Primera Cita

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Luego de la charla con lilian, kara arrasó con el desayuno demostrando el increíble apetito que tenía, lo curioso es que siempre esperaba a sam, le alcanzaba bocadillos y verificaba que este comiendo lo suficiente, sam ya había recuperado su peso gracias a los cuidados de kara, la verdad kara se sentía orgullosa de ser un soporte para sam.

Leslie llegaría hoy, kara estaba emocionada, su prima parecía el conejo loco de Alicia en el país de las maravillas, la amaba.

Estaba acostada con sam, por alguna razón luego de dejar la tabla de madera sam adoptó un muy, pero muy mal dormir, ella estaba estirada como una estrella en la cama, agarrando con un puño el pijama de kara, kara quedaba inmovil aún costado su cuerpo le dolía, pero se alegraba que sam no dependiera tanto de ella en las noches, las pesadillas eran menos, el espacio entre ellas era más grande, y sam empezaba oler como ella misma eso le agradaba a kara.

Kara intentó levantarse pero el puño de sam agarraba fuertemente su pijama, oyó un gruñido de sam que indicaba que despertó.

— ¿Donde vas brillitos? — sam susurro y soltó a kara.

— Leslie llegará pronto iré a buscarla —

— ¿Quién? —

— Una amiga de nacional, ¿quieres ir con lena? —

— No hace falta, lena siempre se queja de que la tiro de la cama — sam se escondió en su almohada

— De acuerdo, me alegra saber que vuelves a ser tu — kara rió

— Nunca volveré a ser como antes kara, me quitaron mucho de mi en ese lugar. —

— Lo sé, lo siento —

— Cinco noches... Cinco noches sin una pesadilla, es un progresó ¿no? — sam salió de su escondite debajo de la almohada.

— Uno muy grande —

— ¿Tu no tienes pesadillas con ellos? —

— No, lamento que solo seas tú sam —

— No lo hagas, esta bien, al menos tu avanzas —

Kara no había avanzado para nada, ella en algunas noches soñó a ese tal maxwell muerto por su propia mano, A olsen retorserse por las veces que quemaba su piel oscura, sus gritos hacían que esos sueños sean realmente buenos.

—Tu también lo harás sam, por cierto, hueles a miel —

— No comí miel kara, deja de pensar en comida. —

— No,  no me refiero a eso, tu esencia huele a miel.

—¡¿Ya pueden olerme?! — antes de que kara respondiera, el cuerpo de sam chocó con el de ella.

— Si, ¡hey! , tranquila sam, estoy aquí, lena esta aquí, no permitiremos que te hagan daño — kara sabía el terror que le causaba que la huelan, pero creyó que sam estaba avanzando respecto a eso.

Sam suspiró más calmada, odiaba los ataques de temor, su loba aveces le hacía sentir que estaba de vuelta allí, a ella no le desagradaba el olor de kara pero los demás olores le repugnaban.

Execepto otro olor que captó en la casa hace poco, ese le gustó, pero tanto fue el miedo que ella misma soltara feromonas en respuesta, que fue corriendo hacía kara.

— ¿Qué pasa si alguien me huele? ¿Y si se me acercan mucho? — sam preguntó aún en los brazos de kara.

— No, lo harán me aseguraré de eso — kara sabía que no podría estar cerca de sam todo el tiempo, beso su cabeza —Debí preguntar primero, ¿Tu quieres volver a oler a tí? —

HechiceraWhere stories live. Discover now