Cápitulo IV : Solamente soy yo

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Al día siguiente, en su camino a la secundaria, aquella pesadilla se haría realidad y, la situación empeora aún más cuando un rayo de alta energía impacta contra la tierra, causando una destrucción masiva. Hikaru queda impactado ante la horrible escena que presencia: personas brutalmente asesinadas y su amigo Yumiko es el único sobreviviente del impacto. Junto a Isamu, rescatan a Yumiko entre los escombros.

Poco después, una unidad del gobierno comienza a atacar en las afueras de Tokio. Yumiko e Isamu deciden escapar en busca de refugio, mientras Hikaru se embarca en la peligrosa misión de rescatar a Naiomi, complicando aún más las cosas.

Hikaru desobedece la orden de retirada de Isamu, arriesgando su vida al enfrentarse a un peligro inminente. Yumiko e Isamu deciden seguirlo, pensando que podrían no volver a verse nunca más.

Hikaru se siente aterrorizado al ver cómo los niños y niñas sufren las consecuencias de estos conflictos, siendo arrasados por la violencia. Luego de reflexionar sobre la situación, Hikaru considera su experiencia como otro de sus sueños y decide poner fin a todo con un arma. Antes de que pueda hacerlo, Isamu lo detiene a tiempo.

Isamu: ¡Hikaru!
Sujeta su mano y evita que Hikaru jale el gatillo.
Isamu: Así no es como se resuelve esto.

Hikaru cae en la desesperación y se deja caer al suelo, llorando en silencio. Yumiko llora de alivio al ver que está a salvo y le pide que sonría. Luego, la unidad del gobierno insiste en usar un reactor nuclear, y los tres amigos deciden huir en medio del caos con el objetivo de salvar a Naiomi y a los demás.

Cuando finalmente logran llegar, la unidad los ataca. Isamu ve la oportunidad de distraerlos y Yumiko le advierte que es arriesgado, pero Isamu les explica que si no hacen algo, podrían enfrentar problemas mayores. Está dispuesto a luchar contra la unidad, incluso si eso significa sacrificar su vida por sus dos mejores amigos.

Hikaru se mantiene calmado frente a la situación, mientras Isamu los distrae fácilmente. Yumiko se siente aterrorizado por lo que podría haberles ocurrido a sus amigos, y discute con Hikaru.

Yumiko: No hagas nada estúpido.
Hikaru ignora a Yumiko, ya que su atención se centra en salvar a Naiomi. Afortunadamente, Yumiko ideó un plan: correr hacia la escuela mientras Isamu distrae a la unidad.

Juntos, Hikaru y Yumiko, al borde de la muerte, logran deshacerse de la unidad. Isamu provoca una gran explosión para distraer a la próxima unidad en su llegada.

Yumiko, finalmente, entra a la escuela y descubre que todos están muertos, sumido en un mar de sangre. Yumiko grita de miedo y entre lágrimas ruega a Dios que detenga el caos.

Que todo volviera a ser como antes, todo esto fue lo que le paralizó del miedo y le impidió seguir adelante. De repente, escuchó un ruido proveniente del salón de ciencias a su derecha. Sin dudarlo, se dirigió hacia allí y tuvo la suerte de encontrar a Naiomi junto con los demás sobrevivientes. Yumiko los reunió rápidamente y los sacó del lugar al escuchar el informe de Hikaru sobre la situación. La unidad de fuerzas especiales estaba causando estragos y manchando las calles con sangre inocente.

Los superiores humillaron a la unidad de fuerzas especiales por el desastre provocado por unos simples niños. En ese momento, Hikaru, Isamu y Yumiko comenzaron a discutir sobre quién era el responsable de todo. Sin embargo, Kazuya, uno de los sobrevivientes, intervino y les recordó que su único propósito era tratar de sobrevivir, por lo que les ordenó que cooperaran.

Mientras tanto, se emitió una orden de captura y asesinato contra ellos. Durante los días que pasaron en el refugio, Naoki, uno de los supervivientes, decidió salir y fue capturado fácilmente. Hikaru preguntó preocupado:

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