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La mesa estaba servida y sobre esta la cena estaba perfectamente ordenada, siendo entregada a la Valencia del medio por dos mujeres de una edad avanzada que les dieron las indicaciones de los lugares reservados donde se guardaba el alcohol o en caso de una emergencia donde conseguir un botiquín y demás instrucciones al igual de su total disponibilidad tras cualquier percance.

Los puestos estaban ya acomodados y rápidamente cada uno se sentó en el asiento que les indico la castaña teñida, con ella en la cabecera de la extensa mesa que contaba con un aproximado de 10 puestos, sentados cada uno al costado del otro indirectamente apartando al Mendoza mayor que tomo asiento al costado de una silla vacía a su lado derecho, observando por cortos segundos las copas ya servidas con vino tinto y amplios platos con "pequeñas" porciones de comida que dejaban observar un apetecible pavo relleno.

- Betty, llamo Marcela sonriéndole y alertando el odio de los presentes, acomodando su cabello, no tenemos la costumbre de rezar en fechas como esta pre si usted la tiene podemos permitirnos seguirla, adelante, asintió con la cabeza.

- muchas gracias Doña Marcela ... Marcela, se corrigió, preferiría seguir con su tradición, declinó pensativa, si, su madre una mujer religiosa la acostumbro desde a muy corta edad en agradece cada plato, cada festividad y cada día más de vida, pero ahora eso no tenía sentido, tomando su cuchara e indiscretamente dando el primer bocado al plato sintiendo las miradas sobre ella pero sin atreverse a levantar su mirada.

....

La media noche se avecino a un rápido paso, cada familiar ahora mantenía una copa de alcohol en alguna de sus manos a excepción del niño que emocionado con el destapar los regalos decidió no beber nada por el momento.

Con emoción jalando a su familia que cortésmente se abrazaban o felicitaba mutuamente por noche buena, ignorando a propósito la soledad de Armando que fue el último en recibir aquella fecha en hechos verbales y físicos por su familia.

Dirigidos a la sala de estar y cada uno por indicación de Roberto posando frente a una cámara que captaria aquella noche no como la última de la familia Valencia Pinzón si no como la primera de inunerables fiestas.

Las fotografías fueron tomadas y días después serían impresas por María Beatriz que se ofreció en hacerse cargo de la tarea, pulcramente vestidos posaron juntos, haciendo una hilera que comenzaba con los esposas Mendoza, su hijo e hoja con su nieto en la parte lateral, las hermanas Mendoza y por último los esposos Valencia que brillaban por aquel blanco puro y poco y nada era común en el ambiente, linda anécdota para sus hijos y nietos.

Ahora cada uno sentado sobre un amplio sofá en medio de la habitación, frente a una pequeña chimenea interior y la decoración navideña, todos allí a excepción del menor y de María Beatriz que insistentemente pidió leer las tarjetas de los regalos.

Comenzando con algunos regalos traídos por el matrimonio Mendoza de los estados Unidos para la familia, como una "innovadora" consola portátil de dos pantallas para el pequeño, un reloj para su hijo y uno bastante parecido para Daniel, algunas joyas  muy similares entregadas a Beatriz y María Beatriz, un par de elegantes zapatos para Marcela y un vestido largo para su hija.

Seguidos a petición de si mismo por los regalos traídos por Armando que eran mucho más pequeños y abundantes que los anteriores, contaban de dos cajas de zapatos uno de ellos con un tacón formal y el segundo unos tacones un poco menos formales y altos, a su padre un par de relojes de un color plata brillante, un juego de cartas infantil para su sobrino, un par de zapatos parecidos a los de su madre para su hermana pero de un color un tono mas vibrante, un vestido liso y largo de color rojo vibrante entregado a Marcela, dos costosos y alardeantes collares para la Valencia menor que días antes le reclamo cada navidad en la que ella se mantuvo adjunte y los cuales acumularon puntos para uno, dos e incluso más regalos que la merecieran, un bolígrafo a Beatriz con un raro escrito casi ilegible en letras francesas "Je t'aime mais je t'ai laissé partir" entendido únicamente por la economista su esposo y cuñada, agradeciendo y ocultando su regalo del ojo público, esperando unos segundos, envuelta en un silencio incomodo y observando el desprecio del ex - presidente hacia el accionista que no recibió un obsequio alguno.

Nuestro Casamiento (Betty X Daniel) Ysblf "Danitriz"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora