La chica del perro y la suerte (Daryl Dixon y tu)

Capitulo 2 "¿Quién vive aquí?"

Daryl

Luego de una larga caminata escuchando el llanto de Judith y los quejidos lejanos de los caminantes, estábamos cerca de aquella gran construcción que nos llamó la atención. Todos esperábamos no encontrarnos con nadie o que la casa no esté habitada, porque sino no podríamos estar tranquilos.
Al estar a varios metros de distancia, vimos que había como una especie de cerca y un portón de madera que estaba trancado con una cadena. Rick y yo nos miramos como preguntándonos que hacer.

Entremos.-Decidió Rick al fin para luego pasarme a Judith para poder subirse al portón y cruzar al otro lado.
Luego de que todos pasemos dentro del predio, vimos que había rastros de pequeñas fogatas y junto a una de ellas, habían ramas ensangrentadas cosa que no se entendía por qué o era difícil decir que era el posible motivo.

Aquí vive alguien.-Habló Carl. Todos lo miramos.- A no ser que un caminante venga y se siente en esta cosa de aquí.-Dijo él apuntando una especie de pelota grande desinflada en donde se sentó enseguida.- Wow, es cómodo.

Si alguien vive aquí lo sabremos pronto.-Habló Rosita mientras forsejeaba el candado de la puerta principal. No parecía una casa normal, más bien era un galpón o granero ambientado pero aún no podíamos esperar o especular nada al respecto.
Luego de que comenzara a forcejear la cerradura Carol decidió hablar.

Yo creo que deberíamos esperar.-Dijo apoyándose en un poste que estaba a un lado de la portera. Rick miró la puerta, a Carol, al camino y después asintió.-

Tiene razón.-Dijo él.- Debemos esperar, no sabemos quien vive aquí y por lo que veo parece bastante cuidado.-Terminó de decir. Todos hicimos caso, aunque algunos no estaban lo suficientemente convencidos.-

Está bien, pero si en media hora nadie aparece, entramos.-Volvió a decir Rosita quien ahora se sentó en una piedra.

Todos nos pusimos a esperar y a contar los minutos, pero, no habían pasado ni diez, cuando todos nos alertamos al escuchar el fuerte sonar de un camión que parecía venir bastante rápido. Todos corrimos a escondernos detrás de unos árboles que estaban dentro del cercado y esperamos.

Pude divisar desde donde estaba, bastante cerca de la entrada, que un camión como del ejército enorme, doblaba hacia donde estaba el portón. Miré hacia donde estaban los demás quienes no podían ver que estaba pasando y me quedé de espaldas yo también.
Alguien se bajó sin apagar el motor y abrió el portón para luego  entrar en el predio. Miré aún desde donde estaba hacia el camión, pero nadie bajaba aún  hasta que de un momento a otro, Rick, salió de los arbustos apuntando hacia la cabina, provocando que todos saliéramos de donde estábamos para rodear el camión. La persona que estaba dentro de la cabina, abrió la puerta de su lado mientras al parecer, murmuraba algo.

Ya te abro la puerta para que bajes.-Se pudo entender que dijo. Era una mujer.
Segundos después uno de sus pies pisó el escalón para bajar, y bajó de un salto. Al parecer no se dio cuenta de que habían más de diez personas apuntándole.

Manos en alto.-Habló Rick provocando que la chica que aún estaba de espaldas a mi, se asustara y alzara las manos más rápido que ligero.- ¿Quién eres?-Preguntó él, en tono lo suficientemente serio como para asustar a alguien.-

Uhm, soy _____ Johnson, yo vivo aquí.-Respondió ella con algo de nerviosismo en su voz pero manteniendo la calma.-

¿Con quién?¿Quién más está contigo?-Rick volvió a indagar.-

Vivo prácticamente sola, tengo un compañero, un amigo más bien.-Habló respondiendo nuevamente a las preguntas de Rick, lo hacía bastante rápido en realidad.-

¿Está dentro del camión?¿Por qué no baja aún?-Preguntó Rick otra vez, el resto permanecía callado mirándola. La chica miró a algunos de nosotros, pero solo a los que estaban frente a ella, luego respondió.-

Necesita de mi ayuda para bajar, si me permites, lo traeré para que lo veas.-Dijo ella bajando lentamente las manos y apuntando hacia la cabina con su dedo índice.-

Está bien, pero que sea rápido.-Respondió Rick sin dejar de apuntarla con su arma cuando ella comenzó a caminar hacia el lado del copiloto.
Se escuchó el ruido de la puerta abriéndose y luego un silbido de su parte.

Vamos amor, ven con mami.-Se la escuchó decir. Todos nos miramos extrañados y bajando las armas, pero Rick seguía con la suya arriba.- Eso es, camina.-Volvió a hablar.
Segundos después, la chica apareció nuevamente con un perro, a decir verdad parecía un lobo por su apariencia. Ella lo traía atado con una correa.
Rick, al igual que la mayoría, miró al perro con extrañeza mientras bajaba el arma lentamente. Miró a la chica y rió levemente.

Todos decidimos acercarnos a donde estaba ella, dejando un par de metros de distancia y enseguida, Rick pidió disculpas.

Oye, lo siento.-Dijo él.- Hemos tenido malas experiencias, nos cuesta confiar en la gente.

No pasa nada, no los culpo en realidad, nada es fácil a estas alturas menos el hecho de confiar en alguien.-Dijo ella regalándonos una sonrisa a todos.
Para haber tenido esta primera impresión de nosotros, se portaba bastante gentil y linda, era muy linda.

Me presento, soy Rick Grimes y ellos son mi familia.-Dijo presentándonos a cada uno. Todos le dijeron sus nombres menos yo, quien seguía callado como siempre. Ella me miró como esperando.-

¿Y tu? ¿Cómo te llamas?-Preguntó mientras acariciaba la cabeza de su perro. Yo solo la miraba.-

Se llama Daryl, es un hombre de pocas palabras.-Dijo Michonne en tono de burla. ____ se rió.-

Un gusto, a todos.-Dijo ella cortezmente.-

Oye, _____...-La llamó Carol.- Estamos aquí porque necesitamos descansar ¿Si? Perdona si te tomó de sorpresa.- Habló ella.
La chica parecía estar bien con eso, parecía que no había visto gente hacia mucho tiempo, ya que su actitud y recibimiento con nosotros después de lo ocurrido anteriormente, es bastante genuina y cordial. Aún así, no sabíamos nada de ella, ni siquiera sabíamos si estaba sola realmente o si nos estaba engañando. Sus ojos demostraban sinceridad pero después de todo lo que nos ha pasado desde que comenzó todo, la confianza hacia la gente, había desaparecido.