22. Jimin

55 14 11
                                    

A la mañana siguiente, me levanto con un golpe en la puerta. Me toma un momento recordar dónde estoy, pues tengo una migraña por todo el azúcar que consumí la noche anterior.

Mis ojos están secos, y siento como si los estuvieran cortando con cuchillas de afeitar. Mi boca se siente tan seca como un desierto. Relamí mis labios agrietados y salí de mi habitación.

Al salir con mucho silencio abrí un poco la puerta de Kim para husmear sobre el chico que trajo ayer. Y por la poca luz que había pude reconocer ese perfilado rostro, Jeon JungKook, quién lo diría.

Cerré la puerta y me dirigí hacia la sala de estar, escucho el golpe en la puerta cada vez más insistente ¿Quién demonios podría ser tan temprano? Echo un vistazo al reloj. Bueno, son más de las diez, pero de todos modos.

¿Quién se aparece frente a la puerta así sin más hoy en día? Miro por el agujero y veo que es Hoseok.

—¿Qué quieres? —pregunto, abriendo la puerta.

—Necesito hablar contigo.

—No quiero hablar —le digo.

—Escucha, estoy aquí para disculparme. Lo siento mucho por todo lo que dije— Intento cerrar la puerta, pero él pone el pie en el marco.

—Vale, está bien — suspiro — Pero todavía no quiero hablar.

—No, está bien —dice, bajando los hombros. — Tuve una pelea con Yuna.

Lo miro de arriba abajo. Se ve patético. Como un cachorro perdido. No puedo evitar empatizar con él. A pesar de lo que me dijo, hemos sido amigos durante mucho tiempo. Y yo lo odio y lo amo por eso.

—Necesito hablar contigo, Jimin. Por favor —dice, mirándome directamente a los ojos.

Unos mechones de su cabello caen en sus ojos, dándole una mirada misteriosa y sensual, que siempre hace que mi corazón se derrita. No, tengo que ser fuerte. Estoy cansado de sus tonterías. Ya lo superé.

—En serio lo siento. No quise decir nada de eso. Yo solo... no quería que renunciaras. ¿Con quién diablos voy a hablar en ese lugar ahora?

Agh, ¿cómo puedo decirle que no a esa cara? Sus ojos me miran con esa mirada de súplica en su rostro.

—Bien— Finalmente me rindo.

Me miro en el espejo mientras lo dejo entrar . Mi cabello es un desastre total, me hace parecer como si no me hubiera bañado en días. No estoy usando ni una pizca de maquillaje, y tengo un gran grano cerca de la sien derecha.

Perfecto.

No es que quiera lucir bien para Hoseok. Es solo que siempre me pongo un poco de corrector, antes de salir al mundo. Hay una confianza que viene con el maquillaje como armadura. Pero supongo que no tengo ese lujo esta mañana.

Le sirvo una taza de café y espero. Solíamos pasar horas hablando el uno con el otro. Y ahora, me parece más un extraño que un amigo. Intento recordar cuando todo cambió.

—Escucha, lo siento otra vez. ¿Vale?  Fui un idiota —dice, tomando un sorbo. —Tu renuncia simplemente me cogió por sorpresa.

—Sí, lo sé —le digo, encogiéndome de hombros.

—Entonces, ¿qué vas a hacer ahora?

—En realidad, estoy trabajando en una historia. Una novela quizás. No lo sé.

—¿Qué tipo de novela?

Jung siempre era la persona que escuchaba mis problemas de escritura. Fue él quién siempre me apoyó. Era él a quien solía recurrir cada vez que recibía cartas de rechazo de revistas literarias.

Forbidden Party [YM]✅Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora