Capítulo XIV: Sombras Del Pueblo

32 1 0
                                    

Ryu, empapado de ira, persigue al demonio a través del espeso bosque, sin darle tregua.

Ryu: ¡No huyas cobarde!

Ryu: ¡Mi katana será la última visión que tengas!

El demonio, tambaleándose bajo la presión de Ryu, murmura maldiciones mientras se esfuerza por mantenerse en pie.

Demonio: Maldición.

Demonio: Mi cuerpo, se debilita.

Ryu: ¡Vuelve aquí!

El demonio siente la urgencia de huir antes de que sea demasiado tarde.

Demonio: Debo escapar lo más rápido posible.

Demonio: Esta por alcanzarme, debo darme prisa, o lo último que veré será la luz del día.

Ryu: ¡Cobarde!

Demonio: Cada vez esta más cerca, a este paso va a alcanzarme.

Demonio: Maldito mocoso, ya decía que algo estaba mal.

Demonio: Odio a los humanos, como los detesto.

Demonio: Mis piernas se entumecieron, ¿entumecieron?

De repente, el demonio cae al suelo, traicionándolo sus piernas.

Con el demonio en el suelo, su desesperación aumentó cada vez más.

Demonio: Carajo, va a venir por mi, levantate.

En ese momento, Amon aparece.

Amon: Miren a quien tenemos aquí.

Amon: Pobrecito, veo que no la estas pasando muy bien, supongo.

Ryu: ¡No huyas, no podrás esconderte!

Amon: Vaya, ¿un buda?, quién lo diría.

Amon con una risa inquietante.

Amon: Que divertido será esto, ¿no lo crees asmodeo?

Amon estira su mano para lanzar su ataque, pero el demonio lo detiene rápidamente y lo obliga a esconderse detrás de los árboles.

Amon: le responde: El es mio.

Amon: Sabes que a Padre le molestará tus acciones humanistas, ¿verdad?

Amon: ¿Intentas asustarme?, sabes que es inútil.

Amon: Supongo que funcionrá aen ti, apesar de ser un demonio.

Amon: Los demonios no deberían temer, ¿verdad o me equivoco?

Asmodeo: Eres algo fastidioso.

Amon: Y tú, un demonio muy irritante.

Ryu, con pasos apresurados, da la vuelta para regresar junto a su familia, con el corazón palpitando de miedo, temiendo que algo les haya sucedido.

Ryu: [¿Dónde te esconderás?]

Ryu: [Debo volver, mi familia es la prioridad ahora mismo]

Ryu: [Espero que estén bien]

Ren: ¡Papá!

Ryu: [¿Ren?]

Ren: ¡Papá!

Ryu: Ren, vamonos a casa.

Aoi: Estas herido.

Ryu: Estoy bien, solo tropece y me caí.

Ryu: Aoi, quiero que cuides de Ren.

Aoi: Te lo prometo.

Ryu tomó la mano de Ren y la de su esposa, Aoi, y se marcharon del lugar.

Cuando salieron de la casa, Yuta, uno de los Budas, se quedó atrás para cuidar de Ryu por orden de su madre.

Batt AngelsWhere stories live. Discover now