En un mundo donde la magia y lo seres mitológicos son parte de la realidad. Una escuela aparece como el corazón de la enseñanza para aquellos jóvenes que aún no pueden controlar del todo sus habilidades. Para los pocos nuevos ingresantes de la escue...
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Los ojos de Alex se afirmaron a los rubíes de Luzu. Notó como debajo de estos, había dos bolsas cansadas de ojeras, ignoro aquel detalle para seguir apreciando la forma en la que, ese par de gemas preciosas que Luzu tenía de orbes, se entornaron y brillaron a contraluz hacia su persona. Con solo eso, luzu lograría sacarle un suspiro a quien sea. Para su mala suerte, Quackity no era la excepción. Reteniendo el aire en sus pulmones, intento guardarse sus suspiros para luego.
⸻ Podría haberte hechizado con mis campanillas magicas. Discúlpame. ⸻ luzu dejó caer una de sus manos sobre el hombro de Quackity, quien dió un pequeño brinco sorprendido. El híbrido de pato, asintió lentamente. No tenía claro si sus disculpas por espiarlos habían sido aceptadas o no. Pero daba por hecho que los tres habían realizado un tratado de paz al respecto. Con uno de sus dedos, Luzu, lo acaricio sobre la tela.
¿Estaba viviendo una simulación con el chico de ojos más bellos que nunca había visto o que onda?
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⸻ Quackity, tío, ¿que coño te está pasando? ⸻ rufunfuño el híbrido de oso abriendo la puerta de su cuarto, aún teniendo de la mano a su compañero. ⸻ Te has golpeado contra las paredes durante todo el camino. ⸻ dejando libre a Quackity, le cedió el paso para que entrara primero a su habitación compartida.
⸻ Estoy cansado ⸻ se excusó tirando su mochila sobre su cama. Seguidamente, se quitó su campera favorita y la dejo colgada en el respaldar de su cómoda. ⸻ ¿Sabes? fue un día duro para mi. Quisiera dormir ya.
⸻ Pero, dormiste toda la mañana.
⸻ Quiero comenzar a acostumbrarme a madrugar. No creo que sea buena idea quedarme dormido el primer día, ¿verdad?
⸻ Buen punto. De todos modos, creo yo que iré al comedor a buscar algún sándwich o algo. ¿Tu quieres algo?
⸻ No, gracias Rubius. ⸻ murmuró sentándose en el bordillo de su colchon. Con una sonrisa, el oso se despidió el más bajo y cerró tras sus pasos la puerta. Al no sentir más la presencia de Rubius, hablo consigo mismo en un agridulce murmuró. ⸻ La verdad si tenía algo de hambre.
