Capítulo 23

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Habían pasado ya casi diez meses del nacimiento de los cachorros, Kara y Lena estaban mejor que nunca. Pasando agradables ratos en el jardín, comiendo postres deliciosos en la habitación, dando paseos por el pueblo y más cosas que disfrutaban hacer juntas.

"Liam... Cachorro, ven aquí" hablo Kara mientras extendía sus brazos para que su cachorro gateara hacia ella.

El cachorro rió antes de empezar a gatear hacia Kara. "Guau Guau" vocalizo señalando a Bam, quien jugaba con una pelota.

Lena sonrió en grande mientras abrazaba a Lionel y le daba pequeñas cucharadas de avena.

"Ya quiero verlos correr en el jardín" dijo Kara sujetando a su cachorro.

"Cariño, apenas tienen diez meses... Falta un poco para que empiecen a correr y cuando eso suceda vas a desear que vuelvan a gatear" dijo la pelinegra soltando una risita.

Kara hizo un puchero. "Aún así los voy a querer mucho, siempre serán mis pequeños cachorros" dió unos leves apretones a las mejillas del bebé.

"Sinceramente ya quiero que crezcan, van a ser muy lindos. Después de todo, tu eres su madre" opinó Lena dándole la última cucharada de avena a su cachorro.

"Soy muy bonita y mis cachorros también son muy bonitos" comento la rubia con una sonrisa.

"¿Yo también soy bonita, cariño?" pregunto la pelinegra mientras se acercaba a su esposa.

Kara acarició el cabello de la pelinegra con delicadeza "Sí, tu también eres muy bonita".

"Oh, por cierto. Te tengo una sorpresa, bueno, les tengo una sorpresa a los tres" habló quitándole el babero a Lionel.

"¿Roles de canela?" pregunto Kara con una gran sonrisa dibujada en su rostro. "No, espera, ellos no pueden comer roles de canela".

"No son roles de canela pero estoy segura te va a gustar".

Kara sujeto bien a su cachorro antes de levantarse del césped. "Enséñame la sorpresa, quiero ver la sorpresa".

El Emperador se levantó igualmente del césped junto con su cachorro y empezó a caminar a lado de su omega, la familia se dirigió al taller donde Lena solía pintar varios cuadros en sus ratos libres, antes de abrir la puerta le sonrió a su omega.

"Espero les guste" dijo antes de abrir la puerta, se hizo a un lado para que entrara la rubia.

Kara entró observo el lugar detenidamente hasta que vio aquel cuadro, sus ojos se llenaron de lágrimas al apreciar ese lindo cuadro, eran sus pequeños cachorros sonriendo mientras Bam estaba sentado en medio de ellos. El cuadro era mediano, no eran tan grande pero aún así era hermoso.

"Mira, Liam. Eres tú con Lionel y Bam" habló Lena sosteniendo a su cachorro. "Lionel, mira".

Lena se paró a lado de la rubia. "Es para tí, ¿Dónde quieres que lo cuelguen?"

"En la habitación, quiero verlo todos los días. ¡Pintas hermoso, Lee!" dijo Kara abrazando con delicadeza a su cachorro. "Su mami pinta muy bonito".

"Haces que me sonroje" dijo Lena tratando de ocultar su rostro en el cuerpo de su cachorro pero este le empezó a jalar el cabello a modo de juego. "No, no, jalar no, cachorro. Duele".

El bebé soltó una carcajada mientras daba leves brincos en los brazos de su madre.

"Ma~" balbuceó Liam mientras jugaba con el collar que traía puesto la rubia.

"No, Liam, acá tengo tu juguete" hablo Lena sacando del bolsillo de su traje una sonada y se la dió a su cachorro, este la agarro de inmediato al escuchar ese peculiar sonido. "No te pongas celoso Lionel, acá tengo el tuyo".

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Kara observaba a sus cachorros jugar sobre la alfombra con diferentes juguetes, ambos estaban sentados y soltaban una que otra carcajada de vez en cuando y varios sonidos.

"¿Dónde está Nia?" se cuestionó mientras comía un rol de canela. "No. Más bien, ¿Dónde está su madre?"

Se levantó del sofá y camino hasta el gran ventanal que daba una linda vista hacia el jardín, volteo a ver a sus cachorros una última vez antes de ver por el gran ventanal, sonrió en grande al ver todas las lindas flores pero su sonrisa se borró al ver a su alfa con una mujer, no sabía si era omega, beta o alfa.

"¿Esa quien es?" se preguntó con molestia, volvió a ver a sus cachorros para asegurarse que todo estuviera bien. Al ver como sus cachorros seguían jugando en paz volvió a ver a su alfa.

Su loba se sintió mal al ver como esa mujer abrazaba a su alfa y ella no hacía nada por alejarla, se alejo de inmediato del ventanal y fue hasta donde estaban sus cachorros, cargo a ambos cachorros y los metió en la cama, le puso seguro a al puerta antes de comenzar hacer un nido con ropa suya y de sus cachorros.

"¿Debería poner ropa de ella...?" se cuestionó pero luego negó. "Es una traidora" soltó un gruñido antes de empezar a armar su nido, una vez listo se metió en el junto a sus cachorros.

"Yo no necesito a un alfa, solo los necesito a ustedes" Murmuró entre lágrimas.

Escuchó la puerta ser golpeada varias veces, sin embargo, no se levantó y solo le dió a sus cachorros sus sonajas.

"¡Vete!" exclamó mientras le gruñía a su alfa.

"¡Cariño, solo es una concubina que me mandaron" Lena se quiso golpear al decir eso.

Kara aventó hacia la puerta un florero que estaba cerca suyo. "¡Vete con ella, tonta!"

Lena supo en ese momento que debía esforzarse mucho para conseguir el perdón de su omega y más cuando había hecho una mala elección de palabras. Gracias al lazo que tenían podía sentir como Kara se sentía triste y eso solo lograba que se quisiera golpear.

"¡Cariño!"
 
 
 
 
 
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La Omega del Emperador Kieran (SuperCorp)Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ