10. Bolsa de patatas

0 0 0
                                    

Y así es como pase de ser una joven/adolescente viviendo sola a tener que cuidar de una niña y un bebé del día a la mañana. Tampoco es que tuviera más opciones, no voy a decir que era lo que quería pero no me disgusta la situación, por lo menos no estoy sola.

Estos primeros minutos fueron un tanto extraños e incómodos.
Nos encontramos Lia y yo una enfrente de la otra, en el comedor de mi casa, sin decir palabra ninguna.
La tensión era tan grande que decidí calmar un poco la situación entablando una conversación.

- Lia, ¿tienes hambre? ¿Hace cuánto que has comido?- pregunto yo para quitar un poco de peso a la situación.
- Si, desde ayer. Hoy mamá ha estado recogiendo las cosas de casa y no ha echo nada de comer- contesta ella tan normal.
- Bueno, que te parece si vamos a la despensa y miramos que tenemos para comer, seguro encontramos algo bueno- respondo con firmeza intentando hacerla sentir cómoda.
- Claro, vamos!- contenta responde Lia.

Yo ya sabía lo que iba a preparar, tenía hecho mi plan de comida para el día de hoy. Los congelados había que comérselos antes de que se pusiera en malas condiciones.

- Hoy voy a hacer pescado con verduras y coliflor para comer. ¿A ti te gusta el pescado? - pregunto con la esperanza de obtener una respuesta positiva.
- No, el pescado no. Huele muy mal... - responde Lia con total sinceridad
- Bueno, ¿pero la carne si verdad?- ya desesperada le continúo preguntado yo
- Si, la carne con patatas está buenísimo. Mamá solía hacer antes. - contesta con una sonrisa en su rostro
- Patatas... - rápidamente comienzo a pensar- ostras patatas!

Se me habían olvidado por completo, recordé que el día que no pude ir a comprar revise al fondo de la despensa y encontré una bolsa de patatas y una de cebollas.
Estaba tan emocionada con lo que había conseguido del supermercado, que se me olvidó apuntarlo en la lista.

- Las patatas tienen que estar por aquí detrás - ya habiendo recordado respondo
- Si, aquí está el saco de patatas y el de cebollas. - continúo hablando - ¿Tienes mucha hambre?
- Si... - responde diría yo que con miedo
- Bueno pues entonces dos mejor que una. Vamos a cogerlas, ¿me quieres ayudar a cogerlas?
Lia asiente con su rostro.
- Muy bien, pues ahí tienes aguántalas y llévalas a la cocina. - contesto yo intentando hacerla parte del hogar.
- Abre el grifo y puedes comenzar a lavarlas para quitarles la tierra. Mientras yo voy a sacar del congelador los filetes.

Cuando los zombis llegan Where stories live. Discover now