01 | CAPITULO 01 |

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01| De reencuentros con amigos, escalofríos inesperados y miradas curiosas.

Felix

pipipipi~

Aquel sonido que toda mi vida he considerado como insignificante y molesto por atentar contra mi sueño se hizo presente como todas las mañanas. Extendí mi brazo y logré toparme con el viejo reloj forrado de metal sobre el buro junto a mi cama. Oprimí el botón para que el ruido terminara, pero no me levante, en su lugar, mi cerebro y corazón comenzaron a debatir internamente sobre si seria buena idea presentarme a clases o seguir durmiendo. Claramente mi cerebro abofeteo al diablillo que maneja mi corazón y obligo a mi cuerpo a levantarse y caminar hacia el ropero en la esquina de mi cuarto. También me obligo a pensar por un segundo en tomar una ducha matutina, pero esta vez mi corazón gano, ningún adolescente normal se ducha a las cinco de la mañana a menos que tenga un chofer o decida no desayunar.

Una vez me puse el uniforme salí de mi cuarto y camine unos pasos hasta llegar a la cocina, tome dos huevos y los vertí en una sartén.

— Felix, ¿Qué haces despierto tan temprano? — dijo mi madre mientras salía, aun somnolienta, de su cuarto y pasaba por la cocina.

— Buenos días, hoy regreso a clases.

— ¿Emocionado?

— No tienes idea de cuánto. — mi respuesta sarcástica logro sacarle una pequeña sonrisa y mientras ella se alejaba de vuelta a su habitación para despertar a mi padre, yo luchaba contra los huevos chispeantes de la sartén.

~

Una vez termine mi desayuno, la alarma en mi celular comenzó a sonar notificándome que eran exactamente las 05:40 de la mañana, entonces tome mi mochila y corrí lo más rápido que pude hacia la parada del autobús.

Al llegar a la escuela camine hacia el mural de dirección para poder ver el nuevo horario. A lo lejos podía escuchar a todos esas personas que se reencontraban después de casi dos largos meses sin verse, de forma instantánea me invadieron las ganas de ver a mi pequeño grupo de amigos, así que me apresure a llegar al salón asignado solo para encontrarme con las mismas caras conocidas de semestres anteriores, algunos cambiaron sus cortes de cabello o el color, otros simplemente seguían igual, y entre todos los rostros conocidos pude ver a esos dos con quienes deseaba encontrarme.

— ¡Felix, por fin llegaste! — pronuncio Jeongin con bastante emoción en su voz.

— Pensamos que el señor ''sabelotodo'' se perdería el primer día de clases. — dijo Minho con ese tono burlesco tan característico de él.

— No, entonces tendría una falta en su historial y correría a llorar. — Jeongin le siguió el juego.

— Justo discutía eso conmigo mismo esta mañana, pero mi parte racional me orillo a venir y seguir sufriendo.

Comenzamos a reír, entonces Jeongin nos acerco a los tres para poder abrazarnos, al separarnos tomamos asiento, levante mi vista hacia Minho que se encontraba en el escritorio a mi lado y entonces mis ojos fueron a dar al otro extremo del salón y, ahí estaba él.

Si bien es cierto que todos los grupos tienen alumnos cuestionables, no es nada que no se pueda arreglar con una sanción o un citatorio de los padres. Pero él es un caso distinto. Se la vive metido en problemas y ni una sola vez lo he visto dirigirle la palabra a alguien, aunque supongo que eso es normal cuando ni siquiera te esfuerzas por entrar a clases y siempre llevas contigo esa expresión de estreñido.

— ¿Lixxie?, ¿Estás ahí? — dijo Jeongin moviendo su mano frente a mi logrando sacarme de mis pensamientos.

— Perdón, no escuche, ¿Qué paso?

— ¿Qué miras?

— No estaba mirando nada.— no podía considerarse una mentira.

Jeongin continúo hablando sobre sus vacaciones y lo que sucedió en la cena navideña mientras Minho, y yo reíamos por lo caóticas que resultaban sus fiestas familiares. Entonces, como si una corriente de aire helado hubiese entrado un escalofrió me recorrió el cuerpo, similar a lo que ocurre cuando sabes que alguien te observa. 

Despegue mi atención de ellos unos segundos y busque quien de mis compañeros era aquel que no separaba su vista de mi. Apenas aparte los ojos, comencé a arrepentirme de mi insaciable curiosidad y desee tener ceguera por primera vez en mi vida. La persona que me observaba era la misma a quien yo le clave la mirada al llegar y no solo me estaba mirando sin una razón, también termine mirándole fijamente a los ojos.

Dejarme llevar esta mañana por el diablillo que maneja mi corazón hubiese sido una mejor idea, tal vez así no me dolería el pecho en este instante.


LECCIONES DE AMOR | Hyunlix |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora