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Hace mucho frío y no se ha donde ir... En otro amor, mis lágrimas se han agotado.

Se dice que hace siglos atrás solo existía una especie, una que dominaba extensos territorios, que ni los más sabios podían determinar su inmensidad. Eran amos y señores de todo, hasta del más insignificante insecto de la tierra les pertenecía. Sin embargo, la codicia y el poder los llevo a lo desconocido, creando nuevas especies para aumentar su fuerza, sin embargo, terminaron por suprimirlos cuando estos se multiplicaron cómo la tierra del mar. Eliminando a sus señores que los esclavizaban. Estás nuevas especies ganaban por mucho en fuerza y tamaño, no obstante, lo que hacía temblar las piernas y helar la sangre fueron las grandes y feroces bestias en las que se convertían. Originando a los nuevos reyes y gobernantes de todo lo que sus pies tocasen. Pero de nuevo la codicia hizo lo suyo, creando un lago de sangre que recorría con los cadáveres de los caídos, niños, mujeres, ancianos, hombres y bestias yacían en el.

Las vidas que cayeron durante varios siglos en adelante solo fueron deleites de los más poderosos. Los primeros señores vieron sus consecuencias, llevándolos casi a la extinción. Los pocos que se quedaron en el infierno, solo se doblegaron ante los alfas y omegas.

El llanto ensordecedor de una madre al ver entre sus piernas al cuarto hijo muerto que dio a luz. Y un alfa mirando a la lejanía su descendencia perdida. Y a su  lado su Omega lleno de niños a su alrededor y su amante quebrándose en el suelo por las constantemente pérdidas... teniendo un vientre maldito que no resistían el bastardo del alfa.

Los rumores dicen que las mujeres betas cargaron una maldición por causa de la codicia de su especie, lo que les impidió poder concebir hijos de alfas, quienes eran los únicos que podrían fecundar. Otros dicen que los descendientes de alfas y omegas cargaban una sangre tan espesa y fuerte que era imposible que una beta concluyera un embarazo. La segunda opción era más creíble...

El sol nunca más se poso sobre ellos, viviendo en tinieblas y oscuridad. La Diosa, la cual, era aclamada por las bestias era un deidad. La luna la llamaban, aquella que les dio la oportunidad de nacer y dominar esas tierras al ver su sufrimiento, sin embargo, se habla por ahí que la Diosa Luna aborreció su creación, aborreció el lago de sangre, desprestigio el poder que les había otorgado a las bestias al percatarse del oscuro camino que habían recorrido.

Cosas perversas y crueles dominaron la tierra, los únicos que sufrían las consecuencias eran los que solo les quedó aceptar su destino, viviendo con dolor los abusos de los fuertes, algunos se suicidaban y otros se aferraban esperando una esperanza que les fue negada. El clamor del pueblo caído llegó a la Luna, observando el error que había cometido... así que decidió equilibrar las cosas, sin saber que aquello solo conllevaría a una masacre más, cuando sus ojos lloraron por la sangre en la tierra.

La bendición cayó en el vientre de una beta, al dar a luz al más hermoso niño que jamás vieron, el oro en sus cabellos y el color en sus ojos era indescriptible, los demás lo tomaron como un presagio de ser escuchados por la deidad de sus señores. Un Omega había sido concedido, aquel que los liberaría, el que les otorgaba un rayo de luz, más aún cuando quedaron pasmados por lo que podía hacer. Los betas celebraron en silencio al tener la misericordia de la luna al tener de nuevo la libertad que perdieron. Pero de nuevo su codicia fue más allá al querer recuperar el poder y dominio que habían perdido, llevando al bendito a la cúspide de su destino.

La daga en la balanza no se inclino en el bien o en mal, aquel equilibrio de las cosas se perdió cuando la daga fue cubierta de un rojo carmesí.

El Omega no se delito al sentir los cadáveres de grandes bestias debajo suyo. El iris de los lobos apagada sin brillo alguno. La culpa y la miseria ceñía todo de él. Pero no debía arrepentirse, sino unirse a la alegría de su gente que bailaba ante la victoria. De nuevo se preguntó si ese era su propósito, quizá de nuevo las respuestas de sus padres resonaron en su cabeza.

Psychiatrist / UZUZENWhere stories live. Discover now