ᵕ̈ ೫˚𝕆𝕆𝟜 ᵕ̈ ೫˚

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Yoongi estaba nervioso. Namjoon se le había pasado hablando todo el fin de semana, pidiéndole una y otra vez disculpas. Pidiéndole que le dejara invitarle un helado o una hamburguesa, pero Yoongi simplemente sentía a su omega herido, todo lo que había pasado con esa chica, le ponían triste. Todos los sentimientos que le causaba Namjoon le ponía nervioso, ansioso, no sabía cómo actuar, no sabía que era lo que sentía.

Ya era lunes, el omega se encontraba perdido, observando el interior de su casillero. 

¿Debería "perdonar" a Namjoon? ¿Debería aceptar nuevamente su salida? 

Su omega le pedía la cercanía del alfa. Necesitaba su olor, y Yoongi igual necesitaba verle, todo le pedía ceder, pero no quería hacerlo tan fácil, suspiró y finalmente cerró su casillero.

Quizás Namjoon ya había aprendido la lección de no ignorarle, sobretodo después de que él no le respondiera desde el viernes. Cada día, cada mañana y cada noche un nuevo mensaje le llegaba. Todo el mundo sabía que el alfa nunca fue tan insistente, de hecho Namjoon nunca había querido algo con alguien, el alfa nunca había pedido el número de teléfono de alguien, el pelinegro nunca había hecho nada de lo que hizo por Yoongi.

Mordió su labio, de forma leve. En la entrada se había topado con Jackson, el amigo alfa de Namjoon. Este le había explicado cierta parte de lo que sucedía con Mina, de la beca de Namjoon y lo del director, realmente a Yoongi le molestaba que la gente rica se aprovechara de su poder, que abusara de la gente humilde y sólo por tener más dinero.

Puso un mechón de su rosado cabello tras su oreja, sintiendo el aroma del alfa repentinamente. Le hizo cerrar los ojos, suspirar y sonrojarse hermosamente, apretar las manos y brazos contra sus libretas. 

Había extrañado tanto ese aroma. Había extrañado tanto la presencia del alfa. 

Se conocían hace poco, sí, sólo habían hablado un par de veces, pero todavía seguía sintiéndose especial, era algo que ni siquiera él podría explicar. Era algo que nunca nadie podría explicar, porque cuando dos almas destinadas se encontraban, nada tenía explicación.

Un pequeño tirón en los cordones de su zapatilla blanca derecha le hicieron abrir los ojos. Su corazón no pudo derretirse más al ver a Namjoon agachado, atando sus agujetas cuidadosamente, de forma firme pero sin que le llegara a apretar. Mordió su fino labio inferior de color cereza, sus ojos hicieron conexión con los oscuros del afla, le regaló una bonita eyesmile, que hizo al lobo de Namjoon revolotear en su interior.

El pelinegro se paró, quedando ahora mucho más alto que el de pelo rosa. Las pequeñas manitos de Yoongi sudaron a la vez que temblaban, de forma disimulada. No era capaz de hablar, no luego de haberle ignorado. Además de eso, sumarle la vergüenza que de por sí aparecía cuando estaba con el mayor.

— Debes atarlas bien, si no, podrás caerte. —murmuró el alfa, con aquella voz ronca que erizaba la piel del bajito.

— Gracias. —dijo y volvió a poner un mechón tras su orejita, roja al igual que sus mofletes.

— ¿Quieres... almorzar conmigo? —tenía la esperanza de que Yoongi dijera que sí, así que no se detuvo a pensar en algo más y sólo se lo preguntó.

Yoongi, en cambio, lo pensó un momento. Todavía no sabía si darle el pase libre, a pesar de que Namjoon hubiese estado ocupado, no le costaba nada saludar. Así que mordió su labio de nueva cuenta y miró el hombro del alfa mientras pensaba, sí o no. Al final término asintiendo, pero levantó su pequeño dedo índice en señal de espera. El omega retrocedió unos pasos y volvió a guardar sus cosas en la taquilla, si iban a comer, no ocuparía nada de esas cosas. 

PINK :: NamGi ᵕ̈ ೫˚Where stories live. Discover now