Rovach

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En la cima de un lujoso edificio de Turgistan, yacían una persona de pie, de figura robusta, pero elegante, con barba pero sin llegar a ser larga, rasurada, acompañando su calvicie, portando un lujoso traje gris.

Bebía una copa de un licor muy añejo, mirando pacíficamente por un de los grandes cristales la hermosa perspectiva. A su lado, uno de sus empleados, sostenía entre sus manos un teléfono dónde reproducía una filmación un tanto inquietante. Se mostraban cuerpos de personas tiradas en el suelo, sobre unas sábanas, probablemente muertas, se lograba apreciar que había mucho humo y polvo, niños asustados, mujeres llorando, personas corriendo despavoridas, sonido de bombas al accinar. Era todo una atroz catástrofe.

“En la frontera de Turgistan cientos de miles están huyendo del reinado de Rovach”

Oyó la voz de lo que parecía un locutor de noticias.

“El ejército ataca al voluntariado”

Tomó otro trago de su copa, sin darle mucha importancia a aquél video.

“El ejército de Rovach ataca a los hospitales secretos”

“El resto del mundo queda al margen”

—Estamos en el lugar más hermoso del mundo, apaga eso— le ordenó con pesadez luego de unos instantes, con la vista fija el en fino paisaje delante de él, perturbando su armonía con el sonido del aparato al reproducir aquél video.

—Pero señor— quiso oponerse y darle importancia a lo que veía, preocupado por la reputación de su jefe.

—¿Dónde lo encontraste?— le inquirió interrumpido sus palabras, al tiempo que volteaba a verlo y extendía su mano para que su empleado le otorgara el teléfono.

—En las redes sociales— le contestó dándole su celular que reproducía el nefasto vídeo. —Esta en todos lados, los noticiarios y gobiernos extranjeros lo condenan de forma universal—

Todos los crímenes de guerra según las leyes internacionales, su peor atrocidad es usar armas químicas prohibidas”

—Que alboroto, no se muestra nada se sangre— soltó con fastidio, mientras se reproducían imágenes de gente siendo bombardeada por ataques con gas tóxico de forma aérea. —¿Quién crees que lo filmó? Impresioname— le retó en un tono fanfarrón, con una macabra sonrisa.

—Usted lo hizo, lo filmó y lo envío, para mostrar desición e inspirar miedo— le recordó con voz temblorosa cómo si lo fuese olvidado.

—Les muestra a mis enemigos lo que les espera a ellos y a sus seres queridos— expresó con desición, entregándole de vuelta el teléfono a su empleado. Tomando otro sorbo de su bebida. —Y ese sólo es el principio—

Escuadrón 13  (Seventeen)Onde histórias criam vida. Descubra agora