Aliados 3 Temporada [Completado]

Capítulo 46: Lo que siempre supimos

Como el tiempo pasa más rápido de lo que queremos cuando estamos felices, dos años pasaron de repente desde aquel viaje a Mar del Plata, y ya todos los bebes habían cumplido su segundo año de vida, así como los chicos habían cumplido su segundo año como padres.

Sorprendentemente las cosas habían estado mucho mejor esos dos años: Jack no había aparecido y Noah había dejado de tener sueños sobre el futuro. Sin embargo, nunca había aparecido el cuarto brazalete.

La banda Aliados ya era mundialmente conocida, y había progresado aún más con el nuevo integrante de esta: Gopal. Aquel joven le había dado un giro de 180 a la banda con su asombrosa voz, y la música de los chicos viajaba por el mundo deleitando a la gente con sus canciones. Noah, por supuesto, seguía ocupándose del hogar que había fundado tiempo atrás, y ahora con la gran ayuda de Venecia, estaban abriendo hogares en otros puntos del país. Franco en un principio había aceptado la propuesta de Cristian de cantar rap, y había tenido mucho éxito, pero luego de un año se había dado cuenta de que su verdadera vocación era la fotografía y la edición, por lo cual ahora era un gran fotógrafo y además producía los videoclips de la bada Aliados y de otros cantantes famosos.

Inti y Emma viajaban mucho juntos, uno de los motivos eran los desfiles de modelaje a los que Emma asistía, el otro, era porque Inti adoraba visitar diferentes partes del mundo y conocer sus culturas. En cuanto a Devi y Valentín, ambos ya estaban en la adolescencia, y luego de dos años seguían juntos y enamorados. Aunque claro, habían tenido sus peleas y una que otra separación de días, pero nada que no se pudiera solucionar. Por ahora, disfrutaban de su adolescencia yendo a fiestas, juntándose con amigos, y todo ese tipo de cosas que hace uno a su edad.

Volviendo a la realidad, Matías estaba parado frente a una mesa llena de tortas, bebidas y diferentes tipos de golosinas, mientras en su mente se desataba una lucha interna.

Este era su momento. ¡Si! Ahora o nunca. Ese era el instante indicado para hacer lo que quería hacer. ¿O no? O mejor... ¿mejor mañana? ¡No! "¡No, Matías! No seas cobarde". Suspiró. Se sentía como si tuviera diez años menos y no supiera como encarar a una chica. Esto era tan parecido, y a la vez, tan diametralmente diferente. ¡Ojalá solo tuviera que pedirle una cita! Sin embargo, lo que él quería era mucho más que eso. Ya no iba a echarse atrás.

Aquel día parecía hecho especialmente para la ocasión: El sol brillaba feliz en lo alto del cielo, las flores de vivos colores y el pasto verde y vivo adornaban el jardín del hotel, el aire era cálido, los pajaritos cantaban. En fin, era el día perfecto. Hoy, Tomás, el hijo de Noah y Emma, cumplía seis años. Así que el lugar estaba lleno de niños, la mayoría varones, amigos del pequeño.

¿Por qué había elegido justo ese día? ¿Frente a toda la familia? Ahora que lo pensaba, no tenía la menor idea. Tal vez sería mejor que lo dejara para después...

-Pss Matías -alguien a su lado le susurraba "discretamente" para llamar su atención.

-¿Qué, Azul? -contestó él también en susurro.

-Dijiste que lo harías hoy ¿Y? ¡Ya casi se acaba la fiesta! -le reprochó su cuñada, quien era la única que sabía sobre su "pequeño asunto".

-Estaba pensando... ¿Y si lo dejo para otro día? -dijo Matías, acobardado.

-¡No! Dijiste que sería hoy, ¡y hoy lo vas a hacer!

-Si, pero...

-Pero nada, o se lo decís vos o se lo digo yo -amenazó finalmente Azul. Matías la miró con molestia y extrañeza a la vez.

-Azul, voy a pedirle matrimonio. ¡No podes decirle vos!

Ella rodo los ojos.

-Bueno, ok, pero mi punto es... que es mejor que lo hagas hoy, ¿si no en cuanto tiempo más vas a volver a armarte de valor? Por otro lado, no seas niño ¿queres? ¡Hasta parece que no supieras lo que te va a responder! -le sonrió finalmente.