cuando llegaron dos personas más preguntando si se nos podían unir. James respondió que si y se sentó a mi lado dejando una distancia prudente. Los chicos se adentraron y entablaron una conversación instantánea con el Alfa a mi lado. Sirius Balck y Remus Lupin eran los nombres.

Recuerdo haber deseado no terminar en la misma casa que James cuando me pusieron el Sombrero Seleccionador.

—Siento tu deseo de estar alejado de James Potter, tu prometido según me dice tu mente —menciona el sombrero—. Tienes ganas de demostrarle que eres igual de bueno que él, incluso mejor. Quieres cobrarle venganza de alguna forma por el maltrato que recibes por él, ¿No es cierto Amery Lowell Withe?—

Así es. Quiero que en algún momento haga algo de lo que se arrepienta, quiero que se arrepienta y yo aprovecharme de eso.—respondo yo, se que nadie escuchará nuestra conversación, por lo respondo libremente

Entiendo tu deseo y ya sé a dónde irás, pequeño Withe —dice de forma relajada para tomar aire y anunciar:—. ¡Slytherin!

Recuerdo haber conocido a mi mejor y único amigo, Severus Snape, y a su amiga Lily Evans, a la cual no le caí bien desde un principio. Tampoco ella me caía bien pero trataba de ser respetuosa con ella por Severus.

Recuerdo que cuando terminó el colegio, no pudimos ni separarnos un mes porque ya estabamos en el altar, casandonos. Agradezco que no nos hayan hecho hacerun Juramento Inquebrantable. Tuvimos que fingir estar felices, como si nosotros hubiésemos elegido casarnos. En un punto de la fiesta, pude ver qué James estaba con Sirius, Remus y Lily; mientras yo estaba solo. Nuestros padres habían elegido a los invitados, por lo que no me sorprendió que Severus no estuviera, después de todo mis padres nunca me prestaron atención total. 

Recuerdo haber estado al borde de un ataque de ansiedad por todo lo que sucedía. No tenía compañía para pasar aquel horrible momento, aquel que muchos dicen que es hermoso. Corrí a la biblioteca de mi casa para escribirle a Severus, rogando que viniera y me sacara de ese lugar aunque no pudiese hacerlo.

Recuerdo haberlo esperado en la biblioteca, sentado con la mirada perdida en el suelo. No sentí su presencia hasta que me tocó el hombro y me habló, yo lo miré con los ojos aguados y salté a sus brazos, para que me dé refugio de todo lo malo que pudiese llegar a pasar después de este momento.

Desde ahí todo empeoró. James y yo ni nos hablábamos, y cuando lo hacíamos, eran reclamos por su parte. Reclamos de que si yo no me hubiese casado con él, él podría ser feliz junto a Lily, formar una familia con ella. A veces llegué a creer que tiene razón, y que es mi culpa. Después de todo, la culpa siempre fue mía: por invitar a Severus a la boda y estar con él en todo momento, haber bailado con él, inclusive desaparecer un rato con él.

Escuché que la puerta de la habitación era abierta y él entraba por ella. Prendí la luz de noche y me vió sentado en mi parte de la cama.

—¿Dónde estabas?—pregunté seco

—Con Sirius y Remus.—respondió con descaro y simplicidad mientras se desabotonaba la camisa sin mirarme.

—Entonces esos son los nuevos nombres de la sangre sucia aquella, eh. Que lindos.—dije con ironía y disgusto mirando hacia la pared.

—No hables así de ella Withe, te lo advierto.—contraataca él, como si hubiese insultado a su familia.

—No me digas que hacer Potter. Eres un desgraciado malagradecido. Esperaba que fueras al menos un poco más hombre el día que no casamos, pero no, me tocó pasar el resto de mi vida con un cobarde.—dije enfurecido mientras me paraba de la cama y caminaba hacia su dirección.

—¿Sólo por mentirte? Que sensible que eres. Yo creí que eras lo suficientemente maduro como para saber que yo no te amo, que ese amor es todo para Lily, o como tú la llamas, esa sangre sucia.—me dice enojado acercándose a mí también, pretendiendo intimidarme, lo cual no funcionó. Lo que sí me desestabilizó fue que haya mencionado aquello de Lily, ya lo sabía pero me mataba el hecho de que hasta en eso decepcionaba a mis padres. Dejé de lado esos pensamientos, no es momento para pensar en ello.

—No lo digo por eso, me importa menos de lo que crees que me mientas. Lo que me enfurece es que vayas y te metas en las piernas de esa sangre sucia, o como tú la llamas, Lily. Luego, vengas y te atrevas a acostarte a mi lado estando sucio con el aroma de otro Omega asqueroso, que se ama tan poco a si misma que se deja cojer por un Alfa casado y que espera un hijo con otro omega —le respondí escupiendo todo lo que pensaba y sentía—. Dime James Potter, ¿Cómo te sentirías si yo no respetase nuestro matrimonio y me acostase con Severus?—se quedó callado y enojado.

—¿Estás esperando un hijo de quién Amery Lowell?—dijo en un tono peor que el que había usado hacia mi momentos antes.

—¿De quién crees? Yo respeto mi matrimonio, así que no se porque asumes que sería de alguien más James —me estaba dando vuelta cuando siento que me jala hacia él. Suelto un chillido cuando siento sus labios presionados en los míos y sus manos bajas a mis caderas. Forceje para que me soltará, no lo hizo pero si libero mis labios—. Por Merlin James Potter ¿Que carajo te pasa? ¿Por qué me besaste?—

—Eres mi Omega y tengo derecho a hacerlo. Y más ahora que estás cargando a mi hijo en tu vientre cariño —aquel apodo dicho con tono cínico me provocó escalofríos e inseguridad, debía irme rápido de allí—. Así que déjame recompensarte por tu buen trabajo al darme un hijo.—dicho esto, se agachó levemente para agarrarme de las piernas y tirarme a la cama.

Cerré los ojos por el impacto. Tenía miedo en ese momento, quizá me haría daño, a mi y a mi cachorro. Pero no sentí amenaza alguna, simplemente sentí al Alfa olfateando mi cuello y disfrutando el aroma a café con leche que emanaba desde mi glándula odorífera de omega.

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Los Omegas embarazados tienen un aroma a leche, que se mezcla con su aroma. Es por eso que el aroma de Amery durante el embarazo será de café con leche.

Sunflower ✨🌻

Mi cachorro, no tuyo[James Potter × MaleOC]Where stories live. Discover now